
La Ciudad de Buenos Aires se prepara, junto con el resto del país, para las elecciones legislativas del próximo 26 de octubre. En este turno, los porteños deberán elegir representantes tanto para la Cámara de Diputados como para el Senado, donde se renuevan las tres bancas que hoy ocupan legisladores de distintos bloques. En ese marco, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores presentó a Christian Castillo como candidato a senador nacional, con la expectativa de consolidar y ampliar su presencia parlamentaria.
En diálogo con FRECUENCIA ZERO, Christian Castillo cuestionó duramente la política económica del actual gobierno, al que acusó de aplicar un plan de ajuste dictado por el FMI. Según advirtió, estas medidas no solo golpean a los jubilados y al sistema universitario, sino que también ponen en riesgo áreas sensibles como la salud y la atención a la discapacidad. “Es un gobierno que ha perdido legitimidad y que insiste en sostener un rumbo cada vez más impopular”, señaló.
El dirigente del FIT destacó que, en el Congreso, la izquierda ha sido la única fuerza que nunca se alineó con el oficialismo de Javier Milei. Reivindicó, en ese sentido, el acompañamiento a las luchas sociales y las movilizaciones que lograron frenar o revertir iniciativas gubernamentales, como el veto a la ley de discapacidad. Además, remarcó la necesidad de avanzar en proyectos propios, entre ellos la reducción de la jornada laboral y la creación de un millón de puestos de trabajo, aunque reconoció que el escenario actual exige sobre todo resistir las reformas impulsadas por el Ejecutivo.
Castillo también se refirió al futuro de la coalición de izquierda, resaltando la persistencia y la unidad del FIT, que ya lleva más de una década de existencia. “Hemos demostrado coherencia al enfrentar los ajustes vengan de donde vengan, ya sea del macrismo, del peronismo o de Milei”, afirmó. En su visión, fortalecer la bancada de izquierda en el Congreso permitirá que esas luchas que nacen en la calle tengan mayor eco institucional y que la oposición al ajuste no quede en manos de fuerzas que, según él, terminan negociando con el poder de turno.