Durante los últimos días hubieron sucesivos cortes de luz en varios focos de AMBA y todos apuntaron contra las empresas energéticas. En el día de ayer casi 20 mil usuarios seguían sin luz.

Diana Mondino, economista de la Universidad del CEMA, explicó en FRECUENCIA ZERO que la situación es «dramática», tanto para la gente que está sin energía como para las empresas de distribuidoras del servicio en términos económicos.

Por un lado, el usuario arremete contra las empresas distribuidoras y es válido; pero del otro lado hay una empresa que está recaudando «poco» en cuanto a lo que necesita para funcionar de manera correcta.

Las empresas distribuidoras de energía dan un servicio ampliamente económico y eso tiene consecuencias, Mondino explicó: «Lo que cobran no les alcanza para cubrir sus gastos diarios, no les alcanza para pagar el salario a sus empleados y realizar los mantenimientos».

Asimismo, la economista explicó que del monto total de la factura de luz, aproximadamente 50% pertenece a gastos impositivos, con lo cual la empresa distribuidora solo está recaudando el 50% restante con el que debe pagar la energía a la empresa generadora. 

Sin embargo, aseguró que esto no se está dando: «nadie le esta pagando a la generadora, al transportista como distribuidoras, porque para eso hay que pagarle a CAMMESA, que es un ente público que es el que recibe los subsidios que se les asigna a las empresas generadoras». 

Las empresas al no poder cubrir los gastos necesarios como salarios, tampoco puede realizar una inversión, y generar mayor cantidad de luz, o realizar mantenimientos. 

«Es un cúmulo de cosas espantosas: una estructura impositiva notable, el 50% de la factura; el generador recibe algo de vez en cuando de una forma muy poco transparente; la distribuidora que no le alcanza ni para pagar los sueldos. Hay que empezar a arreglar muchas cosas y ninguna de esas cosas tiene una solución inmediata», enfatizó Mondino. 

En síntesis, se hace imposible tener un servicio satisfactorio si hubo una profunda caída en los valores reales del servicio entre 2002 y 2015; luego una leve recuperación con el «tarifazo» de la era Macri, que así y todo no alcanzó; y durante este último año pequeños aumentos, que no llegaron a cubrir la inflación.

 

 

 

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