El Gobierno flexibilizó las normas cambiarias para los exportadores de servicios de conocimiento. Los particulares que trabajen para el exterior podrán cobrar en dólares sin cambiar las divisas en el mercado formal, mientras que las empresas del sector accederán al valor oficial en caso de aumentar las exportaciones.

La medida contempla un límite de USD 12.000 anuales. De este modo, Martín Guzmán (Ministro de Economía), Matías Kulfas (ex titular de Desarrollo Productivo) y Miguel Pesce (presidente del Banco Central), buscan fomentar el crecimiento de las exportaciones.

Sin embargo, la consultora en economía del conocimiento, Romina Gayá, afirmó que la flexibilización es muy limitada. Entonces, consideró, en diálogo con FRECUENCIA ZERO, que no habrá muchos que quieran o puedan usarlos.

Sobre este camino, planteó la utilidad para los freelancers que exportan esporádicamente, aunque las altas comisiones pueden frenar las operaciones. Para quienes suelen trabajar de este modo, el tope resulta bajo. Además, ambos deberán limitar la adquisición de dólares en el sistema financiero durante seis meses.

En el caso de las compañías, el mecanismo es restringido. Es que el límite sin liquidar se determina por el menor valor entre dos opciones: la mitad del aumento de las exportaciones en el acumulado de 2022 respecto del año anterior o 20% de las remuneraciones brutas para lo que resta de 2022. Esos ingresos tendrán que destinarse exclusivamente al pago de salarios. Las empresas tampoco adquirirán dólares por medio del sistema financiero.

«En la Argentina se exporta a pesar de la política y no gracias la política. Todo lo que hacen es remando en dulce de leche. El problema no es la medida, sino el cepo y brecha. Vos tenés a alguien que se desangra y le ponés la curita. ¿Mejor la curita que nada? Ponele, pero se terminará desangrándose igual», manifestó Gayá.

En este sentido, la especialista aseveró que el reclamo de las compañías es la aparición de mecanismos para acceder a los dólares y pagar mejores salarios, debido a la salida de talentos. Es que tal como está planteado resulta poco atractivo para ambas partes. «Mientras tengas cepo y brecha cualquier discurso que hay que exportar más, no se sostiene», cerró.

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