Hablamos con Bárbara Pereyra, integrante del Grupo de Arbolado del Parque Avellaneda que se reúne todos los jueves a las 17 horas en el parque.

El Grupo de Arbolado del Parque Avellaneda sigue avanzando. Se sigue sumando biodiversidad con el objetivo de sumar 500 ejemplares más de plantas nativas. De ese total, ya han llegado 243 ejemplares que fueron plantados el sábado 3 de julio. Además de sumar espacios a los que ya contaban, como los pastizales y el humedal, se trabaja en ampliar zonas como el sendero alrededor de las canchas y en una próxima plantación, se van a incorporar plantas nativas en el cantero que está en la entrada de la calle Bilbao. También, en esa entrada, se reemplazarán los árboles que están secos por árboles nativos.

Adicionalmente, están realizando un importante trabajo de visibilidad del proyecto, presentándose a un concurso que propone REVINA, la Red de Viveros de Plantas Nativas, para mostrar la valiosa experiencia que se está llevando a cabo y lograr que sea replicada para el conocimiento de la comunidad del Parque Avellaneda. Es una experiencia muy positiva que puede mostrarse como ejemplo de gestión e intervención con una muy baja perdida de ejemplares.

Se valora mucho esta gestión que se sostiene en un grupo de trabajo comprometido en el mantenimiento de las plantas y en su cuidado. Este es un mensaje muy importante que desde el Grupo de Arbolado se quiere transmitir a partir del lema Plantar y Cuidar.

El trabajo que realizan se concentra en el acompañamiento al proceso de adaptación en el lugar de plantado y los cuidados especiales que necesita hasta que se arraigue. Si bien son plantas nativas que se adaptan a la geografía autóctona, el cuidado es muy necesario en virtud de un proceso que difiere de la naturaleza de un árbol adulto. El crecimiento de un ejemplar nuevo y recién plantado necesita de mayor atención. Se protegen de las hormigas con productos caseros, se colocan elementos reciclados y de goma espuma contra el ataque de las hormigas, se quita el pasto que va creciendo alrededor, se colocan protectores en la base de los árboles, arbustos y plantas para proteger de las consecuencias de las acciones de mantenimiento del parque que al podar el césped pueden dañar las cortezas y la parte externa de los ejemplares que es vital cuidar para su supervivencia.

En general, el trabajo consiste en que el ecosistema funcione solo y limitarse a controlar todo aquello que lo perjudica, como las plagas, por ejemplo. Lo más importante que Bárbara resalta es controlar el equilibrio y contribuir a mantenerlo. 

Este trabajo es una forma de militancia ambiental. Un proyecto de transformación del medio ambiente. Pero fundamentalmente, es un proceso de aprendizaje para la comunidad. Se ha ubicado mucha cartelería para que los vecinos sepan que es lo que ha sido plantado y las pautas de cuidado de cada ejemplar. Una contribución de gestión e intervención centrada en el cuidado ambiental y en la función educativa.

En este momento se encuentran en la búsqueda de los recursos necesarios para completar la tarea de visibilidad y educación de las especies con la cartelería adecuada y distribuida por todo el parque. El pedido concreto de financiación de este proyecto ha sido hecho a la Comuna y se encuentran a la espera de su aporte necesario y ausente aún.

Esta forma de trabajo colectivo está cobijada por la experiencia previa de la Mesa de Trabajo y Consenso del Parque Avellaneda. Embarcados también en el proyecto del Biocorredor Cildañez y Cuenca en Red, se construye con el objetivo de hacer de estas experiencias procesos replicables en la Comuna 8 y la 9. Se busca que no haya espacios aislados, que no haya espacios inaccesibles, de difícil acceso o fragmentados. La propuesta del Biocorredor Cildañez es conectar estos espacios conscientes de la necesidad de contar con la mayor cantidad posible de vecinos que tomen como propia esta experiencia y la sostengan de forma activa y presencial. Tal como la historia del Parque Avellaneda lo demuestra en su metodología de trabajo y su concepto de trabajo asociado y colectivo.

La etapa final de este proyecto se concentra en la parte educativa y en la posibilidad de replicar especies autóctonas y reproducirlas. Resta por culminar la parte informativa y de cartelería para que la gente que se acerca pueda interactuar y formar parte de este proyecto desde el conocimiento.

Todos aquellos interesados en conocer más sobre esta experiencia de gestión y cuidado ambiental pueden hacerlo mediante el Instagram del Grupo de Arbolado del Parque Avellaneda.

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