El Ministerio de Trabajo de la Nación dictó ayer la conciliación obligatoria en el conflicto con el sector de Sanidad, que había confirmado un cese de dos días en las intervenciones no prioritarias.
A la vez, el texto de la cartera obligó a la Federación Argentina de Prestadoras de Salud (FAPS) a desistir de cualquier medida de fuerza planificada, y le ordenó al sector empresarial que no se tomaran represalias contra los trabajadores del sector.
Por su parte, en diálogo con FRECUENCIA ZERO, el presidente de la Confederación Médica de la República Argentina (COMRA), Jorge Coronel, destacó que el Gobierno había prometido un bono para junio para el personal de salud y todavía nadie lo recibió.
A la vez subrayó que la clase política, en el discurso, les agradecía a los integrantes del sistema sanitario por su desempeño en la pandemia, pero, a la hora de dar incentivos para motivar, no invertía. En ese sentido destacó que se habían elevado los sueldos del Programa Médico Asistencial Integral (PAMI) sin haber aumentado las prestaciones del PAMI.
Al mismo tiempo destacó que había que llamar a todos los sectores para planificar una reforma del esquema de sanidad, y que no se convocaba a los trabajadores. También enfatizó en que el Estado fragmentaba a la salud entre la Nación, las provincias y las municipalidades, y que el Gobierno debía liberar la situación con las prepagas para que los empleados no perdieran contra la inflación.
Sin embargo, Coronel recalcó que debía haber una voluntad política gubernamental para ver cómo se hacía el cambio. Hasta ahora, solo hubo reuniones con los empresarios.