Frecuencia Zero FM

El fantasma de la Revolución de Terciopelo

En esta edición de nuestro programa hablaremos de la cobertura mediática de la crisis política en Bielorrusia. Como escribe esta semana el diario español La Razón, el 9 de agosto el presidente del país, Alexander Lukashenko, «se autoproclamó ganador aplastante de los últimos comicios con un 80%. Pero la ausencia de verificadores internacionales y el sospechoso resultado hacen que sobre estas elecciones planee la sospecha de fraude. La brutal represión contra las protestas y la huida a Lituania de la principal líder de la oposición, Svetlana Tijanóvskaya, han hecho que el mandatario bielorruso, que lleva en el poder desde 1994, haya perdido el favor de la UE y se haya acercado peligrosamente a Vladímir Putin». «O quizás sea más exacto decir que es Moscú el que ha vuelto a acercarse a Minsk», continúa La Razón. El diario español fundamenta su versión en el hecho de que los dos mandatarios han hablado en varias ocasiones desde el inicio de la crisis y el presidente ruso se ha ofrecido a ayudar, aunque nuestros colegas dicen que se desconoce hasta dónde está dispuesto a llegar. Ante semejante situación, los líderes de la Unión Europea se han reunido esta semana de forma telemática, con carácter extraordinario, para analizar la situación en Bielorrusia. «Bruselas no descarta sanciones y Rusia considera ‘inaceptable’ cualquier injerencia extranjera», titula a una de sus crónica la Televisión española. Cabe destacar que tanto la reacción de Bruselas, como la de los medios ha sido bastante fuerte. Cuando un lector lee en un medio de comunicación que alguien se autoproclamó ganador de los comicios presidenciales considera, y con razón, que se trata de un golpe de Estado o algo parecido. Mientras tanto, Lukashenko fue proclamado ganador por la Junta Electoral Central. Otra cosa es que, como lo ha reconocido Rusia, ni la campaña electoral, ni las propias elecciones han sido ideales. Sin embargo, decir que Lukashenko se autoproclamó ganador significa desinformar, confundir al lector. Tampoco se entiende qué pretende conseguir la Unión Europea cuando dice que «no reconoce el resultado». ¿Qué efectos legales tendrá semejante declaración? ¿Acaso la Unión Europea dejará de considerar presidente a Lukashenko? Si eso es lo que quiere decir ¿con quién trataría en Bielorrusia? ¿Con la oposición? La verdad es que sin tener respuestas a estas preguntas la declaración emitida por los líderes europeos respecto a Bielorruisa no parece más que pura habladuría. Más aun, esta declaración, junto a la promesa de enviar dinero al «pueblo bielorruso», ya ha permitido a Lukashenko declarar que la crisis política en Bielorrusia ha sido inspirada desde fuera. «Las protestas no cesan en Bielorrusia y la presión aumenta sobre Lukashenko», titula la edición en español de Euronews.  La negativa de Bruselas a reconocer los resultados de las elecciones presidenciales, así como su apoyo a los adversarios de Lukashenko, también puede crear problemas al Consejo coordinador bielorruso. El presidente ya ha calificado su empeño en conseguir la convocatoria de nuevas elecciones como un atentado contra la seguridad nacional inspirado desde el extranjero. «La Fiscalía bielorrusa abre una causa penal contra el consejo coordinador opositor», titula a uno de sus artículos la página web El Día.es. La gran pregunta ahora es cómo la decisión de las autoridades bielorrusas de abrir una causa penal contra el consejo coordinador afectará a las protestas populares que siguieron la reelección de Lukashenko. Algunos medios europeos consideran que se trata de un claro mensaje del poder a los manifestantes.  «Belorrusia en el ojo de Europa: oposición pide recuento de votos mientras se discuten sanciones», titula a una de sus crónicas la edición en español de televisión France 24. La verdad es que parece que Rusia en esta ocasión tiene toda la razón cuando denuncia la injerencia extranjera en los asuntos internos de Bielorrusia. Técnicamente, lo que está haciendo actualmente la Unión Europea puede considerarse pura injerencia. No reconocer el resultado electoral, prometer ayuda financiera a la oposición… Más aun, cuando Occidente acusa a Rusia de injerir en asuntos de democracias occidentales en numerosas ocasiones. Lo más increíble que algunos líderes europeos también vieron una mano de Moscú en la crisis bielorrusa. «República Checa alerta de una posible intervención rusa en Bielorrusia», titula a una de sus crónicas la agencia Europapress. Cabe recordar al ministro de Exteriores checo, así como a los líderes europeos, que existe una importante diferencia entre Ucrania y Bielorrusia, que firmó en 1999 el tratado de la Unión con Rusia para ir avanzando en la integración de ambos países. Eso quiere decir técnicamente que una injerencia en los asuntos de Bielorrusia significa también una injerencia en los asuntos rusos. Por otro lado, las declaraciones del ministro checo de que las «imágenes de Minsk le recuerdan a la Revolución de Terciopelo» son una muestra de que Europa está lejos de entender la realidad bielorrusa. A diferencia de Checoslovaquia, porque así se llamaba ese país en 1989, Bielorrusia no tiene una oposición estructurada, ni una larga tradición de democracias europeas. Desde esta perspectiva, la Unión Europea ha de tener mucho cuidado con lo que hace y lo que dice respecto a Bielorrusia. Ya hemos visto el resultado que dio la injerencia europea en Ucrania que sigue con los mismos problemas económicos y sociales seis años después del violento cambio del poder apoyado por Occidente.

El Kremlin denuncia una injerencia externa en Bielorrusia

El Kremlin considera que el diálogo de Rusia y la oposición bielorrusa sería una injerencia en los asuntos internos de Bielorrusia. El portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, insistió en que el diálogo debe entablarse entre los bielorrusos.

Siglo XXI: ¿caída de la población mundial y hegemonía china?

900 millones de habitantes. Es lo que perderá el planeta tierra en el corto plazo de 36 años comprendidos entre 2064 y 2100. Lo afirma un estudio realizado por el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud de la Universidad de Washington [IHME], donde también enfocan cuestiones sociales y económicas globales discriminadas por regiones y países. El túnel del tiempo En una suerte de viaje a través del Túnel del tiempo, y tal como se hacía en el Proyecto Tic Toc –y no TikTok como la app china– en aquella vieja serie de televisión estadounidense lanzada en el año 1966, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud [Institute for Health Metrics and Evaluation] de la Universidad de Washington, se zambulló en un estudio que incluye a 195 países y que brinda proyecciones de todo pelaje: globales, regionales y nacionales, enmarcadas en asuntos tales como economía, población, mortalidad, fertilidad y migración. Una de las primeras cosas que avisa el dossier es que en el año 2064 la población mundial alcanzará un pico de unos 9.700 millones, pero que se reducirá en 900 millones –hasta los 8.800 millones– para fines del siglo. Una caída que encontrará en hasta 23 países, como serán los casos de España, Italia, Japón o Tailandia, una caída catastrófica hasta llegar a la mitad de la población de sus poblaciones respectivas actuales. Asimismo, la profecía subraya que China desplazará a EEUU como la mayor economía mundial en términos del PIB dentro de 15 años. No obstante, una posible caída de la fuerza laboral del gigante asiático hacia mitad del siglo propiciará una vuelta por sus fueros del país norteamericano: eso sí, siempre y cuando la inmigración siga alimentando su fuerza de trabajo. Pero tal vez el dato más inquietante sea que para el año 2100 alrededor de 2.370 millones de personas tendrán más de 65 años de edad y sólo 1.700 millones serán menores de 20 años. Radiografía «Aquí hay una mezcla, por un lado de falta de gestión de los elementos demográficos del desarrollo, y también una constante gestión de la opinión pública en base a la creación de alarmismos», sentencia al respecto el presidente de la Consultora Ekai Center, Adrián Zelaia. El experto echa mano a la historia al indicar que ya a principios del siglo XIX el movimiento malthusiano intentó crear una conciencia de alarma con el crecimiento poblacional, entendiendo que era más rápido que el crecimiento económico y que aquello iba a generar necesariamente un estallido social, un hundimiento económico, político, entre otros. «Aquello no sucedió porque [Thomas] Malthus no había tenido en cuenta el desarrollo tecnológico», apunta Zelaia. El experto incide en que si vemos esta situación desde una perspectiva conceptual, la evolución moderada de la población hacia arriba o hacia abajo, debería verse con naturalidad y sin demasiados alarmismos, porque esto es lo que ha sucedido a lo largo de la historia de forma constante. «Dentro de las posibilidades que tengamos, el que la población vaya creciendo poco a poco, hay que valorarlo positivamente y hay que confiar en la capacidad de desarrollo de la humanidad en que, con recursos similares, somos capaces cada vez de crear más riqueza, más capacidad de desarrollo. Normalmente no nos fijamos en estos aspectos, tendemos siempre a considerar que más población son simplemente más bocas que alimentar, pero también hay que pensar que si  en un millón de habitantes surge ‘un Einstein’, en 10 mil millones de habitantes pueden surgir ’10 mil Einstein’», apostilla el analista. Distorsión Pero, ¿cómo se llega a la brutal caída de habitantes que sufrirán países como España, Italia, Japón o Tailandia, entre otros? El experto señala que dentro de ese marco conceptual nos encontramos con una serie de saltos demográficos que responden indudablemente a una mala gestión. «Esto es muy claro en el caso de lo que está sucediendo en los países desarrollados en las últimas generaciones: a veces se interpreta la caída demográfica de Occidente como una consecuencia directa de ‘vivir mejor’ del desarrollo económico, pero es bastante más complejo que esto», observa. Zelaia recuerda que partir de la década de 1970 se produce una crisis en el conjunto de Occidente, y a la hora de gestionarla se produce una serie de fenómenos que impactan de forma directa y destructiva en la tasa de natalidad. «Pero con la idea, tanto de aumentar unos beneficios de las empresas que estaban cayendo, como de impulsar de alguna forma el desarrollo económico, modificamos el modelo de familia, impulsamos de forma masiva la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, pero no como una forma de emancipación de la mujer, sino como una forma de disponer de más mano de obra barata, y esto se hace, no repartiendo el tiempo de trabajo, sino aumentándolo por unidad productiva familiar», advierte. «Esto ha generado unas distorsiones demográficas impresionantes, una de ellas ha sido el que cientos de millones de mujeres en los países desarrollados han estado sometidas a un régimen de explotación del que nadie ha hablado, sorprendentemente», concluye Adrián Zelaia.

La vacuna rusa contra el COVID-19 irrumpe en la política venezolana

La vacuna rusa contra el coronavirus, Sputnik V, irrumpió en la vida política de Venezuela, convirtiéndose en un arma en manos de la oposición contra el Gobierno de Nicolás Maduro, quien anunció que será el primero en ponérsela antes de que lo haga el resto de sus compatriotas. Así lo denunció a Radio Sputnik el periodista venezolano Ítalo Urdaneta Señaló que las redes sociales en Venezuela están invadidas de mensajes opositores que afirman, entre otras mentiras «descaradas», que la Sputnik V «es una vacuna que no había cumplido con los parámetros legales, que no se habían hecho suficientes ensayos», así como que los venezolanos serán «utilizados» como «conejillos de indias». Una campaña de «odio» que, según Ítalo Urdaneta, se está volviendo un tiro por la culata de sus promotores, dado que «la oposición no quiere ni siquiera acetar que el mundo está rogando a gritos que aparezca ya pronto una vacuna contra el coronavirus». Apuntó, asimismo, que ni los propios opositores creen en el cuento que están montando sobre la vacuna rusa. En caso contrario, estarían «felices» si Nicolás Maduro se la pusiera. Y es que tienen un gran temor a que el líder venezolano esté «cubierto ante la posibilidad de que el coronavirus lo ataque». Finalmente, Ítalo Urdaneta se mostró convencido de que «las estrategias comunicacionales de la oposicion», a las que calificó como «torpes», están dirigidas desde Washington. Enfatizó, en este contexto, que EEUU «está herido mortalmente, porque Rusia le salió adelante«, arruinando la Sputnik V toda la labor norteamericana para «desestimar las conquistas del pueblo ruso».