Tras el cierre del calendario electoral, muchas pequeñas y medianas empresas comienzan a transitar una etapa de reacomodamiento. Durante años, el eje del manejo empresarial estuvo marcado por la incertidumbre macroeconómica: inflación, dólar, tasas y maniobras financieras que permitían “llegar” a fin de mes más que construir un crecimiento sostenido. Con un escenario que muestra ciertos signos de estabilización, aunque todavía frágil, especialistas en gestión advierten que se abre un nuevo momento para las PyMEs argentinas: uno donde la clave ya no estará en resistir, sino en ordenar, planificar y apostar a la calidad.

En diálogo con FRECUENCIA ZERO, Gisela Larzabal, especialista en crecimiento de PyMEs, sostuvo que este contexto exige un cambio de mentalidad. “Hasta hace poco las empresas miraban el dólar todos los días, especulaban con los rulos financieros. Hoy eso ya no alcanza. El foco tiene que estar en construir empresas de calidad, rentables y con salud financiera real”, señaló. En ese sentido, explicó que este nuevo escenario obliga a las firmas a trabajar con datos, previsión y estrategias claras: “Este gobierno, más allá de ideologías, nos empuja a ser competitivos. Ya no se trata de sobrevivir, sino de ordenar los procesos y crecer con propósito”.

Larzabal volvió sobre cuatro variables que considera centrales para garantizar la viabilidad de cualquier negocio: un beneficio positivo y suficiente (no solo ganar, sino ganar lo necesario para sostener y reinvertir), una caja positiva que permita operar sin asfixia, rentabilidades adecuadas por línea de producto (no vender más, sino vender mejor) y un balance equilibrado que evite el estrés financiero. Según explicó, la salud empresarial no puede depender más de diferencias de cambio o maniobras coyunturales: “Si pagás antes de cobrar, te quedás sin oxígeno. Y si tu utilidad no está planificada, no sabés hacia dónde vas. Hoy la gestión es brújula”.

De cara al final del año, Larzabal señaló que muchas empresas llegan con tensiones por la caída del consumo y la presión que generan sueldos y aguinaldos, pero insistió en que la salida no vendrá de apostar a “golpes de suerte” o especulaciones, sino a la planificación. Destacó además la importancia de invertir en automatización y herramientas de inteligencia artificial para tomar mejores decisiones y liberar tiempo para gestionar. “Las elecciones pasan, pero la gestión queda. Hoy no gana el que vende más: gana el que gestiona mejor”, concluyó.

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