El presidente Alberto Fernández renovó hasta el 21 de mayo las restricciones que se vencían el 30 de abril. Y dividió al país en zonas de riesgo bajo, medio, alto y de alarma epidemiológica.
Con respecto a las zonas de alerta, el mandatario suspendió la circulación desde las 20 hasta las 6, las reuniones sociales en ambientes cerrados y las clases presenciales en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). También, prohibió los encuentros al aire libre con más de 10 personas y las actividades culturales y recreativas.
Por su parte, en diálogo con FRECUENCIA ZERO, la psicóloga Solana Ini remarcó que, como había un aumento abrupto de los testeos, subían significativamente los contagios. Y, según ella, se dificultaba cuantificar los números por el cambio en la estrategia de rastreo. Asimismo, destacó que debía haber cuidados contra el coronavirus, pero también para la salud mental.
En ese sentido, Ini resaltó que datos del Gobierno de la Ciudad promediaban que desde 1980 hasta 2017 la ocupación de camas del sistema de salud rondaba el 80%; con lo que, en su teoría, el colapso era «frecuente».
A la vez, destacó que la enfermedad no golpeaba de la misma forma a todas las personas porque también influía el estado del huésped y que si así no fuera, toda la sociedad ya estaría infectada. Además, Ini recalcó que las enfermedades eran multicausales, es decir, que un patógeno no alcanzaba para generar una patología, debido a que, desde la tríada epidemiológica, eran necesarios otros factores.