En la década del ’90, un nuevo género musical floreció en el desierto de California (Estados Unidos). Combinando rock pesado y psicodelia con altos niveles de distorsión, apareció stoner para formar parte de la génesis del movimiento metalero.
La banda Kyuss lideró los primeros pasos del género en aquel país. En simultáneo, un grupo de músicos fundó Los Natas en Buenos Aires, y agarraron ese sonido para impulsar una versión de las pampas y urbana.
De este modo, llevaron su música por todo el mundo, colocándose como un grupo local de referencia a nivel internacional, y forjaron el movimiento stoner, y la renovación de la música pesada de la Argentina de comienzos del siglo XXI.
A partir de esta historia, Carlos Noro y Facundo Llano le dio vida al libro «Stoner Argentino», recopilando relatos de los miembros de Los Natas, Poseidótica, Dragonauta, Taura, Sick Porky, Buffalo, Humo del Cairo, Banda de la Muerte, Sutrah y Sauron, entre otros.
Llano comentó que el inicio del libro está marcado con el nacimiento de Los Natas, mientras que el cierre se produce en 2020 cuando empezaron a escribir estas páginas. «Decimos que es una historia incompleta. Después se verá qué sigue pero es una historia que continúa», expresó.
En cada capítulo se cuentan cinco años del movimiento stoner (sus características principales y sus desprendimientos), porque se destacan determinados hechos al concluir ese período. Si bien toma los grupos más importantes, también habla de bandas de culto (San Toro y San Diablo, entre otros).
«De 2010 a 1025 fue la explosión de la escena. Aparecieron cientos de bandas. Un poco tratamos de indagar el por qué de tantos grupos y a qué se debía el interés a un nicho», comentó el escritor. Además, buscaron sacar a relucir el espíritu independiente y cómo fue su construcción hasta la cúspide a lo largo de 15-20 años. «Mucho de eso tiene que ver con el espíritu autogestivo de las bandas», afirmó.
Según expuso en diálogo con FRECUENCIA ZERO, el interés también pasó por la diferencia estética y sonora de las bandas del género, su conexión con el rock argentino de los ’60 y ’70, y su desarrollo en Buenos Aires y el resto de las provincias, fundamentalmente en Neuquén.