Desde el inicio de la pandemia se habla de que las infancias son un foco de contagio. Sin embargo, no existe una evidencia de que los niños sean una población vulnerable ante el COVID-19. Y el aislamiento de las actividades normales generaron en los niños graves problemas de socialización, incluso depresión.

Sebastián González Dambrauskas, médico pediatra de Uruguay, explicó que en Uruguay las clases comienzan en marzo, pero hay un «consenso generalizado» respecto de que no se pueden volver a cerrar las escuelas. También contó que hay una flexibilización en los protocolos, por la desaceleración de los contagios de COVID-19.

Además, explicó que tanto hacia dentro de la comunidad científica como en la sociedad se están debatiendo los protocolos para las actividades de los niños. Por ello, González Dambrauskas aseguró, en diálogo con FRECUENCIA ZERO, que un confinamiento de 10 a 15 días no es lo recomendable para un niño, que la mayoría de las veces no presenta siquiera síntomas o son leves. Las decisiones de una cuarentena de esas magnitudes «es más una decisión política».

Actualmente, la población de países como Uruguay y Argentina acompaña la vacunación y, además, al ser niños tienen protección por inmunidad natural. González Dambrauskas afirmó que se tiene evidencia científica de que por el simple hecho de ser niños no son un grupo de riesgo ni presentan síntomas graves ante el contagio de coronavirus.

En caso de tener miedo de que alguien que pertenezca a un grupo de riesgo se contagie, la recomendación es que esa persona, que forma parte del grupo de riesgo, tenga la vacunación completa, pero que no se restrinja las actividades del niño. «Lo que más ha afectado a los niños fueron las medidas de la pandemia: el cierre de las escuelas, las restricciones de salidas, etc.», añadió el pediatra.

«Soy provacunación», aseguró González Dambrauskas. Pero las vacunas no evitan el contagio, como se creyó en un primer momento. Posiblemente, pese a estar vacunada, la población se va a seguir contagiando y seguirán habiendo casos de coronavirus; pero si están vacunados van a tener síntomas más leves. 

Coronabullying

«Lo que preocupa es la discriminación entre niños que están vacunados y no vacunados, una especie de coronabullying», explicó González Dambrauskas. No existe un mérito que tenga el niño vacunado ante otro que no lo esté. En ambos casos, son los padres de esos niños los que deciden si se vacunan o no.

De esta manera, dejar ante la comunidad educativa algo que tiene que ser responsabilidad de las entidades sanitarias no está bien. «Dejar ante las entidades educativas si los vacunados van a estar todos juntos o no es un disparate», sentenció González Dambrauskas.