La candidatura de Bob Dylan a la Legión de Honor francesa ha recibido el visto bueno del consejo de la orden y de su Gran Canciller, Jean-Louis Georgelin.
La polémica surgió hace unas semanas cuando la prensa francesa aseguró que Georgelin se mostraba disconforme por las posiciones pacifistas de Dylan durante la guerra de Vietnam (antigua colonia francesa) y su consumo de drogas. En un comunicado, Georgelin desmiente estas informaciones y asegura que se atuvo al reglamento de la orden, al tiempo que reconoce los méritos de Dylan.
Este es el comunicado del Gran Canciller de la orden de la Legión de Honor:
“La señora ministra de cultura podrá próximamente entregar las insignias de la Legión de Honor a Bob Dylan. El consejo de la orden ha remitido un informe favorable al Gran Mestre, el presidente de la Républica. Como tiene por costumbre, el alto consejo examinó el dossier [en el que se solicitaba la Legión de Honor para Bob Dylan] en el momento en que le fue remitido, ignorando las polémicas que suscitó, dentro del respeto a sus procedimientos y su jurisprudencia.
Yo, en efecto, descarté un nombramiento directo sin deliberación del consejo, algo que ocurre a veces cuando se trata de extranjeros, algo que se ignora a menudo, que no son miembros de la orden. Estimé, en efecto, que no había ninguna razón para eximirlo del procedimiento normal.
Seguros de su magisterio cultural, algunos –estoy bastante familiarizado con los arcanos del poder para no tener la más mínima duda acerca de su ubicación– se creyeron legitimados a lanzar una polémica en mi contra, sin jamás haber creído un deber verificar ni las reservas que se me adjudicaban ni el procedimiento respecto a un caso semejante.
El consejo de la orden, por su parte, ha hecho su trabajo. Su ponente examinó serenamente el informe que se le entregó, se aseguró –no fue ocioso– que había sido hecho en coordinación con nuestra embajada en los Estados Unidos, profundizó en el conocimiento de la vida caótica y en los textos de este artista sin igual, reconocido en su país y en el mundo como un inmenso cantante y un gran poeta. Esto le ha valido ser candidato en diversas ocasiones al Nobel de literatura y ser condecorado con la más alta distinción civil americana, la “presidential medal of freedom”.
El consejo ha tenido en cuenta la antigua costumbre en nuestro país, que se quiere un faro de la cultura universal, de conceder la principal de nuestras órdenes a los grandes artista extranjeros. Ha sido en el conjunto de todos estos elementos examinados con seriedad en lo que se ha fundado la decisión. Hemos obrado en consecuencia, sabiendo que nuestra decisión se impondría.
El consejo de la orden deliberó bajo mi presidencia con sabiduría y rigor para mantener la grandeza de la orden, de la que estamos a cargo bajo la autoridad de nuestro Gran Maestre. Una orden de la que a menudo se olvida que es civil y militar desde su creación y que está destinada a recompensar los logros sobresalientes en todos los ámbitos de la actividad humana.
Jean-Louis Georgelin.”