Los ciclos históricos son circulares porque los dirigentes continuamente buscan soluciones (o complicaciones) similares a las que se tomaron en el pasado. Javier Milei propuso la semana pasada dolarizar la economía, un concepto que viene de los ’90 de la mano de Domingo Cavallo, y que derivó en una serie de complicaciones económicas y finalmente en el «corralito» en 2001.
La economía argentina es «bimonetaria», esto significa que el peso y el dólar conviven. El argentino ahorra en dólares y hace transacciones importantes en esta misma moneda. Esto lleva a que la economía sea bimonetaria, como ocurrió en el pasado con el oro y el cobre.
Sin embargo, durante las últimas semanas resuenan las palabras de Milei y de un sector que quiere «dolarizar la economía». Esto implicaría volver a la convertibilidad o cualquier plan que establezca una relación especifica con el dólar.
Eduardo Sartelli, analista político, explicó que los postulados del liberalismo no son correctos. Si se llevaría a cabo una dolarización de la economía el Estado debería reemplazar sus gastos en pesos y pasarlos a dólares. Es inviable porque para ello hay que tener un ingreso de divisas que abarque todos los gastos que tiene el Estado.
«Una dolarización completa implica que el Estado tenga que gastar USD 15.000 millones de para abonar salarios de todos los empleados públicos. Y USD 11.000 millones para pagar subsidios. Para tener esa magnitud de dólares tenes que tener una económica exportadora», detalló Sartelli en diálogo con FRECUENCIA ZERO.
Finalmente, Sartelli explicó que en este momento se apunta a que la dolarización de la economía de Ecuador fue «exitosa». Sin embargo no es así, el mercado interno se fundió. Hoy viven del petróleo y tuvieron la «suerte» de que el precio internacional se disparó. Pero Ecuador hoy tiene una tasa de emigración alta. Al 2019 eran 1.183.685 los ecuatorianos que se fueron del país, lo cual representa un 6,85% de la población.