Y un día volvieron las canciones al rock nacional, por lo menos en sus presentaciones en vivo. Las Pelotas, Fito Páez y Charly García, en la última fecha del Quilmes Rock 2012, demostraron que todavía la “gente” disfruta de las canciones.

Sin embargo que Fito y Daffunchio estén pisando los 50 años y Charly los 60, nos dice algo de cómo está el rock en Argentina. Podemos agregar a este trío, algunos ejemplos más: el Indio Solari (63 años),  La Renga (Napolitano, 45 años) y Divididos (Mollo, 54 años). De acuerdo al gusto, se pueden sumar uno o dos más, pero el concepto está claro.

Hablando sobre lo sucedido en River, la mejor descripción es que fue un show. Las bandas se presentaron ensayadas, resulta increíble que debamos agradecer esto. La lista fue casi ideal porque siempre falta “alguna” cuando tocan personas con tantos éxitos en sus espaldas. Desarmar y armar un escenario en 15 minutos siempre conspira contra la calidad del sonido, pero los técnicos ajustaron lo necesario para que no se perdieran más de una o dos canciones sin el audio óptimo. El profesionalismo no sólo es bueno para el público, el anhelo es que algún músico joven aprenda que se puede hacer rock con calidad. La actitud, que sobra en el 90% de las bandas nuevas, no basta para llenar estadios.

Sigamos el orden cronológico. Las Pelotas confirmaron que son una banda madura, que sabe su norte y cuál es su objetivo. Su presente, resistido por los “seguidores de siempre” que no comprenden que ya no tienen más 20 años, estuvo perfectamente expuesto. Manejando los climas, comenzaron con canciones de su último disco “Despierta” (“Que estés sonriendo”, “Personalmente” o “Pasajeros”) para finalizar con clásicos como “Esperando el milagro” y “Capitán América”. Muchas de las críticas que se le hacen a la banda por “olvidar sus orígenes”, se vuelven elogios. Para rockear como a los veinte hay que tener veinte, mientras tanto es bueno disfrutar de su potencia. Canciones, de eso se trata, que te despeinan.

Luego llegó Fito. “El amor después del amor” y  “Dos días en la vida”, abrieron la presentación. Más tarde se escuchó “11 y 6” y “El chico de la tapa”. Si queda alguna duda, también se disfrutaron temas como “Polaroid de locura ordinaria”, “Mariposa Tecknicolor”, y el infaltable “Ciudad de pobres corazones”. ¿Qué más se puede decir? La historia de los temas, muchas de los cuales forman parte de la mejor producción del rock nacional, fue presentada con la contundencia necesaria. Lo justo, ni más ni menos, para ser impecable.

Y Charly. Después de El Flaco, homenajeado en “Rezo por vos” y la remera de Charly, el último ícono del rock nacional de todos los tiempos. Su permanente reinventarse y sobrevivir, no deja espacio para que los clásicos no obtengan nuevas formas. El primer invitado fue Pedro Aznar para interpretar “Perro andaluz”, el Aznar de Seru, uno de los mejores bajos de la historia. Esta nueva era de Charly permite que sea Fito el responsable del piano en “Desarma y Sangra”, acompañado por cuerdas. Y sí, la voz ya no es la misma y no volverá a serlo. Pero el bicolor está haciendo música en su mejor versión. Ideal para disfrutar y seguir aprendiendo. Las nuevas herramientas tecnológicas sumadas a letras, acordes, armonía y arreglos, al servicio del show. Como debería ser, como nunca debió olvidarse. Por suerte él cada tanto revive.

Autor: Pablo Llentilín

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