Andrés Harfuch, Vicepresidente de la Asociación Argentina de Juicios por Jurado (AAJJ), comentó en comunicación con FRECUENCIA ZERO las implicancias que tendrá la aprobación de esta nueva modalidad en los procesos legales que se lleven adelante en la Ciudad de Buenos Aires.
La Legislatura aprobó el jueves pasado la instauración de juicios por jurado, esta modalidad se aplicará en delitos que tengan una pena mínima de 8 años y será obligatoria para aquellas cuya condena sea un mínimo de 20 años de prisión. Los jurados se compondrán de 12 integrantes y sus fallos deberán ser unánimes. Sobre el trabajo que vinieron desarrollando para que esta iniciativa sea una realidad, Andrés Harfuch describió: «Hace muchísimos años que venimos trabajando para que esto sea una realidad. Cada vez que haya homicidios, casos de violencia graves o niños, deberá haber jurados populares. Por el momento se aplicarán en algunos delitos, pero nuestra Constitución establece que todos los delitos deben juzgarse bajo este modo. Argentina empezó prudentemente eligiendo los casos más graves y pronto esto se extenderá a más delitos. Para difundir la importancia que tiene este tipo de juicios organizamos simulacros que fueron de una potencia comunicacional muy grande. Se representaba un caso como si fuera real y seleccionamos 12 a los integrantes al azar, personas comunes, el resto eran a veces juicios y fiscales de verdad. Desde el primer minuto todos se olvidaban que era un caso de ficción y se involucraban mucho, había discusiones muy fuertes y al final, cuando se daba el veredicto quedaba una sensación muy buena, de tener una participación real y todo esto empujo mucho para que se conociera más sobre los juicios por jurado».
También Harfuch señaló cuales son los las condiciones de selección para participar en los juicios: “Jurados pueden ser todas las personas de entre18 y 75 años, la idea es que sea un juzgado popular soberano que no tenga ningún vínculo con el poder, esa independencia es lo que brinda el juicio por jurado. Las restricciones son por ejemplo para los políticos, los sindicalistas, los líderes religiosos, los agentes de fuerzas de seguridad, los abogados, todos quienes puedan influir en el fallo quedan afuera. Todo se define por un sorteo aleatorio, esto viene de la época de los romanos, para evitar cualquier tipo de manipulación. En un tiempo la CABA va a hacer un sorteo y deberá elegir 15000 porteños y porteñas para que sean jurados. No se puede evadir está responsabilidad, salvo por algunas excepciones, pero la realidad es que en la mayoría de los casos la gente quiere participar”.
Por último, el profesional dio su parecer sobre los beneficios de este tipo de procesos y añadió que los que se deberán adaptar son quienes son parte del sistema judicial: “Esto ya se lleva a cabo en Buenos Aires, Neuquén, Río Negro, Chaco, Entre Ríos, Mendoza, recientemente se aprobó en CABA y Catamarca, en San Juan se está trabajando en una ley, son varios ya los lugares donde se están desarrollando. En cuanto a lo bueno de todo esto, es que se transparentan los procesos, se analizan quienes pueden cumplir de manera más apta, se evalúan por las partes para que haya imparcialidad. Además la gente necesita pruebas, entonces los abogados son los que necesitan un entrenamiento para esta modalidad de juicios, ya no alcanza con un buen alegato, un discurso bonito. Por eso como abogados, debemos conseguir buenas pruebas, convincentes. Hay cosas que no se van a poder hacer más, como por ejemplo hacer firmar cualquier declaración. Por eso con los juicios por jurado vamos a tener una justicia de mayor calidad, no se comenten injusticias, de meter preso a un inocente o dejar libre a un criminal. Tener que escuchar las pruebas y decidir allí es lo más imparcial que hay”.