El 21 de abril de 2020 la Junta de Estudios Históricos del Caballito cumple 44 años de existencia. Nació con el propósito de investigar y difundir la historia barrial, objetivos que guiaron su tránsito a lo largo del tiempo y que siguen presentes en el espíritu de quienes la integran.
La sede de la Junta de Estudios Históricos del Caballito es la Asociación de Fomento y Biblioteca Popular “General Alvear”, sita en Avellaneda 542 del barrio de Caballito. Allí continúa hasta la actualidad celebrando sus sesiones ordinarias los segundos jueves de cada mes.
En Circo Urbano charlamos con su presidente, el Arq. Carlos Susini Burmester.
Breve historia del barrio
En los primeros años del siglo XIX se afincó en esta zona un grupo de inmigrantes genoveses, entre los que se encontraba Nicolás Vila. El 15 de febrero de 1821, Vila adquirió una quinta que había pertenecido a Antonio Requejo, ubicada en la actual manzana comprendida por las calles Rivadavia, Emilio Mitre, Juan B. Alberdi y Víctor Martínez.
En la esquina sudoeste de la manzana (Rivadavia y Emilio Mitre, entonces llamada Polvorín) edificó una casa de cuatro habitaciones y en una de ellas, con puertas a ambas calles y techo de azotea, instaló una pulpería. Con madera de una vieja ballenera que había comprado a un tal Galeano en el Paseo de la Alameda (hoy Leandro N. Alem) cercó el predio.
Utilizó el mástil de la embarcación para coronar el frente del negocio, rematándolo con una veleta de latón que había adquirido en la herrería de Monteagudo de la calle Venezuela. La veleta tenía la forma de un caballito retacón y, a partir de ese momento, se convirtió en un punto de referencia para todos aquellos que hacían el trayecto Buenos Aires-San José de Flores por la actual avenida Rivadavia. La gente se orientaba diciendo: “Voy hasta el caballito”, “Pasando el caballito”, etc. Y este nombre terminó por asociarse a todo el vecindario.