Desde su web, Enrique Bunbury ha difundido el texto que reproducimos a continuación, escrito por él mismo, y que sirve de presentación de “Palosanto”, su nuevo disco, que se pondrá a la venta el 29 de octubre y que aquí define como social:

Sé que en muchas entrevistas me preguntarán porqué este álbum se llama “Palosanto”. Tendré que inventarme algo….: ¿Un modelo de ovni vintage de los años cincuenta? ¿La madera con la que se construyen las guitarras que utilizo y los bates de béisbol con los que intento destrozar los cajones en los que me encasillaron?

“Palosanto” es mi decimocuarto álbum de estudio. Cuatro con HdS, ocho en solitario, uno con Nacho Vegas y otro con el colectivo Bushido. Todos ellos los considero discos de búsqueda. Una permanente huída hacia adelante. Un viaje interminable que nunca llega a su fin y que pretende no pasar dos veces por el mismo cruce de caminos. Así, considero que “Palosanto” es mi decimocuarto disco de transición.

La mayoría de los músicos mostramos en nuestras primerizas grabaciones y a las claras, cuáles son nuestras influencias, discos y artistas favoritos. Cuando cumplimos algunos años y ya grabamos una buena cantidad de álbumes, parecemos esforzarnos en demostrar y señalar orgullosos cuáles fueron nuestras raíces. Cumplidas ya ambas inclinaciones naturales, quise que “Palosanto” fuera un disco contemporáneo, contenido y, espero, nada ombliguista. Personal, moderno y con vocación universal. Conté de nuevo con Los Santos Inocentes (con los que ya grabé “Hellville de Luxe” – 2008,”Las Consecuencias” – 2010, “Gran Rex” – 2011 y “Licenciado Cantinas” – 2011). Les pedí que guardaran cierta distancia en sus interpretaciones. Sin dramatismos… ¡que ya nos conocemos! Quería, también, que las guitarras y los teclados sonarán a instrumentos actualizados, alejándonos de tics y lugares comunes. La mayor parte de lo que suena, como metáfora, lo grabamos con instrumentos recién comprados.

Aparte de mi banda habitual, contamos con la colaboración de un trío vocal femenino de gospel, una orquesta sinfónica y un experto en síntesis de sonidos y frecuencias.

¿Es un disco de Rock? ¡Y yo qué sé! ¡Qué más da!

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Ser el productor de mis propios álbumes me otorga un control total sobre lo que quiero decir y cómo quiero decirlo. Acepto el papel de director de una película en la que también tengo un papel de actor. He dirigido una película compleja, con muchos recovecos y lecturas. Es posible que una primera escucha, de tirón, y dada su duración, sea difícil y extrema. Lo siento de verdad, a mí me gustaría hacer discos para todos los públicos, pero me salen estos.

“Palosanto” es un disco coral. En él coexisten, metafóricamente, muchas voces. Muchas opiniones. No defiende una sola posición o posibilidad. Estoy a favor y en contra de lo que sostiene. Depende del día y la hora. Pero un hilo conductor, al que sí me aferro, subraya lo dicho en la mayoría de las canciones. Este es la necesidad real y urgente de un cambio. La insostenibilidad del proyecto humano tal y como lo defendemos, o defienden en nuestro nombre.

En los tres años en los que estuve escribiendo el material que configura este álbum, el hartazgo y alienación llevó a jóvenes y no tan jóvenes, a salir a la calle a manifestar el descontento y desencanto, en México, España, Chile, Colombia y USA.

En Grecia, en Túnez, en Inglaterra y en tantos otros lugares del mundo, simultáneamente. Intenté hacer un disco social y dar voz a un sentimiento general, pero he vuelto a hablar de mí mismo y de cómo lo viví y sentí.

Divido el álbum en dos partes: La primera, musicalmente más digital y tecnológica, abarca el inicial entusiasmo, el cinismo de algunos, la desesperación y negatividad de otros y la lógica conclusión de que ninguna revolución triunfó sin derramamiento de sangre. La segunda, musicalmente más orgánica, es la mirada hacia el interior: el verdadero cambio solo es posible en un círculo mínimo de amistad o de pareja, la validez y actualidad de la cosmogonía indígena, y la conclusión final de que el verdadero cambio empieza y acaba en uno mismo y que todo cambio, o es verdaderamente espiritual, o no lo es.

Algunos me preguntaron inquietos y preocupados por el significado de la portada. ¿Un barco en el desierto, llamado “God is Love”, avistando un ovni? ¿Comienza tu época cristiana? ¿Son tan dañinos e irreversibles los efectos colaterales de las drogas? Espero que las canciones, la portada, los vídeos y la gira, tengan las suficientes lecturas como para que las respuestas las dé el oyente. Espero que, de alguna forma, tras las preguntas que el autor se hizo (o sea, me hice) construyendo el universo sonoro de “Palosanto”, surjan nuevas cuestiones en la cabeza del que lo escuche y, ojalá, disfrute.

Enrique Bunbury.