El pasado jueves se inició una ola de incendios forestales que se desataron en la zona centro-sur de Chile. Actualmente, hay 251 focos ígneos en las regiones de Maule, Ñuble, Biobío y La Araucanía, con temperaturas que superaron los 40 grados en algunas ciudades, y han dejado, hasta el momento, un saldo de 26 fallecidos y más de 1000 personas heridas. El presidente Gabriel Boric llamó a la unidad del país para «salvar vidas».
Felipe Cuevas, periodista de Diario El Sur de Concepción de Chile, explicó que hay varios factores que se conjugaron para llegar a los 251 focos ígneos. Entre ellos, la ola de calor, la sequía, los vientos y las quemas intencionales, por las cuales hay al menos 10 detenidos, debido a una presunta responsabilidad en la ola de incendios que sufre el país trasandino.
El presidente Gabriel Boric suspendió sus vacaciones y el día viernes visitó la región de Biobío, conformó un comité de coordinación para luego trasladarse a la región de Ñuble y, posteriormente, a La Araucanía. Los focos ígneos dejaron un saldo de al menos 800 viviendas que fueron destruidas, lo cual demuestra la virulencia de los incendios que afectan las zonas del centro y del sur de Chile.
Las familias que fueron afectadas por los focos ígneos se quedaron sin sus viviendas o fueron desalojados por la cercanía de estas con el fuego. Actualmente, fueron reacomodadas por el Gobierno en albergues para que las personas pasen la noche y tengan ayuda. Sin embargo, en estas zonas, que son mayormente rurales, hay familias que se quedaron por temor a «robos» y para cuidar sus pertenencias.
El Gobierno está realizando una toma de datos de damnificados para cuantificar los recursos necesarios para las familias. En este momento, hay soluciones temporales, como lo son las viviendas de emergencia, y a largo plazo, dentro de 7 u 8 meses, se proyectan las viviendas definitivas. También se están evaluando ayudas monetarias respecto de la alimentación de las personas que perdieron absolutamente todo en los incendios.