Frecuencia Zero FM

Ola de violencia política en Ecuador

El país sudamericano atraviesa una campaña electoral trágica, a días de las elecciones presidenciales del próximo 20 de agosto. Al asesinato del candidato presidencial, Fernando Villavicencio, se sumó el atentado contra Pedro Briones, dirigente de Revolución Ciudadana, un partido cuyo líder es el expresidente Rafael Correa. “Villavicencio y Briones están en las antípodas políticas, de hecho, Villavicencio era muy crítico y cuestionador del gobierno de Correa, por lo que no hay una conexión clara entre los asesinatos, la única conexión son los sucesos de violencia política que se instalaron en el país”, expresó Andrés Reliche, periodista ecuatoriano y columnista de opinión de Informa Ec, La Voz del Ecuador.  En diálogo con FRECUENCIA ZERO, el periodista explicó que la escalada de violencia en Ecuador “empezó en el interior de los centros penitenciarios del país, a mediados de 2021”. “Esta violencia se generó por bandas criminales y luego se trasladó a las calles con atentados violentos y muertes al estilo sicariato; las autoridades lo atribuyeron a una lucha interna entre los grupos, pero luego escaló a secuestros y crímenes que terminaron con la vida de ciudadanos”, agregó. En este sentido, Reliche apuntó contra el gobierno ecuatoriano: “ los ataques se consideraban muertes colaterales y nunca se estableció un pronóstico claro al respecto”. De esta manera, los asesinatos de Villavicencio y Briones no son hechos aislados en la política ecuatoriana. En febrero pasado, otro candidato de Revolución Ciudadana, Omár Menéndez, había sido acribillado en un ataque armado en el que también falleció un joven de 16 años. Además, en el mes de julio, fue asesinado Agustín Intriago, alcalde de Manta, una de las ciudades más importantes de Ecuador, y Rider Sánchez, candidato a asambleísta de la localidad de Esmeraldas. 

Sueños destrozados

Gabriel, un docente del Bachillerato de Educación Popular y Casa Comunitaria Bajo Flores, en comunicación con FRECUENCIA ZERO, denunció los daños que produjo la Policía Federal durante un operativo, en el que los efectivos irrumpieron sin orden judicial en la vivienda donde funciona la institución.   En la madrugada del jueves pasado, alrededor de las 4:30 a.m., un escuadrón de la Policía Federal rompió la puerta del establecimiento donde funciona el Bachillerato Popular y Casa Comunitaria Bajo Flores en el barrio Ricciardelli (1-11-14) y ocasionó numerosos destrozos en el lugar. Desde las fuerzas de seguridad afirmaron que estaban en búsqueda de un prófugo, que finalmente no encontraron.   Gabriel, docente de la institución, aportó algunos detalles sobre cómo tomaron conocimiento de los hechos y las respuestas que tuvieron por parte de las autoridades: “Nos enteramos de lo que pasó por una compañera que vive en el barrio; cuando fuimos nos encontramos con todo destrozado. Teníamos información por los medios de este operativo que estaban realizando; pero luego de esta situación que sufrimos, esto se hizo muy masivo. Y ahí es cuando se hicieron presentes desde el Ministerio de Seguridad de la Nación y la Policía Federal, pero explicaciones no hay. Esto es un episodio más de violencia, como lo suele haber en el barrio 1-11-14 y otros barrios marginados de la Ciudad. Hay otros casos donde irrumpen en las casas de los vecinos sin ninguna orden, pero ¿dónde vas a denunciar si la misma fuerza que toma la denuncia es la que irrumpe en las casas? Debe haber un protocolo, un cambio de paradigma para que esta situación de violencia cotidiana se pueda revertir». Sobre las situaciones que se viven día a día en esta y otras zonas vulnerables de la Ciudad, el educador expresó: “La violencia es algo histórico en los barrios. Lamentablemente, tanto los vecinos como los que trabajamos hace muchos años convivimos cotidianamente con esto y, desgraciadamente, empieza a formar parte de la costumbre”. Por último, abordando el plano educativo, el docente dio su testimonio sobre cómo vienen sobrellevando las clases en el contexto de pandemia: “Es increíble que se sostenga el discurso donde la educación es la prioridad cuando no hay conectividad en el barrio, nunca hubo ni la habrá en lo inmediato. Esto hace imposible sostener la virtualidad, que era lo que se pedía el año pasado. Por eso, es un discurso cínico. Ahora dicen que le quieran dar prioridad a la presencialidad. Nosotros trabajamos mucho. Estamos yendo dos veces por semana al barrio a entregar cuadernillos impresos y luego se hace un seguimiento por WhatsApp. Pero al no haber conectividad, hay que manejarse en papel. En este momento, tenemos alrededor de 50 estudiantes con el tema de los contagios. Podemos decir que hubo muchos contagios en alumnos y sus familias. Pero en el equipo docente, por suerte, no hubo contactos estrechos. Otro tema es la deserción, ya que es muy difícil seguir adelante con los estudios cuando hay alumnos que solo tienen un teléfono por familia”.