El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires publicó una resolución que obliga a las escuelas públicas a establecer una distinción entre los usos pedagógicos y recreativos de los celulares dentro de sus proyectos escolares. La medida indica que en las escuelas primarias y en los jardines no se podrán usar los dispositivos durante las clases o recreos, en tanto en el nivel secundario, los teléfonos y tablets deberán permanecer guardados, a excepción de actividades específicas. La iniciativa impactará en más de 566 mil estudiantes de 2.291 establecimientos educativos.
En diálogo con FRECUENCIA ZERO, el psicólogo Diego Timpanaro reflexionó sobre la nueva disposición: “el gobierno de la Ciudad, así como otros gobiernos y legislaturas del mundo, han llegado a la conclusión de que es necesario regular el uso de los celulares, lo cual es distinto a prohibir; sin embargo, en la resolución no se dice nada respecto del uso de nuevas tecnologías en los hogares porque los niños ya tienen una relación con ellas antes de comenzar la escuela y eso ya es algo que tiene que ver con las familiares y mayores a cargo”.
En el mismo sentido, resaltó que “cualquier tipo de exceso no es bueno o saludable” y confirmó que “está comprobado en algunos estudios científicos que el exceso en el uso de pantallas trae dificultades en el desarrollo esperable de los niños en términos neurológicos, físicos y concretamente con la inteligencia”.