El Ministerio de Educación de la Nación presentó las pruebas Aprender 2021, realizadas a 623.558 chicos de escuelas de gestión estatal (15.913) y privada (3.725). Los resultados arrojaron mayor dificultad en los aprendizajes de Lengua y estabilidad en Matemática.
El 56% de los alumnos de sexto grado de primaria llegó a los niveles de aprobación (satisfactorio y avanzado) en Lengua, mientras que el restante 44% presentó problemas para la lectocomprensión. El 22,3% estuvo por debajo del nivel básico planteado en la currícula. De este modo, hubo un incremento del 15,2% en relación a 2018.
Respecto a Matemática, el 23,1% de los estudiantes se ubicó por debajo del nivel básico, mientras que el 54,8% logró los niveles de aprobación (satisfactorio y avanzado).
La doctora e investigadora en Educación Superior, Mónica Marquina, aseguró que las evaluaciones exponen un sistema con profundas desigualdades históricas, que la pandemia terminó de quebrar. «Sobre todo para el 70% de chicos pobres que no logra resultados aceptables», indicó.
Al mismo tiempo, la ex candidata a diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires sostuvo que el Gobierno no asume la responsabilidad y echa culpas hacia afuera, «cuando fueron ellos quienes pospusieron la apertura de las escuelas y establecieron promociones automáticas sin ningún acompañamiento específico».
Según su perspectiva, la situación no se resuelve sólo con mejoras económicas a las familias, ingreso temprano al jardín, y más horas de clases y libros. «Se requiere un cambio de paradigma sobre cómo enseñar; qué metas lograr en cada trayecto; un trabajo profundo en las dos áreas del saber críticas, que permita a estos chicos, y no a los de dentro de 10 años, salir de la catástrofe educativa en la que están inmersos», comentó.
La especialista expuso, en diálogo con FRECUENCIA ZERO, que «ese 40% de chicos que están por debajo de los niveles básicos de Lengua y Matemática, hoy están en séptimo grado y dicen que necesitan tres años para revertir la situación».
De esta forma, se preguntó: ¿Dónde harán pausa? ¿Pasarán al secundario? ¿Cómo van a atenderlos o los damos por perdidos? ¿Qué acuerdo harán las provincias sobre este grupo? «No podemos dar por perdida una generación. Se piensan en políticas de largo plazo para resolver el problema, pero de estos chicos nadie habla», cerró.