Si bien los temas de coyuntura del mundo económico siguen pasando por el dólar y la inflación. Hay una discusión entretelones sobre la estabilización de la economía, hasta llegar a diciembre de 2023 para implementar reformas estructurales que pide el Fondo Monetario Internacional (FMI), sin importar quien gane las elecciones presidenciales.

En este sentido, el columnista económico José Castillo habló de efectuar un shock o continuar así hasta el próximo año. La primera opción representaría un salto devaluatorio, no tapado como hasta el momento, sino uno fuerte para un aumento inflacionario, una baja en salarios y jubilaciones, y después producir un congelamiento.

En diálogo con FRECUENCIA ZERO, Castillo recordó que esto se hizo con el Plan Austral de 1985, cuando en mayo dejaron correr la inflación, no se aumentaron los salarios y al mes siguiente salió esta medida. De otra forma y con un resultado distinto, fue la convertibilidad del ex titular de la cartera económica nacional, Domingo Cavallo. Esa estabilización arranca desde pisos muy bajos.

Por el momento, señaló que el ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, va por la devaluación en partes, que no tendría un futuro a mediano plazo. Es que un shock, como en tiempos anteriores de la historia argentina, podría significar su salida. «El Gobierno siempre jugó como los equipos que juegan por el descenso y su único problema es cómo salvarse ahora, sin importar qué suceda en la siguiente temporada», planteó.

Entonces, busca aguantar unos meses para llegar a marzo, luego agarrarse de la soja hasta mitad de año, cuando lleguen las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO); y así sucesivamente. En este marco, Castillo se preguntó qué pasará hasta las elecciones, si aguanta o explotará antes. De este modo, trajo a la memoria el Plan Primavera de 1988 con Raúl Alfonsín, que no le sirvió para presentarse en las urnas de 1989.

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