Finalmente, el Gobierno de la Nación y el Fondo Monetario Internacional (FMI) confirmaron, mediante un comunicado, un acuerdo para reestructurar la deuda argentina. El entendimiento será tratado por el Congreso a partir del lunes, con la presencia del ministro de Economía, Martín Guzmán, en la Comisión de Presupuesto.
En este contexto, el columnista económico, José Castillo, dejó de lado las luces que intenta mostrar el Ejecutivo e hizo foco en las sombras del acuerdo con el organismo internacional. «Me gustaría ver las planillas del memorándum y no están. Podría decir que es sospecho que todavía no las hayan hecho. No las tiene nadie», señaló.
En consecuencia, el economista afirmó que el único interés es su rápida aprobación, al estilo escribanía. «Es el mismo acuerdo que nosotros venimos siguiendo desde hace un mes», expuso. Esto significa que el FMI aprobará el documento en su directorio y después habilitará los fondos para cubrir el vencimiento de marzo. También habrá revisiones trimestrales, cuyas notas marcarán o no la continuidad de la relación, por lo que se cede el control económico.
Por otro lado, Castillo indicó la cuestión de las tarifas. Si bien el Gobierno había planteado un incremento del 20% (salvo para sectores de grandes ingresos), ahora planea un número superior para las facturas, tras la retirada de los subsidios. De este modo, la reestructuración sería del 22% para un sector, 40% para otro grupo y otro conjunto de personas sufriría entre el 120 y 200%. «Las empresas no pierden porque se le retiran los subsidios y van los aumentos. El que pierde es el bolsillo del trabajador», marcó.
Por último, el especialista se refirió, en diálogo con FRECUENCIA ZERO, al achicamiento del déficit. La gestión de Alberto Fernández apuesta por un crecimiento económico o mayor recaudación impositiva para evitar la reducción del gasto. No obstante, el acuerdo no contempla ninguna de estas opciones. De esta manera, la única forma de bajarlo es cortar por subsidios y jubilaciones.