El próximo 29 de octubre se conmemora un nuevo Día de Lucha Contra el Accidente Cerebro Vascular (ACV).

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 15 millones de personas sufren un evento vascular cerebral al año en todo el mundo. De este grupo, 5 millones mueren y otros 5 millones sufren una discapacidad de por vida. Así, el ACV representa la cuarta causa de muerte y la primera causa de discapacidad en el mundo.

La urgencia médica, ACV, es causada por la brusca pérdida de flujo sanguíneo al cerebro, siendo el episodio más frecuente es el accidente cerebral isquémico, producido por un coágulo sanguíneo que bloquea un vaso del cerebro, y que representa el 87% de todos los accidentes cerebrovasculares. Mientras que el segundo tipo más usual es el llamado ataque cerebral hemorrágico, que es originado por la ruptura de un vaso sanguíneo hacia dentro del cerebro. En ambos casos, en apenas minutos, las neuronas se debilitan o mueren porque las células nerviosas no pueden funcionar sin oxígeno.

En ese sentido, Mariela Alderete, integrante de la Asociación por una Vida Libre de ACV, señaló la importancia de actuar en los primeros minutos del accidente “El tiempo es vida, porque ahí empieza a correr el ACV que puede ser isquémico o hemorrágico”. Para ello es muy importante estar atento en el momento en que comienzan los síntomas y su duración, que pueden ser:

Debilidad o sensación de que se duerme un lado de la cara, un brazo o una pierna, especialmente del mismo lado.
Aturdimiento.
Dificultad repentina para hablar o comprender.
Problemas para caminar.
Problemas repentinos de visión en un ojo o en ambos.
Mareos.
Pérdida de equilibrio o falta de coordinación del cuerpo (por ejemplo, querer agarrar algo y no poder).
Dolor de cabeza muy fuerte y repentino.