En el ciclo de entrevistas en la Legislatura Porteña, dialogamos con María Magdalena Tiesso, representante de Unión por la Patria.

 

¿En qué barrio vive?

En La Boca

 

¿Cuáles fueron sus inicios en la actividad política?

Empecé mi militancia orgánica en el Peronismo Militante, organización que suscribía al modelo nacional que estaba instaurando Néstor Kirchner, luego de la tremenda crisis vivida por los argentinos en el año 2001. Finalmente, por mi militancia en la capital, fui una de  las representantes del pueblo de la Ciudad de Buenos Aires que accedió a la Legislatura de la Ciudad, en el año 2015. Cuando integré la lista, era la candidata a legisladora más joven de la Ciudad; tenía 25 años.

 

¿Cuáles serían los primeros cinco lugares de la Ciudad que no podría dejar de conocer?

Como hincha del mejor equipo del fútbol argentino, ya te digo que no puede dejar de conocer el estadio de Boca, y  todo lo que tiene que ver con los lugares históricos del barrio, Caminito, por ejemplo. Tiene también  que ir por supuesto a Plaza de Mayo, mirar el balcón histórico de la Casa Rosada desde la fuente. 

Otro lugar con mucha historia para visitar es el barrio de San Telmo. La iglesia del barrio que es muy antigua, la plaza de San Telmo, las calles empedradas, todo el recorrido histórico. Otro edificio para ver en la Ciudad, es el viejo edificio del Correo, que se restauró completo durante el Gobierno de Cristina, el famoso centro cultural Néstor Kirchner.  La bóveda, por ejemplo, es hermosísima.  Y, por supuesto, el edificio de esta legislatura, que además de ser bellísimo, es donde funcionó la Fundación Eva Perón.

 

 ¿Qué temáticas aborda como legislador?

En el primer mandato impulsé, entre otros proyectos, el Observatorio de Violencia Obstétrica, un tema central para las mujeres que sufren la violencia en el marco del parto, con el objetivo de conseguir que se cumpliera la ley de parto respetado. En el área de la salud también propusimos la creación de comités comunales para control del dengue, una propuesta interesante que no se llegó a realizar pero que hoy está más vigente que nunca. 

Además trabajamos en temas de vivienda, especialmente en la cuestión de un marco regulatorio para los inquilinos de la Ciudad de Buenos Aires, que siempre fue un tema difícil de abordar por la presión de los grandes sectores inmobiliarios. Le dimos mucha importancia con acciones efectivas a las reivindicaciones de nuestros veteranos de la Guerra de Malvinas, también atendiendo a su mejora en las condiciones de vida a través de exenciones. Hoy trabajamos fuertemente con la mesa de personas mayores, con el objetivo de escuchar las demandas, trabajarlas y resolverlas en el marco de nuestras posibilidades, atendiendo su calidad de vida, sus derechos, las problemáticas propias del sector, el acceso a la salud integral. 

 

¿Cuáles deberían ser los lineamientos del desarrollo económico porteño?

En primer lugar, es importante destacar cuál es nuestra Ciudad soñada, una ciudad más igualitaria, donde no existan más inequidades entre Norte y Sur. Su economía se centra en la especulación inmobiliaria y los negocios inmobiliarios de las grandes empresas, porque el sector inmobiliario en la capital está sumamente concentrado. 

El comercio por supuesto es también importante, y creemos que hay que tener políticas especificas para que puedan desarrollarse, por ejemplo, los bares y restaurantes que son uno de los atractivos maravillosos de nuestra Ciudad, como medio de recreación, socialización, y que quedaron golpeados, al igual que otros negocios, por la pandemia.

 

¿Qué cambios educativos, pedagógicos o institucionales propone para las nuevas generaciones?

Primero y principal hay que solucionar el acceso a la educación pública de todos y todas las porteñas. Si todos los años nos encontramos con el problema de las vacantes, y no hay paralelo al crecimiento, un desarrollo sostenido de la infraestructura escolar o de las condiciones de esa infraestructura escolar, no estamos atendiendo lo básico de la educación. Por otro lado, creo que la posibilidad del uso de las nuevas tecnologías en el aula, con los programas del Gobierno, es necesaria, pero en lugar de crecer y extenderse, parece sumarse a la desinversión generalizada en el área de la educación. Yo entiendo que no hay forma de aprender a pensar críticamente sin la lectura.

 

¿Cómo entiende la autonomía de la Ciudad, con el traspaso de la Justicia y la implementación de los juicios por jurado?

La autonomía de la ciudad, específicamente en el caso de la justicia, se viene cumpliendo de forma yo diría ineficaz. El primer problema que nos encontramos acá, es la falta de independencia de la justicia de la Ciudad, con respecto  al Poder Ejecutivo de la Ciudad, y esto atenta contra la transparencia de los traspasos. Mientras la Ciudad no pueda cumplir con el acceso a la justicia de los ciudadanos en las áreas que ya pertenecen a la ciudad, es complicado plantearse la realización de la autonomía plena en materia de Justicia.

 

 ¿Cómo evalúa y proyecta la descentralización de la Ciudad y las Comunas?

Lo que hubo desde el gobierno de la ciudad con signo macrista, fue una política de desalentar en forma constante la participación ciudadana en los ámbitos de las comunas. Además de quitarle centralidad a los consejos consultivos con maniobras poco claras, como por ejemplo crear unidades de gestión paralelas, que hacen que no sean los órganos específicos y centrales donde participan los vecinos, se les quita funciones de hecho a las juntas comunales. Finalmente, no se cumple de ninguna manera con el presupuesto participativo, el Gobierno de la Ciudad sigue centralizando todas las decisiones sobre la ejecución del presupuesto sin atender las demandas que se hacen desde los barrios, las demandas concretas, y las inquietudes de las juntas comunales.  Por eso estamos decididos este año, desde la presidencia de la Comisión de Descentralización y en el contexto de un nuevo Poder Ejecutivo, a trabajar fuertemente por un lado, para que aumente la participación comunal, y a la vez darle marcos regulatorios precisos a algunas de las cuestiones que hacen que pueda darse esa participación comunal; y por otro lado, a empezar a desarrollar la aplicación de un presupuesto participado en términos facticos, tal como se hace en otras ciudades.

 

 ¿Qué análisis tiene sobre la reconversión del centro porteño y la crisis habitacional post pandemia?

La crisis habitacional ya es histórica en la Ciudad de Buenos Aires, y no empezó con la pandemia. Hay varias aristas que atender. No tengo en principio objeciones la reconversión del centro, pero vuelvo a lo mismo que ya dije: la mirada tiene que estar puesta en la ciudad más igual. No puede ser que se priorice el desarrollo del negocio inmobiliario, que los recursos públicos se destinen a asegurarle el lucro a algunos pocos y haya escasas o nulas políticas para que se acceda a un derecho básico como la vivienda para la gran mayoría de las familias en la Ciudad. Respecto de la crisis habitacional general, hay que dejar de destinar tierras de dominio público para proyectos inmobiliarios de lujo y pensar en la construcción de viviendas, pero de viviendas para los trabajadores de la Ciudad, con líneas de adjudicación específicas y claras. 


Hay que generar políticas concretas para atender los derechos de los inquilinos. El Estado debe regular fuertemente ese mercado porque es prioritaria para la gente y para que se acceda al derecho a tener techo. 

 

 ¿Qué ciudad imagina en el futuro

Imagino una ciudad más equitativa, más rica y diversa en ofertas culturales, que siga siendo una ciudad atractiva internacionalmente, y abierta, pero que atienda las necesidades básicas de sus habitantes. Una ciudad en la que se pueda vivir bien y planificar estar mejor, desde la infancia hasta el final de la vida. Una ciudad donde no haya porteños o porteñas que tengan que habitar la calle. Una Ciudad para todos realmente y no para pocos.