El 6 de agosto Japón recuerda una de las tragedias más terribles no solo de la historia del país, sino también de toda la humanidad. 75 años atrás EEUU lanzó una bomba nuclear sobre Hiroshima.

Unos 140.000 habitantes de Hiroshima, de una población que en 1945 se estimaba en 350.000, murieron como resultado de aquel bombardeo.

Los bombardeos de Hiroshima y días después de la ciudad de Nagasaki fueron el único ejemplo de empleo del arma nuclear con fines militares.

En EEUU hasta el día de hoy justifican los ataques aludiendo a la necesidad militar, aunque muchos historiadores consideran que la capitulación de Japón en la II Guerra Mundial de por sí ya estaba predestinada.

El objetivo de Washington era «mostrar su supremacía nuclear», dijo el doctor en ciencias históricas Oleg Nazárov.

Alrededor de 800 personas procedentes de 80 naciones, entre ellas los sobrevivientes del bombardeo atómico, hibakusha como se les llama en Japón, asistieron a una ceremonia conmemorativa en Hiroshima. La asistencia al evento se redujo este año a una décima parte del aforo habitual debido a la pandemia de coronavirus.

El alcalde de Hiroshima, ciudad que fue víctima del primer bombardeo atómico hace exactamente 75 años, instó al Gobierno de Japón a adherirse al Tratado sobre la prohibición de las armas nucleares, firmado en 2017.

Por su parte, el primer ministro nipón, Shinzo Abe, reafirmó el rechazo de Japón a la producción, posesión o tenencia de armas nucleares.

«Fiel a los tres principios no nucleares, nuestra nación servirá de puente entre países que toman diferentes posiciones, y perseverará en llamarles al diálogo y a la acción. Al hacerlo, lideraremos los esfuerzos de la comunidad mundial para lograr un mundo sin armas nucleares», aseguró Abe.

Mientras tanto, un cuarto avión del Ministerio de Emergencias de Rusia con ayuda y especialistas rusos aterrizó este 6 de agosto por la mañana en Beirut, comunicó el servicio de prensa del ente.

El 5 de agosto Moscú informó que enviaría al Líbano cinco aviones que transportarían un hospital móvil, así como a médicos, socorristas y otros especialistas para paliar las consecuencias de la explosión en el puerto de Beirut.

En otro orden, el informe del Departamento de Estado de EEUU sobre la «propaganda rusa» es un intento de acallar las propuestas de Moscú sobre la reanudación de la cooperación bilateral, declararon en la Embajada rusa en Washington.

Se destaca que el Departamento de Estado de EEUU detesta las fuentes alternativas de información y que para desacreditarlas utiliza todos los medios disponibles.

Estos y otros temas en esta edición del programa El punto.

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