Tras el intento de asesinato de Cristina Fernández de Kirchner, el pasado 1° de septiembre, la investigación del expediente que se caratuló como homicidio agravado en grado de tentativa, a cargo de la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo. Sin embargo, la cobertura de los medios sobre la investigación tiene en el centro de la escena a la llamada «banda de los copitos» que, según el analista político Eduardo Sartelli, es «algo tan disparatado que es difícil de creer».

La estrategia de salida de este hecho implica la santificación de Cristina Fernández de Kirchner, como víctima de la situación. «Se nota que está actuando porque no es una buena actriz, como la telenovela de la tarde que se quiere mostrar que la persona está actuando», apuntó Sartelli. Si Cristina logra demostrar que la causa «Vialidad» es armada y no tiene pies ni cabeza, y logran remontar el problema económico, hay Cristina para 2023.

Para ser mito es necesario estar muerto

Sartelli equiparó a Eva Perón con Cristina Fernández de Kirchner; pasando directamente por el libro de Tomás Eloy Martínez, «Santa Evita» se puede observar que la atracción principal de la historia tiene que ver con la «fascinación» que genera el cadáver de Eva Perón. De esta manera, el analista político planteó la santificación de Cristina como «Santa Cristina».

Eva Perón es un mito, algo que condensa un conjunto de significados a favor o en contra en todo el mundo. Aquí es importante destacar que hay un «fetichismo social», lo que realizó toda una fuerza social se le atribuyó a la figura de Eva como ocurre con los fetiches religiosos: una persona tiene que ingresar en una operación y es operada por personas cuando es salvada se le atribuye a Dios, «gracias a Dios» la persona sigue viva, no gracias a los médicos.

El atentado a la vicepresidenta se genera a partir de que alguien puede llegar a pensar que matandola puede salir de la escena; sin embargo generaría lo contrario, convertirla en mito. Cristina es el fetiche de millones de argentinos que «quieren lo que ella quiere y le adjudican a ella lo que ocurre». 

A lo que le tienen miedo todos con la figura de Cristina es el retorno de ella misma en 2023. «A Cristina la pueden condenar, pero mientras lo que ella encarna como fuerza social no sea resuelto ella puede resucitar en cualquier momento. Cristina es mucho más que Cristina, por eso se habla de magnicidio. El problema es el que está detrás de ella, que la constituye: si no es capaz de darle de comer a millones de argentinos, resolver la desocupación, llevar el país adelante y darle un futuro a la gente, Cristina está ahí», concluyó Sartelli.

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