En el marco de entrevistas en la Legislatura Porteña, dialogamos con Yamil Santoro, representante de Republicanos Unidos.
¿En qué barrio de la ciudad vivís?
Vivo en Recoleta y nací en Lugano.
¿Cuáles fueron tus inicios en la actividad política que te trajeron hasta acá, a la Legislatura?
Arranqué hace unos 18 años, primero en un espacio que se llamaba «Valores para el País», con Cynthia Hotton. Después en el año 2008-2009 fui uno de los fundadores del «Partido Liberal Libertario», y luego trabajé con Patricia Bullrich en «Unión por la Libertad». FInalmente fundé «Mejorar», que es el partido que se convirtió en «Republicanos Unidos» en el año 2018.
Si alguien visitara por primera vez la Ciudad, ¿cuáles serían los primeros 5 lugares que no podría dejar de conocer?
El Teatro Colón, el Obelisco, diría «La Bombonera» o la cancha de River, cualquiera de las dos opciones; pero alguna de esas dos en partido; Puerto Madero y los Bosques de Palermo, el Rosedal puntualmente.
De acuerdo a su profesión o interés ¿qué temáticas aborda como legislador?
Básicamente, bajar impuestos, achicar el gasto público y simplificar regulaciones. Una agenda liberal clásica.
¿Cuáles deberían ser los lineamientos de desarrollo económico porteño?
La Ciudad de Buenos Aires tiene primero que simplificar su marco normativo, sobre todo en materia de habilitaciones para que se puedan radicar negocios con mayor facilidad.
En segundo término, somos una ciudad prominentemente orientada a servicios y, en ese marco, tiene sentido que sigamos fortaleciendo esa vertical, sin una cuna de capital humano, pero sin descuidar el turismo y a cierta industria que tenemos de baja complejidad. Pero siempre con valor agregado, sobre todo del lado del diseño. Creo que la ciudad tiene que animarse a crecer en varias direcciones a la vez.
¿Qué cambios educativos, pedagógicos o institucionales propone para las nuevas generaciones?
Tenemos que aprender a dejar de pensar en la educación en los términos de la costumbre. Actualmente hay un diseño escolar que no se aleja demasiado de lo que cursaron nuestros padres, nuestros abuelos y nuestros bisabuelos. Y, en ese marco, tenemos que estar dispuestos a pensar en modelos asincrónicos de clases, más orientados a aprovechar las herramientas tecnológicas que hoy permiten una mayos customización de la educación para armar tramos pedagógicos adaptados a cada persona y, en todo caso, pensar en las escuelas más como ámbito de contención y cohabitación y no tanto en los cursos uniformados con todo el mundo yendo a la misma velocidad y viendo las mismas cosas.
¿Cómo entiende la autonomía de la ciudad con el traspaso de la justicia y la implementación de los juicios por jurado?
Lo entiendo como mandatos constitucionales. Es decir, son cosas que hay que hacer, hay que avanzar en la implementación de lo que fija la ley y discutir también la Ley Cafiero para que la Ciudad de Buenos Aires tenga todas las atribuciones que le corresponden, equiparándola con una provincia más.
¿Cómo evalúa y proyecta la descentralización de la ciudad y las comunas?
Yo creo que no ha sido exitoso el modelo de descentralización comunal y que, en virtud de ello, hay que revisar todo el esquema porque hoy estamos en el peor de los mundos: con gobierno centralizado, pero pagando estructuras sub provinciales como son los mecanismos de gobernanza comunales que son muy caros y aportan muy poco valor agregado.
¿Qué análisis tiene sobre la reconversión del centro porteño y la crisis habitacional post pandemia?
No sé si hay una crisis habitacional post pandemia. Creo que hay un desafío habitacional en la Ciudad de Buenos Aires porque, por un lado, puja un sector turístico cada vez más competitivo, robusto y donde hay ciertas viviendas que se afectan a eso; una inseguridad jurídica producto, en parte, por la Ley de Alquileres que ahora se ha logrado revertir pero que hizo contener mucho la oferta para que haya edificios de renta o más inversiones en la Ciudad de Buenos Aires. Con lo cual, creo que lo que tenemos que hacer es que más personas decidan armar más desarrollos en la Ciudad de Buenos Aires, sobre todo en el sur, y que permitan densificar barrios que hoy por hoy tienen una baja cantidad de habitantes por kilómetro cuadrado, como Lugano, Pompeya, entre otros.
¿Qué ciudad imagina en el futuro?
Una ciudad libre, ordenada, abierta al mundo y donde aquel que tenga un proyecto quiera venir a incubarlo para volverse internacional.