El juez Horacio Rosatti asumió como presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN), en reemplazo de Carlos Rosenkrantz, que será el vicepresidente. 

La elección se llevó a cabo con los votos de Rosatti, de Rosenkrantz y del magistrado Juan Carlos Maqueda; debido a que los otros dos integrantes de la CSJN, Elena Highton de Nolasco y Ricardo Lorenzetti, no se presentaron a votar. 

Por su parte, en diálogo con FRECUENCIA ZERO, el vicepresidente del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP), Alfredo Pérez Galimberti, detalló que se necesitaba una Corte que arcara precedentes con sus medidas. Y planteó que el organismo padecía de disputas internas.

En ese sentido, Galimberti señaló que los miembros del máximo tribunal tenían un apetito de poder administrativo y se habían olvidado de que debían servir a la ciudadanía en materia judicial. Al respecto, puso de relieve que la Justicia tenía un problema de desorientación general originado en la Corte; que, desde su punto de vista, no contaba con una jurisprudencia clara. 

Al mismo tiempo, el especialista advirtió que el ente se había quedado con el presupuesto del sector; cuando, según él, la idea original de la reforma constitucional de 1994 era que el Consejo de la Magistratura administrara y que la Corte controlara. 

A la vez, subrayó que la Corte precisaba ser modélica; y que sus conformantes debían ser investigados por el Poder Legislativo y poseer pergaminos intachables. Aunque sostuvo que la CSJN tenía hoy fallos «ambivalentes»… En esa línea, finalmente, Galimberti aseguró que el expresidente Mauricio Macri había afirmado en el libro Primer Tiempo que se arrepentía de los nombramientos de Rosenkrantz y de Rosatti. 

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