Economista, libertario y revolucionario. Así describe el economista José Luis Carretero Miramar al protagonista de su nuevo libro ‘Abraham Guillén. Guerrilla y autogestión’. Con una vida de leyenda, Guillén fue de un lado a otro vinculándose a los movimientos revolucionarios más destacados de los países donde estuvo, explica el escritor.

Con qué se encontrarán los lectores

Carretero Miramar, Secretario General de la Confederación Sindical Solidaridad Obrera y miembro del Instituto de Ciencias Económicas y de la Autogestión [ICEA], defiende que su nueva obra resulta muy interesante porque es una combinación de libro de aventuras, con una especie de fundamento teórico también muy trabajado».

«Lo que van a encontrar en el libro va a ser, por un lado, una cosa que se puede leer casi como una novela en el sentido de que van a ver un personaje que pasa por diferentes escenarios, que vive numerosas aventuras, que tiene un comportamiento realmente muy dinámico, y al mismo tiempo van a ver una discusión teórica, un análisis, un pensamiento fuerte en el sentido de que [Guillén] intenta analizar el tiempo en el que vive, y en el sentido de que intenta establecer alternativas para el mismo», señala.

Son alternativas, abunda el autor, en las que todo el mundo puede encontrar algo que le pueda resultar útil, «porque Guillén no es un personaje que repite acríticamente los manuales al uso, ni las palabras de orden de la tribu, sino que es un hombre que analiza las cosas desde los problemas que ve, y por lo tanto muchas veces es un hereje entre el mismo mundo de los herejes».

En general, el libro es «un análisis y una narración de gran parte de lo que ha sido los intentos por generar dinámicas de liberación del tercer mundo, de los países de la periferia, y de liberación revolucionaria o de práctica revolucionaria en unas décadas en que eso fue el centro del universo cultural en nuestra sociedad. En los años ’60, ’70, incluso ’50. Ahí hay una narración que yo creo que puede, sobre todo a las jóvenes generaciones, hacerles ver que el mundo no es tan gris, o no ha sido siempre tan gris como se nos está narrando hoy en día, y que ha habido esperanza en algún momento, y que en algún momento puede volver a haberla».

Un peregrino

Nacido en 1913 en Corduente, un pequeño pueblo de Guadalajara en Castilla-La Mancha, Guillén se traslada a Madrid, donde entre los años 1931 y 1936, durante toda la Segunda República española, estudia Económicas, y va a estar en Madrid cuando se inicia la Guerra Civil Española en la que participa, así como también en las actividades obreras puestas en marcha por la Confederación Nacional del Trabajo [CNT].

Posteriormente, al acabar la guerra es internado en varios campos de trabajo del franquismo, en varias cárceles, de las que escapa. Intenta reorganizar la CNT en la clandestinidad en el año 1944 en Madrid durante el franquismo, es atrapado en una redada en esta organización, y y vuelve a escapar de las cárceles franquistas en dos ocasiones.

Se exilia en Francia donde participa en la redacción del diario de la CNT Solidaridad Obrera junto al millonario anarquista Laureano Cerrada, y posteriormente inicia una cadena de exilios en América Latina donde va a participar en los movimientos sociales de su época.

Su periplo latinoamericano de Guillén

Empieza en 1948 yendo a Argentina donde se vincula con el ala más obrerista del peronismo. Participa activamente como periodista en diversas revistas y periódicos del peronismo más combativo, como El laborista, o Democracia. Va a estar muy vinculado a John William Cooke, figura peronista de izquierdas. Tras el golpe de Estado del año 1955 contra el general Domingo Perón, integra la llamada ‘resistencia peronista’: es uno de los animadores de la primera guerrilla del movimiento peronista que se llamaba los Uturuncos, por ello también es detenido en Argentina. Finalmente tiene que huir.

Participa en distintos campos de instrucción guerrillera en Cuba donde tiene una serie de conversaciones con el Che Guevara, las que él narra varias veces a lo largo de su vida. De allí pasa al Uruguay donde se convierte también en periodista, asesor económico de la Universidad del Trabajo del Uruguay, y allí se le vincula muy estrechamente con el nacimiento del Movimiento de Liberación Nacional [MLN] Tupamaros, esa fuerza de guerrilla urbana que estaba vinculada con personajes como el escritor Eduardo Galeano o el expresidente José Mujica.

También se vinculó a la Federación Anarquista Uruguaya que en esos momentos tenía una actividad muy señalada en el ámbito revolucionario. Mientras hace todo esto, publica una ingente cantidad de libros. Con la llegada de la dictadura a Uruguay huye nuevamente a Argentina donde en su breve estancia se le vincula nuevamente como profesor a la Universidad de Buenos Aires [UBA] y se le vincula nuevamente con el Partido Revolucionario de los Trabajadores y el Ejército Revolucionario del Pueblo, la guerrilla urbana también puesta en marcha en esos momentos contra La Triple A [Alianza Anticomunista Argentina], y este tipo de organizaciones ultraderechistas en la Argentina.

Entonces vuelve a exiliarse, pero en este caso en Perú donde oficia de asesor de la Organización Internacional del Trabajo [OIT] durante la dictadura progresista del general Juan Velasco Alvarado. Allí se encarga fundamentalmente de todo lo que es la estructuración, el asesoramiento y el estudio del sistema puesto en marcha de cooperativas y de economía social en Perú durante ese tiempo.

Posteriormente vuelve, ya muy mayor a Madrid en el año 1976 donde sigue operando como docente cooperativo vinculado a distintas experiencias, como un Instituto de Autogestión puesto en marcha en Valencia, y como distintas publicaciones periódicas como las de la CNT, o periódicos incluso mainstream muy reconocidos como El País o Diario 16. Morirá en el año 1993 y dejará tras de sí en sus últimos años también una ingente obra dedicada precisamente al estudio de la autogestión productiva por parte de los trabajadores de las empresas.

Una vida de leyenda

«Como teórico esto es un poco su vida, que es una vida un poco de leyenda», remarca Carretero Miramar, y se explica. «Va de un lado para otro vinculándose a los movimientos revolucionarios más destacados de los países donde está, más allá de todo dogmatismo, más allá de todo sectarismo».

El escritor apunta que al mismo tiempo que Guillén desarrolla una ingente labor teórica de estudio sobre tres temas fundamentales: por un lado del antiimperialismo, las propuestas relacionadas con al unidad latinoamericana con la posibilidad de la rebelión del tercer mundo, que es como él titula uno de sus libros; por otro lado el estudio de la guerrilla urbana como una alternativa a la perspectiva foquista de Ernesto ‘Che’ Guevara y de los cubanos en los años ’60 en América Latina; y por otro lado, el estudio de la autogestión como alternativa de conjunto al capitalismo y como mecanismo de producción económica que garantizase un paso hacia una sociedad más justa».

El ‘pecado’ de Guillén

«Guillén es un ‘maldito’ porque no se casó estrictamente con nadie», remacha el autor del libro.

«Como es un personaje que mezcla cosas, que es impuro, que tiene un concepto de la coherencia que tiene más que ver con estar en el centro de las luchas sociales y del lado de los débiles, de los que luchan contra la opresión, que con repetir acríticamente determinados lenguajes o determinados discursos, pues es un personaje que ha ido huyendo de un país a otro, que ha ido participando en las luchas sociales en todo momento, y que muy probablemente por eso no ha podido ser el brillante académico que hubiera podido ser si realmente se hubiera plegado a lo que necesitaba el sistema en ese momento», explica el economista.

«Yo creo que en ese sentido Guillén es un enfant terrible, pero también es un maldito que merece la pena conocer para ver precisamente todo ese tipo de discursos que han sido silenciados, invisibilizados, y hechos desaparecer a lo largo de la historia que nos quieren vender», subraya el autor.

El plus de este libro

Carretero Miramar incide en que el lector se va a encontrar en este libro con una biografía muy fundamentada «porque he utilizado fundamentalmente una serie de documentación que no estaba accesible hasta ahora, que es totalmente inédita. Documentación que estaba en la Fundación Anselmo Lorenzo que no había sido catalogada todavía –ahora ya lo ha sido–, como una grabación que me dio el ex eurodiputado Javier Couso, del propio Guillén contando gran parte de su vida. Documentación inédita bastante abundante», observa.

Cuenta la leyenda

«Existe una leyenda, que yo no la tengo confirmada, pero que la cuentan los últimos compañeros que tuvo Guillén en España, que era la gente de Queimada Ediciones. Esa leyenda cuenta que cuando Pepe Mujica venía a Madrid, antes de ser presidente, venía a la casa de Guillén en la calle del Olivar en Lavapiés, porque eran personas que se conocían estrechamente de esa época en que Guillén colaboraba, más o menos lateralmente, o asesoraba de cierta manera, a todo el espacio político que montó posteriormente los tupamaros», narra José Luis Carretero Miramar, autor del nuevo libro Abraham Guillén. Guerrilla y autogestión, que ya está al alcance del público.

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