
Durante años, gestionar una pyme en Argentina fue resistir. Tapar agujeros, cubrirse del dólar y apagar incendios todos los días. Por eso, la planificación estratégica y la profesionalización de la gestión cobran cada vez más importancia. Una de las herramientas financieras que tienen los emprendimientos a disposición son los créditos, pero su mal uso desnuda justamente una mala gestión. ¿Cuándo es conveniente pedirlos?

En diálogo con FRECUENCIA ZERO, Gisela Larzabal, consultora de empresas pyme, sostuvo que “la motivación para pedir un crédito tiene que ser para financiar crecimiento, inversión o mejora de procesos” y “no para cubrir urgencias” de último momento. “El destino del dinero debe ser para tecnología, capital de trabajo productivo y expansión, no para stock, deuda vieja o pagos atrasados”.
En este sentido, resaltó que antes de pedir un crédito es necesario preguntarse si es para invertir en algo que mejorará el negocio: “debe ser un destino claro, medible y útil para el negocio”, afirmó. Asimismo, aseveró que “cuando uno especula, hay un mal uso del crédito”, además de que “los gastos estructurales no deben poder pagarse con esta herramienta”.
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