Fuerzas terrestres de Rusia irrumpieron el territorio ucraniano desde varias direcciones, después de que su presidente, Vladimir Putin, anunciara una operación militar. Los vehículos militares rusos cruzaron la frontera en varios puntos del norte del país, así como en la península de Crimea en el sur.
Más de 40 soldados y una decena de civiles murieron por la invasión. “Una mujer y un niño resultaron heridos en la región de Konopot, donde ardió un auto. En la ciudad de Podolsk de la región de Odesa, siete muertos, siete heridos y 19 desaparecidos a consecuencia de un bombardeo. En la ciudad de Mariúpol, región de Donetsk, hay un muerto y dos heridos”, describió el asesor del ministerio del Interior, Antón Gueraschenko, en su canal de Telegram.
De este modo, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, anunció una ley marcial en todo el país, pero pidió a la población no entrar en pánico. Por otro lado, el mandatario de los Estados Unidos, Joe Biden, anunció sanciones y aseguró que habrá una inminente pronunciación de la OTAN; mientras que el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, le pidió a Putin, en nombre de la humanidad, que lleve sus tropas de vuelta a Rusia.
En este contexto, el docente de la UBA y doctor en historia, Fabián Harari, aseguró, en diálogo con FRECUENCIA ZERO, que la guerra en Ucrania nunca terminó desde la adhesión de la península de Crimea a Rusia. Ahora hubo un aumento en la escalada militar sobre el territorio.
El especialista detalló una serie de negocios que están en juego, como el comercio del Báltico y el gas licuado. Sin embargo, remarcó que el enfrentamiento es un episodio más entre China y Estados Unidos. El país asiático tiene una alianza económica y militar con Rusia, y además parte de sus empresarios habrían comprado 10% del suelo productivo en Ucrania. Mientras EE.UU. no quiere un conflicto directo, sino prestar apoyo mediante la OTAN.