El dato más importante que se conocerá mañana será el resultado de la reunión con los gremios y que apunta a contener la suba de precios, la reactivación de la economía y el control de la inflación mediante valores estables de la moneda extranjera. José Castillo analiza la tibieza del gobierno nacional para “acordar” con los aprietes de los actores sociales históricos de la Argentina.

Una pata de este intento oficial es lograr acuerdos entre trabajadores  y empresarios. Se aspira que los trabajadores vayan recuperando lo que perdieron durante los 3 años anteriores, alrededor de una 15% del poder adquisitivo del salario. La base de la negociación sobre las paritarias es que el gobierno postula una inflación del 29% anual. Sin embargo, con dos o tres puntos no se recupera lo acumulado. Por ejemplo los bancarios cerraron en 29%. Pero comercio, la construcción, los docentes o los estatales que rozan la línea de pobreza, el 29% no recompone nada.

Los gremios pagarían el pato de la boda, porque firmarían acuerdos que para agosto y septiembre ya estaría por debajo de la inflación simplemente visible en los precios de la canasta básica. Los empresarios apuntan a que la suba de los salarios es el motor de la inflación.

Otra pata son los proveedores de divisas buscando acuerdos para cuidar las disparadas del dólar. El control del sector externo debe ser más férreo. Según José Castillo “Está bien que se cobren retenciones a los grandes exportadores. Pero estos tienen mecanismos para trasladar el costo para que los pequeños productores sean quienes los terminen pagando. Se necesita el control de verdad del comercio exterior. Los antecedentes dicen que cada vez que el gobierno se sentó frente a los poderes reales, reculó. El ejemplo más claro es Vicentín”.

Medidas de fondo con el sector agroexportador no se van a tomar y se moverán en un gris que no afectaran las súper ganancias que obtiene el sector. “Tienen la manera de extorsionar al gobierno al no liquidar exportaciones, ahogar el mercado de cambio y disparar el dólar. Total el discurso es bajen los salarios y bajen los impuestos que son los que generan la inflación”, señala Castillo.

La inflación del 29% que proyecta el presupuesto no va a cumplirse. Las consultoras que menos proyectan, rondan el 45%, las negociaciones confirmarían la pérdida del poder adquisitivo del salario que se arrastres del trienio anterior. No se resuelve esta maraña de aprietes con promesas de buena voluntad.

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