
En tiempos donde muchas pequeñas y medianas empresas enfrentan dificultades para cerrar el mes con liquidez, entender la diferencia entre ganancia y caja se vuelve fundamental. Aunque un negocio sea rentable en los papeles, puede llegar sin aire al final del mes si no administra correctamente sus ingresos y egresos reales. La clave está en no confundir beneficio contable con dinero disponible para afrontar pagos, salarios o impuestos.

En diálogo con FRECUENCIA ZERO, Gisela Larzabal, especialista en acompañamiento económico-financiero de pymes, advirtió que “una empresa es viable cuando tiene plata real en el momento en que tiene que pagar”. Y explicó que muchas firmas venden bien, incluso ganan, pero aún así no logran cubrir sus obligaciones básicas. Para evitarlo, recomienda usar el estado de flujo de fondos: una herramienta simple, incluso en una planilla de cálculo, que permite anticiparse a los baches, planificar cobros y administrar pagos. “La venta es la foto, pero la caja es la película completa”, graficó.
Larzabal también sugirió acciones concretas para atravesar el segundo semestre con mayor solidez: establecer metas mensuales de ganancia, separar fondos para aguinaldos y vacaciones, automatizar recordatorios de cobro y evitar gastos no esenciales. Además, llamó a comprometer al equipo completo en la gestión financiera, ya que decisiones cotidianas (como un mal descuento o una compra sin rotación) pueden afectar seriamente la liquidez. “El objetivo no es solo sobrevivir, sino cerrar el año con control y sin sobresaltos”, concluyó.