En Europa hace muchos años que se vienen utilizando las energías alternativas, pero en este último tiempo se están impulsando varios proyectos como respuesta a la crisis energética que está viviendo a partir de la guerra en Ucrania. El viejo continente duplicó el precio del gas dado que Rusia es el principal proveedor.
Francisco Mazzotta, ingeniero electromecánico, explicó que Europa tiene 3.000 plantas de metanización, de las cuales 450 son centros de almacenamientos residuos que utilizan la generación de biogás. En sus inicios el aprovechamiento de los residuos en el viejo contienente era una respuesta a la contaminación ambiental dado que la población supera los 500 millones de habitantes.
A su vez, destacó que en Argentina también se están llevando a cabo varios proyectos. Pero la generación de biogás aquí se comenzó a dar con mucha antelación, ya en el siglo pasado con capitales nacionales pero por falta de financiación no se pudo seguir adelante. Muchos años después vinieron empresas de Alemania e Italia que trabajaron sobre el biogás en Argentina.
«Desde 1980 el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) comenzó a trabajar el tema del biogás, que cuando lo dejó lo siguieron la Universidad Tencológica Nacional (UTN) y la Universidad Nacional de Lujan, pero por falta de apoyo económico quedamos a mitad de camino», recordó Mazzotta.
El biogás es una fuente de energía limpia, renovable y orgánica que además ayuda a resolver desafíos ambientales globales. Un mayor uso de biogás permite la eliminación de la basura que puede presentar riesgos para el medio ambiente y la salud.