Paola Signoretta, presidenta de la Cámara de Instituciones de Nivel Inicial de la Ciudad de Buenos Aires (CENICABA), detalló la “acuciante” situación que atraviesan los jardines maternales privados, en medio de la crisis inflacionaria actual. “Más del 70% de los jardines están endeudados con préstamos o moratorias con AFIP; la situación es terminal y vamos al cierre de instituciones educativas”, denunció la representante, quien también explicó que son un sector cuyo presupuesto se nutre “pura y exclusivamente” de la cuota de los padres, ya que no poseen “ningún tipo de subvención económica del Estado”. “Detentamos el 56% de la matrícula en cuanto a vacantes y las familias no encuentran lugar en espacios de gestión pública, entonces recurren a nuestros jardines; somos un sector que viene a paliar una deficiencia del Estado, pero no tenemos apoyo”, agregó.
En diálogo con FRECUENCIA ZERO, Signoretta explicó que los jardines maternales “están trasladando, lamentablemente, los índices inflacionarios a las cuotas”, pero que los ingresos se ven afectados también por los alquileres, la paritaria docente y la suma fija impulsada por el gobierno nacional: “el 95% de las instituciones alquilan sus propiedades y sufren un ajuste semestral, además de la cuestión paritaria y ahora el tema del bono que nos tiene contra las cuerdas”, expresó. Además, sostuvo que “cada jardín está tratando de trasladar los aumentos en pequeños montos, pero que eventualmente debieron acompañar la inflación de entre un 8% y 10%”, por lo que vienen planteando a la Dirección General de Escuelas de CABA “la necesidad imperiosa de cambiar el paradigma en cuanto a la asistencia de nuestro sector”.
La presidenta de CENICABA también especificó que se vieron incrementos en cuanto a las cuotas de materiales y los servicios de comedor o viandas: “son el triple de lo que eran el mes pasado”, aclaró. En consecuencia, los padres eligen diferentes alternativas para poder pagar menos: “evidentemente, surge la posibilidad de reducir la jornada y que los chicos se queden menos, u optan por enviar la vianda y no pagar el servicio de comedor; en algunos casos hasta se acercan a las instituciones para pedir ayuda y en un 100% creo que se accede porque se genera un círculo solidario virtuoso”.