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A través del Decreto 116/25, el gobierno convirtió al Banco Nación en una sociedad anónima, lo cual constituye uno de los pasos previos para su futura privatización. Dentro de este marco, el Ejecutivo también planea cerrar sucursales, reducir la planta de empleados y eliminar determinados “privilegios”. ¿Cuáles son las consecuencias de este cambio?
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En diálogo con FRECUENCIA ZERO, el economista José Castillo explicó que ahora el Banco Nación tendrá un esquema similar al de YPF: “la mayoría de acciones las sigue teniendo en estado, pero para avanzar en la privatización tienen que vender esas acciones o ampliar el paquete accionario y sumar más acciones privadas”, detalló. Sin embargo, alertó que para su futura venta “tienen que bajarle el precio y hacerlo más barato”.
En este sentido, denunció que “se habilitará un gran negocio para los bancos privados” tras la decisión del gobierno de eliminar casi todo su estatuto, sobre todo determinados “privilegios”, como, por ejemplo, la obligación de que los depósitos judiciales (entre ellas, las fianzas) se hagan en el Banco Nación: “los privados le van a sacar dinero al banco”, agregó. Asimismo, expresó que el cierre de sucursales en el interior “puede condenar a muchos sectores de la Argentina profunda a quedarse sin bancos y sin créditos para pequeñas y medianas empresas”.