Vanesa Orieta I

El martes 31 de enero se cumplen 8 años de la muerte del joven Luciano Arruga. Tenía 17 años, era de Lomas del Mirador y fue torturado por efectivos de la Policía Bonaerense, desaparecido y finalmente encontrado enterrado como NN. Su familia relató que la policía lo amenazaba y torturaba para que cometa robos. 

Vanesa Orieta IIEn la marco de su conmemoración, familiares, amigos, organismos de derechos humanos y agrupaciones sociales, llevarán adelante una concentración y marcharán el sábado 28 a partir de las 15 horas.

Será desde General Paz y Mosconi en Lomas del Mirador hasta la Plaza que lleva el nombre de Luciano Arruga, ubicada en Perú y Necochea, en el barrio 12 de Octubre. Según informaron, también habrá proyecciones de cortometrajes, películas y debates, y el acto de cierre será a partir de las 19 horas.

“Vamos a encontrarnos con muchos familiares que vienen denunciando cada uno de sus casos, y haciendo un trabajo para comprender de que trata esta problemática, que tiene que ver con represión estatal”, afirmó Vanesa Orieta,  hermana de Luciano Arruga, en diálogo con FRECUENCIA ZERO.

“Nos van a hablar de sus luchas y denuncias, son casos de desaparición forzada, de gatillo fácil, de violación a los Derechos Humanos, de personas en situación de encierro”, agregó.

Respecto a la finalidad de las actividades realizadas en memoria del joven, Orieta sostuvo que “me parece un momento importante para que se acerquen todos los que puedan y entiendan qué es lo que buscamos los familiares cuando nos juntamos, nos organizamos y salimos a luchar”.

El destacamento de Lomas del Mirador, donde el adolescente estuvo detenido y sufrió violencia, hoy funciona como un espacio de memoria. 

“Fue expropiado, es un espacio cultural, social, para reflexionar y hacer memoria de lo que ha provocado el genocidio. Una enfermedad que atraviesa todos los tiempos. Es un espacio para analizar cómo repercutió el secuestro, la tortura, la desaparición y el gatillo fácil. Ir poco a poco, recabando información de lo que sucedió ahí dentro. Cada uno de los pibes que llega, relata cuál fue sufrimiento en ese lugar”, reflexionó Orieta. 

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