Altamira es un pequeño pueblo, similar a los del siglo pasado, con costumbres gauchescas. Está a sólo 90 km de la Ciudad de Buenos Aires y es un lugar ideal para pasar el fin de semana en familia.
Gustavo Corvalán, licenciado en turismo rural, contó en FRECUENCIA ZERO que el pueblo tuvo un auge económico cuando funcionaba la estación ferroviaria y la fábrica Corinema. Pero Ferrocarriles Argentinos dispuso en 1977 que se cierre la estación y al cabo de unos años también cerró la fábrica.
La fábrica Corinema había generado una gran cantidad de fuentes de trabajo, pero en los ’90, posterior al cierre de la estación de ferrocarriles y por la crisis económica tuvo que cerrar. Tal como ocurrió en otras fábricas. Sin embargo, al ser de las principales fuentes de trabajo de los altamirenses, los ciudadanos comenzaron a emigrar a la ciudad.
El que guste de disfrutar de un fin de semana en el pueblo puede recorrer la estación de tren, hay una capilla para quienes sean creyentes y tiene una bodega donde pueden sentarse a disfrutar de una comida casera y elaborada.
Además, Altamira dispone de alojamientos para los turistas que quieran hacer noche en el pueblo. Tiene un complejo de cabañas que se encuentra ubicado en un área rural y dispone de todo tipo de instalaciones para poder pasar un excelente fin de semana, entre ellas piscina, mesa de ping pong y quincho con parrilla.