Con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Marihuana, en Ponele Rock, hablamos con Martín Armada. Él es poeta, profesor de literatura, escritor y, además, es editor general de THC, la revista de la cultura canábica desde 2006.

Martín recorrió los orígenes y los mitos urbanos que rastrean el origen de esta celebración oriunda de San Francisco, California y afirma, a partir de datos de la ONU antes de la pandemia, que 192 millones de personas consumen marihuana aunque sea una vez al año.

“Se ha generado una cultura subterránea y, hoy, una con mayor visibilización, de la mano de pedidos de respeto hacia ciertos derechos y a la obtención de garantías por el uso de una planta en términos transversales: diferentes edades, diferentes clases sociales, diferentes universos de pertenencia. Atraviesa muchas dimensiones de la sociedad y su producción, también”. Armada describió que puede estar dándose el “corrimiento de un velo” en cuanto a los sinceramientos sobre el consumo a partir de una nueva visibilización del fenómeno.

La calidad de la información que circula sobre el cannabis termina siendo muy parcial y subjetivada por la particularidad derivada de su prohibición. “Sacar conclusiones (estadísticas) es un poco temerario”, señaló Martín.

THC tiene una trayectoria que se remonta a 16 años convirtiéndose en un medio clásico.  “El prohibicionismo es violento en esencia, es antidemocrático, pero es muy difícil medir el cambio que se ha materializado en la sociedad. Más allá de los cambios legales que ha habido y que son muy importantes e innegables, es un cambio social. Varios de los que hacemos THC somos mayores de 40 años y se perciben cambios generacionales que van empujando más allá de las leyes, a la forma de mirar el cannabis”.

¿Por qué regulación, en lugar de legalización o despenalización?

Son diferencias que parecen finitas, pero no lo son tanto. La despenalización quita el carácter punitivo a la tenencia para el consumo personal. No quiere decir que el cannabis deje de estar prohibido, seguirá siendo ilegal pero esa conducta va a estar despenalizada. El Estado levanta la pata y le saca una presión al usuario.

Por otro lado, la legalización implica en cambiar el estatus legal y dejan de existir las conductas penadas. Sacarla de la lista de sustancias prohibidas a la que se le aplican los criterios de la Ley de Drogas, la 23.737. Si vos sacás al cannabis de la lista de esas sustancias, ninguna esas acciones penales se aplicaría a los usuarios particulares.

Mientras que una regulación es una forma de hablar de legalización, pero en términos de un diagrama estatal no tan pormenorizado: no tan libre mercadista.

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