“Recién se toma dimensión de lo que significa este incendio y de la tristeza que deja a la sociedad”, señala Rubén Torres de Radio Uno de Viedma y FM Piltri de El Bolsón. Es que se han quemado unas 7600 hectáreas al día de hoy, mientras se sigue trabajando en aplacar el fuego y hay focos aún por sofocar en el avance hacia el límite provincial con Chubut, donde están haciendo un trabajo manual de cortina para frenar el paso del fuego.

Están trabajando más de sesenta brigadistas del Plan Nacional de Manejo del Fuego más las dependencias provinciales especializadas en este tipo de catástrofes ambientales. Los bomberos acompañan parcialmente porque deben resguardar las necesidades de la población y sus viviendas.

Se ha expandido el fuego sobre algunas viviendas y se han puesto en marcha mecanismos solidarios como la junta de agua para consumo de la población y fardos de pasto para alimentar algunos animales que se han escapado del fuego.

El agua se trae de lugares altos por medio de mangueras a las casas del valle, mangueras que se han quemado creando la necesidad del agua para consumo y alimentación. Ayer se ha podido acceder nuevamente a la luz eléctrica lo que apacigua y permite mejorar la calidad de vida en esta situación.

En el plano político del siniestro,  se realizó una denuncia penal sobre el autor del inicio del fuego, se han realizado allanamientos y secuestros y se ha pedido a la gobernadora y a la justicia, empleen la pena máxima por esta acción y por el enorme daño que se ha causado, el inmenso riesgo en que se ha puesto a los pobladores, a la fauna y a la flora autóctona.

Se necesita un intenso trabajo de prevención en estas zonas rurales y planificar desde los roles del estado, una cosmovisión amplia y contenedora de las necesidades de la comunidad y sus destinos, señaló Torres desde la inquietud de los pobladores y las necesidades de los que allí viven.

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