El mandatario realizó un encendido discurso contra el feminismo, la homosexualidad y la ideología de género, entre otras temáticas ligadas a lo que él denominó el “wokismo”, una corriente vinculada al progresismo en todo el mundo. ¿Qué intenciones tuvo el presidente con este tipo de discurso? ¿Fue una oportunidad desperdiciada en el Foro Económico Mundial para conseguir inversiones?

En diálogo con FRECUENCIA ZERO, el politólogo Emmanuel Boente Brusa analizó la dimensión política de la presentación de Javier Milei y sostuvo que “buscó tener una proyección política y económica hacia quienes podrían ser los futuros líderes de Europa”, teniendo en cuenta las futuras elecciones en el viejo continente, donde la ultraderecha podría llegar a gobernar países como Alemania y Francia. Asimismo, destacó que “fue un discurso que le es impropio porque no está en debate en el país”. 

En este sentido, el analista político destacó que Javier Milei “siempre tuvo cuidado con ser crítico con las personas que integran los movimientos del wokismo”, por lo que su discurso en Davos fue la primera vez que el presidente “criticó a quienes los integran”: “nunca se refirió en términos de la mujer o el homosexual; es una crítica ya individualizada que es hasta riesgosa por momentos”, agregó. 

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