Frecuencia Zero FM

«La sociedad española no está basada en el conocimiento, y por lo tanto no es competitiva»

El coronavirus desató varios efectos dominó. Entre ellos, la suspensión de las clases para los estudiantes en varios países. En el caso de España esta situación ha provocado que el Sindicato de Estudiantes lanzara una exigencia a las autoridades educativas del país: cancelación de todos los exámenes y aprobado de curso para todos. Aprender vs pasar de curso Este sindicato español incluye en el paquete la prueba de acceso a la universidad. Escuda sus exigencias en prevenir la posible expulsión del sistema educativo a jóvenes con menores recursos. Arguye que muchos de ellos pierden pie en las clases online por no disponer de dispositivos informáticos o conexión a internet en sus hogares. Sí, eso pasa en la España de hoy, según esta institución. Según reza el texto de su reivindicación, «Los y las estudiantes de familias más humildes tenemos todas las de perder: a nosotros no nos pueden ayudar en casa en muchos casos y por supuesto no tenemos fibra óptica, ni clases particulares, ni espaciosas e iluminadas habitaciones para estudiar y recuperar el tiempo perdido. Sin acceso a la tecnología necesaria para seguir el temario estamos condenados a repetir curso o, directamente, a ser expulsados del sistema educativo», argumenta la organización en el comunicado. Esto implica una cuestión filosófica, y también una económica. Por un lado, podría parecer que aprender no es lo importante aquí, ya ni siquiera ser un ‘salvador de exámenes’, que tampoco implica un aprendizaje, sino pasar de grado. «Desde la perspectiva puramente filosófica entramos en una serie de dinámicas en torno a lo que puede ser una discusión entre lo que puede ser el hecho de aprender, y el hecho de tener un título. Se presupone que cuando uno obtiene el título es porque ha aprendido determinadas cosas», señala al respecto el economista José Luis Carretero Miramar. Luego está la parte ‘logística’. En las historia hay incontables ejemplos de grandes profesionales que para estudiar han tenido que hacerlo a la luz de las velas, en condiciones edilicias muy lejanas de las mínimamente ideales, y a las mencionadas en el texto sindical. Y aunque se pueda argumentar que por estos días gran parte de la educación sea informatizada, y más en tiempos de cuarentena, también ha habido casos de gente que por distintas razones, imprevistos, imponderables, le ha tocado perder un año lectivo o más en su vida. «Es verdad que en muchos países del mundo se estudia con muy peores condiciones y gente que estudia con muy peores condiciones. Pero también es verdad que luego cuando se pongan la calificaciones en torno a todo esto, en cierta manera van a ser bastante injustas en el sentido de que va a haber gente que va a tener muy pocas dificultades para obtener una buena calificación, y sin embargo otra gente va a tener muchas dificultades para obtener un aprobado o una buena calificación», defiende el economista. Entre la filosofía y el impacto en la vida y la economía real Hace unos años el periódico el Confidencial de España publicaba una investigación hecha en la Universidad Complutense de Madrid. Su título «A cambio de euros, títulos universitarios a tutiplén para chinos que no hablan español». El reportaje apuntaba a que «a cambio de unos ingresos extra para paliar sus maltrechas cuentas, la universidad española acepta en programas académicos y otorga títulos oficiales a estudiantes chinos que no dominan el idioma a un nivel aceptable para seguir estudios superiores». También enumeraba las consecuencias. «[…] Pone en entredicho la reputación de muchas universidades. Redunda negativamente en la calidad de la enseñanza, enoja al resto de estudiantes porque perciben que se ralentiza el aprendizaje y porque observan una discriminación positiva a favor de los compañeros asiáticos». «A su vez, los profesores se ven incapaces de lidiar con alumnos que no entienden los contenidos de las materias y que no se adaptan al sistema universitario español. Los docentes sienten que el negocio prima sobre la calidad de la enseñanza y que el afán recaudatorio de los órganos rectores de las universidades los deja en una posición de debilidad ante un problema nuevo cuya solución metodológica no está planificada», reza el reportaje. Al respecto, Carretero Miramar sostiene que la sociedad española nunca ha valorado el conocimiento como un elemento fundamental de sí misma. A su entender, «el problema es que una sociedad que tiene su base económica fundamental en trabajar en la construcción, en distintas burbujas inmobiliarias recurrentes, y en el turismo –en servicios con muy bajo valor añadido muy basados en un trabajo flexible, barato, precario– pues no es una sociedad que valore en demasía el hecho de tener profesionales dedicados al conocimiento o con un conocimiento amplio». El economista argumenta que eso implica necesariamente que la economía española sea muy sensible a circunstancias externas, y que el coronavirus está dejando al descubierto esta situación. «Si tenemos un 30% del Producto Interior Bruto que depende de la hostelería y del turismo, en el momento que los visitantes extranjeros no pueden venir, no tenemos nada: no tenemos una industria que funcione, no tenemos productos de alto valor añadido, no tenemos una Investigación y Desarrollo [I+D] que funcione, y finalmente no tenemos tampoco un aparataje científico que pueda responder frente a una situación de crisis que necesita de ese conocimiento científico, como pueda ser la del Covid-19», afirma José Luis Carretero Miramar.

¿El ‘American way of life’ condenado a muerte por el coronavirus?

El ‘american way of life’ podría estar tocando su fin. Ese, y gran parte de los estilos de vida del globo. El culpable: el coronavirus. El autor de la afirmación: el editor de la revista Technology Review, Gideon Lichfield, una publicación que está estrechamente ligada el archifamoso Instituto Tecnológico de Massachusetts [MIT]. Obama y ‘el estilo de vida’ Del primero al último. Así ha estado presente en los —por poner un ejemplo— discursos de Barack Obama, seguramente con ausencias entremedias, una frase devenida en latiguillo para poner de pie auditorios propensos al aplauso o enardecer multitudes: ‘nuestro estilo de vida’. Tan incorporada en sus discursos como lo está un ‘buen día’ en los buenos modales de cualquier persona. Se trata de una frase estrella devenida de la propia historia del país norteamericano y que reconoce sus orígenes, y por tanto sus principios, en la Declaración de Independencia en el año 1776. Algunos ejemplos del uso de la frase por parte de Obama durante su condición de inquilino de la Casa Blanca: 20 de enero de 2009. Discurso de toma de posesión de la presidencia de EEUU: «No pediremos perdón por nuestro estilo de vida». 10 de noviembre de 2014. Sobre la defensa de la Neutralidad en la red: «Una Red abierta es esencial para la economía estadounidense y, cada vez más, para nuestro modo de vida».  1 de septiembre de 2015. Conferencia en Alaska sobre el Ártico y la lucha contra el cambio climático: «Siempre ha habido argumentos para oponerse a esto: que si afectará la economía, que si no queremos que se cambie nuestro estilo de vida…». 11 de enero de 2017. Último discurso de Obama como presidente de EEUU: «A todos los que sirven, ha sido el honor de mi vida ser vuestro Comandante Jefe. Pero proteger nuestro modo de vida requiere más que nuestros militares. La democracia puede peligrar cuando cedemos al miedo». El ‘American way of life’ tocado de muerte Entonces llegó el coronavirus sembrando muerte, pánico, colapso sanitario, crisis económica y drásticos cambios en la convivencia de los seres humanos alrededor del mundo. Y entonces, llegó una sentencia reñida con la máxima estadounidense: «Aceptémoslo, el estilo de vida que conocíamos nunca volverá». Su autor, Gideon Lichfield, editor de la revista Technology Review, para más señas, estrechamente ligada al MIT. Un hecho que le da un halo de fiabilidad a la nueva frase. «Lo que siempre se ha llamado el ‘estilo de vida’ o el ‘American way of life’, es lo que podemos denominar la ideología norteamericana. Es un estilo de vida basado en una metafísica muy concreta que es la del individualismo: cualquier norteamericano puede llegar a ser presidente de los EEUU, esto lo hemos escuchado mil veces. Es un estilo de vida un poco basado en la ley del ‘sálvese quien pueda’. El individuo es el que manda y es la cúspide de la pirámide social, y claro, esto tiene unos efectos que se ven claramente que son dramáticos cuando ocurre una circunstancia excepcional, y es lo que estamos viendo en la actualidad», manifiesta al respecto el analista Juan Aguilar. Así, el ‘American way of life’ y sucedáneos en el planeta están sentenciados a no volver a ser el que hasta ahora conocíamos, nunca más. Para siempre. «Todos tendremos que adaptarnos a una nueva forma de vivir, trabajar y relacionarnos. Pero como con todo cambio, habrá algunos que perderán más que la mayoría, y probablemente serán los que ya han perdido demasiado», afirma Lichfield. Sin embargo, se ilusiona con que esta crisis «obligue a los países, en particular a EEUU, a corregir las enormes desigualdades sociales» que hacen tan vulnerables a grandes franjas de su población. Aguilar explica que la actual situación plantea una contradicción en el ‘estilo de vida’ de EEUU. Advierte que para mantener una cohesión social, una estructura de Estado, todo un sistema de garantías y de desarrollo social, económico y demás, este estilo de vida es contradictorio. «Porque un Estado, cuanto más complejo es, mayores necesidades de control y planificación necesita. Lo estamos viendo, es la realidad. ¿Cuándo se ve eso descaradamente? Cuando ocurre la situación de excepción. ¿Y en qué estamos ahora? En esa situación de excepción». «Una pandemia que ya afecta oficialmente a cientos de miles de norteamericanos, donde hay miles de muertos y donde salen a la luz todas las insuficiencias y las carencias de ese estilo de vida. Porque no existe una sanidad pública, porque no existe una seguridad social pública, porque no existe un sistema de protección público, donde hay millones de personas dejadas de la mano de Dios desde el punto de vista social, donde no tienen ayuda, ni seguro médico. Entonces, ¿cómo se acomete ahora una situación de este tipo contando con ese ‘estilo de vida’? Es imposible, es una contradicción estructural del propio sistema. No va a poder ser. Y como no va a poder ser, necesariamente esto implicará cambios a futuro. Pueden ser cambios a mejor, o pueden ser cambios a peor», avisa Juan Aguilar.

¿Quién tiene la culpa?

En esta edición de nuestro programa hablaremos del crimen y el castigo con motivo de la pandemia del coronavirus que ya ha afectado a más de un millón de personas por todo el mundo. Y también inevitablemente hablaremos de los «culpables» siguiendo y analizando las acusaciones cruzadas que cada vez son más frecuentes en los medios de comunicación. Francamente, da la impresión de que para muchos líderes políticos en varios países encontrar al principal culpable de la propagación imparable del coronavirus se ha convertido en una razón de ser… Estados Unidos y China que están viviendo un tenso período en relaciones bilaterales recientemente cruzaron las acusaciones por el tema de la pandemia. Mientras Donald Trump acusó a China de esconder el brote del coronavirus en los primeros momentos, China sospechó que los militares estadounidenses llevaron el coronavirus a Wuhan. Hay que reconocer que las tensiones entre Washington y Beijing van más allá de este intercambio de acusaciones. A mediados de marzo, los corresponsales estadounidenses en China para diarios como el New York Times, Washington Post y Wall Street Journal recibieron una notificación con un plazo límite de diez días para entregar sus pases de prensa, lo cual equivale a una expulsión. Según la diplomacia china, se trata de una respuesta ante la «escandalosa» decisión de Washington por reducir drásticamente la cantidad de chinos autorizados a trabajar para cinco medios de Bejing en Estados Unidos. «Virus chino» y expulsiones de periodistas: tensiones entre Washington y Beijing, titula a una de sus crónicas el canal France 24. Es más que evidente que iniciar una guerra de expulsiones de periodistas en tiempos de pandemia es una idea suicida, más aun sabiendo que una expulsión de periodistas chinos de EEUU tendrá una respuesta inevitable cuyas consecuencias serán aun peor cuando toda la información que llegaba y llega desde China a través de los medios internacionales es vital. El propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tendría que saberlo mejor que nadie dadas las acusaciones que hace circular contra las autoridades chinas de que escondieron el brote de coronavirus en los primeros momentos y no informaron de las verdaderas dimensiones de la epidemia, así como del riesgo que representaba para todo el mundo. «Donald Trump acusa a China de esconder el brote de coronavirus en los primeros momentos», titula el canal español Antena3. Una versión parecida defienden ahora los servicios especiales estadounidenses diciendo que China tiene la mayor culpa de la actual pandemia del coronavirus en contra de lo que pretenden decirnos las autoridades chinas. Para el presidente estadounidense, Donald Trump, esa versión le viene como un balón de oxígeno en la durísima situación actual con el coronavirus en Estados Unidos. Le permite apuntar a un culpable y distraer un poco la atención de sus propios fallos. Sin embargo, al parecer los chinos para nada están dispuestos a compartirla. Su versión es que EEUU pudo haber sido el culpable principal de la llega del coronavirus a China. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, señaló a mediados de marzo que el Ejército de Estados Unidos pudo haber llevado el coronavirus a la ciudad de Wuhan, donde surgió el brote que ha infectado a más de un millón de personas en el mundo. «China sospecha que el ejército de EUA llevó el coronavirus a Wuhan», titula NotimexTV. Esta versión tampoco ayuda a conseguir lo principal en la situación actual: esclarecer la verdad. Pero también es cierto que permite perfectamente distraer la atención de los problemas reales y crear un debate en los medios y en redes sociales sobre posibles conspiraciones que sirve de una perfecta cortina de humo… Y la verdad es que ofrecer semejantes opciones a las redes sociales definitivamente no es recomendable. No faltan ejemplos para demostrar que la gente que está agotada y decepcionada con las nuevas «condiciones de vida» está dispuesta a creer en «noticias» cada vez más factásticas. «Declaración falsa: Putin suelta leones por las calles de Rusia para imponer cuarentena por coronavirus», titula a una de sus crónicas la agencia Reuters. Si hay gente capaz de creer que Putin efectivamente suelta leones para garantizar el confinamiento podría creer en cualquier versión más absurda en cualquier tontería. Semejantes noticias falsas y búsqueda diaria de los «culpables de la pandemia» en los medios no hacen más que confundir al público. Mientras tanto, al parecer, existe una respuesta muy precisa a la pregunta de ¿quién tiene la culpa? si realmente uno quiere tenerla. En 2019 un comité de expertos entregó a la ONU un análisis sobre el riesgo de una emergencia sanitaria global y qué hay que hacer para prevenirla. La junta que ha elaborado este informe estaba compuesta por 15 miembros entre los que hay técnicos, políticos y altos representantes de diferentes organismos, como la Fundación Gates, Wellcome Trust o Unicef. ¿Saben cuál era la mayor amenaza? Una gripe masiva y mortal. Hemos encontrado un artículo publicado en El País a principios de octubre del año pasado titulado: «El mundo tiene que prepararse para la próxima gran pandemia letal». Repito que parece increíble leerlo ahora. Más aun, cuando las previsiones sobre posibles víctimas mortales del coronavirus en el peor de los casos casi coinciden con lo que decían los expertos hace un año. «Durante mucho tiempo hemos permitido que se suceda un ciclo de pánico y abandono: prodigamos los esfuerzos cuando surge una amenaza grave y nos olvidamos rápidamente cuando remite», rezaba el documento entregado a la ONU. Y aquí vamos a citar algunos de los objetivos concretos que determinaron los autores del informe sobre preparación mundial para emergencias sanitarias: Elaborar un plan de seguridad sanitaria, determinar los recursos y nombrar a un coordinador de alto nivel para aplicar estas medidas. La OMS y el Banco Mundial, en colaboración con los países, tienen que elaborar y aplicar intervenciones prioritarias que puedan financiarse en los ciclos presupuestarios actuales. Los donantes y los países deben establecer plazos para la financiación y desarrollo de una vacuna universal contra la gripe y

Putin extiende el período no laborable en Rusia

Rusia todavía no ha superado el pico de la epidemia de coronavirus por lo cual el período no laborable se extiende hasta el 30 de abril, anunció el presidente ruso, Vladímir Putin, en un discurso especial a la nación. «Según los especialistas virólogos, el pico de la epidemia todavía no ha pasado en el mundo, incluido en nuestro país. Ante la amenaza de coronavirus decidí prologar el período no laborable hasta el fin del mes, hasta el 30 de abril inclusivo con goce de sueldo», dijo Putin. Además, el primer ministro de Rusia, Mijaíl Mishustin, ordenó suspender temporalmente los cruces fronterizos terrestres y fluviales. Por su parte, la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, declaró que Rusia denuncia intento de Occidente de usar el COVID-19 para dar un golpe en Venezuela. El primer canal de TV de Rusia reporta desde Italia la labor de la brigada de especialistas militares de nuestro  país para contrarrestar el coronavirus. Mientras tanto, China ya ocupa el cuarto lugar por el número de enfermos detrás de EEUU, Italia y España. Estos y otros temas en el programa dominical «7 Días«.

La «ocupación» de Italia

En esta edición de nuestro programa hablaremos de nuevo de la actitud de los medios de comunicación ante la crisis provocada por la pandemia del coronavirus. Para muchos de nuestros colegas de los medios internacionales las últimas semanas se han convertido en una verdadera prueba de fuego, una experiencia inaudita… Y esa expresión no solo se refiere a los periodistas, sino también a muchas otras profesiones. Un amigo español ha contado que en Madrid cada mañana a las 9.00 la gente que está confinada en su casas sale a los balcones para dar unos minutos de aplausos a los que siguen trabajando en condiciones tan difíciles y precarias: a los médicos, enfermeras, policías… Últimamente, por todo el mundo estamos viendo unas muestras de solidaridad por un lado sin precedentes, pero por el otro lado muy naturales. Eso ocurre tanto a nivel de personas o profesionales, como cada vez más a nivel de Gobiernos. Por ejemplo, Rusia ha enviado una misión para ayudar a Italia, la nación europea hasta el momento más afectada por la pandemia del coronavirus, cuenta la edición en español de Euronews. Esa misión de los médicos especializados en virología y epidemiología es sumamente importante no solo como una muestra de solidaridad, sino más aún como una oportunidad de intercambiar experiencias en vistas de la progresiva propagación del coronavirus por todo el mundo. Es importante también destacar que Rusia no es el único país que está ayudando a los europeos en su lucha contra la pandemia. «Italia recibe también ayuda de Cuba y China para enfrentar al Coronavirus», titula a una de sus crónicas el canal de televisión Meganoticias. Es sorprendente que los medios internacionales apenas presten atención a la presencia de especialistas extranjeros. Se entiende perfectamente que la principal noticia y preocupación para la totalidad de los medios internacionales es el número de nuevos infectados y el de las muertes diarias. No obstante, la cooperación internacional tendría que ser uno de los temas clave en la situación actual ya que está claro que ningún país será capaz de aislarse y de solucionar el problema por su propia cuenta. Desde este enfoque parece increíble la actitud de algunos medios ante la llegada de los médicos militares rusos a Italia. Mientras los aviones II-76 trasladan a Roma equipo humano, equipamiento médico y aerosol desinfectante para limpiar tanto vehículos como las propias calles, algunos de nuestros colegas sostienen que se trata de una «ocupación de Italia por los militares rusos». Más aún, informan a su público que el material sanitario que Rusia ha enviado a Italia para apoyar su lucha contra el coronavirus y que el Kremlin ha anunciado a bombo y platillo es «inútil». Mientras algunos medios prestan especial atención a cooperación internacional contra la pandemia y las muestras de solidaridad a nivel interestatal, otros parece que están buscando caballos de Troya y advierten de riesgos colaterales de las misiones de ayuda. Por ejemplo, algunos medios europeos calificaron la llegada de la ayuda rusa a Italia como una «ocupación» militar, así como afirmaron que el 80% del material sanitario que envía Rusia es inútil. El reputado diario nacional italiano La Stampa se ha convertido en el portavoz de semejante percepción de la misión rusa. Por cierto, la «revelación» de La Stampa ha tenido bastante repercusión. Miles de lectores en redes sociales se apresuraron a condenar «la ocupación rusa de Italia». Algunos incluso sostienen que el único interés del Kremlin es «meter más agentes» a Europa. Las teorías de conspiración rusa no desaparecen de los medios occidentales ni siquiera en los tiempos apocalípticos. «Italia recela de la ayuda de Rusia por incluir presencia militar y material sanitario ‘inútil’», titula a una de sus crónicas la página web theobjective.com. Más bien, es inútil el periodista que compra semejantes versiones y las repite. Porque, tal y como hemos dicho antes, está claro que semejantes misiones como la de Rusia, Cuba o China en Italia tienen enorme importancia no solo desde el punto de vista de solidaridad, sino también desde el punto de vista médico o científico. Porque cuando los especialistas comparten sus experiencias están ganando el tiempo a la enfermedad. Y ganando el tiempo están salvando vidas… También es evidente que semejante misión es sumamente útil no solo para los italianos, sino también para Rusia que por el momento tiene menos experiencia en la lucha contera el coronavirus. En toda esta historia del coronavirus hay muchas preguntas a los medios, como también y a las autoridades que censuran a los medios. Varios medios europeos informaron esta semana de una investigación de Reporteros Sin Fronteras que sostiene que los medios chinos podrían haber informado mucho antes sobre la gravedad de la epidemia si «Pekín garantizara la libertad de prensa»… «Reporteros Sin Fronteras rastrea cómo la censura china contribuyó a expandir el coronavirus», titula El País. Es verdad que el papel de los medios es crucial en semejantes situaciones de crisis. Pero si es cierto lo que dice Reporteros Sin Fronteras efectivamente la culpa de China y de sus medios de comunicación en la propagación del coronavirus por todo el mundo es mucho más visible… Ya no podemos hablar solo de una fuerza mayor y de procesos incontrolables. Sino de un encubrimiento de una información vital con consecuencias muy graves. Según esta ONG, la falta de garantías del secreto profesional del periodista, según el cual los informadores tienen el derecho a no revelar quiénes son sus fuentes, provocó que algunos médicos que conocían la existencia del brote epidémico de neumonía no alertaran a los medios de comunicación para evitar exponerse a «sanciones severas que van desde una reprimenda profesional hasta penas de prisión». Los Medicos Sin Fronteras informan que fueron represaliados con el cierre de su laboratorio, los investigadores que filtraron en plataformas de código abierto información sobre la secuencia del virus. El diario español El País escribe que esto ocurrió el 11 de enero, pero «el equipo del profesor Zhang Yongzhen, en el Centro Clínico de Salud Pública de Shanghái», ya había

El rey de la desinformación

En esta edición de nuestro programa no tenemos más remedio que seguir hablando de las guerras mediáticas desencadenadas por la pandemia del coronavirus. Mientras los médicos están buscando remedios contra la enfermedad que ha puesto el mundo patas arriba, los medios siguen buscando enemigos y culpables. En nuestra edición anterior ya hemos citado unas declaraciones del presidente ruso, Vladímir Putin, en las que tuvo que desmentir acusaciones contra Rusia de que está difundiendo noticias falsas para sembrar pánico en Europa y EEUU aprovechando la propagación del coronavirus. Hay que decir muchos en Occidente han quedado muy decepcionados, por decir algo, con la aprobación por las autoridades rusas de la llamada «reforma constitucional» que abre camino al actual presidente a ser reelegido como mínimo en dos ocasiones más. Para estar en el poder como mínimo hasta 2036… Con lo cual no hay que sorprenderse de que muchos críticos tradicionales de Putin se vieron obligados a expresarse al respecto y llamar atención a la figura del presidente ruso. Para la analista política internacional Frida Ghitis, tal y como la presenta la edición en español de la CNN, Putin es y seguirá siendo la principal amenaza y el principal adversario de las democracias occidentales en los próximos años. «¿Debilita Putin la imagen de la democracia estadounidense?», se preguntan nuestros colegas de la CNN. Resumiéndolo se puede decir que la analista política Frida Ghitis, entrevistada por la CNN, sostiene que el presidente ruso, Vladimir Putin, busca que los estadounidenses disminuyan su confianza en los procesos democráticos. Según Ghitis, Putin lo hace por dos razones fundamentales. La primera es que el presidente quiete mostrar a los rusos las falencias de la democracia para que no crean en ese modelo político. Y la segunda es que busca ocasionar un caos en EEUU. «Quiere que no haya confianza en las instituciones. Que Estados Unidos se debilite por dentro», afirma Ghitis. Sería curioso saber si realmente la señora Ghitis considera que un Putin imaginario puede conseguir este objetivo por su cuenta, es decir, sin que EEUU se debilite por dentro por razones ajenas a injerencias extranjeras. Es poco probable que sea fácil o factible conseguirlo. Con lo cual el tema de las injerencias rusas se convierte en un tema sin fecha de caducidad. Más aún, con el coronavirus como el tema principal de las últimas semanas. Alerta de la UE: «Campaña masiva de noticias falsas rusas para entorpecer la lucha contra el COVID-19», titula esta semana el diario español La Razón. «Generar pánico y sembrar desconfianza», esa expresión provoca deja vu. Es lo mismo que decía la analista política internacional Frida Ghitis a la CNN, pero en esta ocasión esas palabras se refieren a la situación generada por la pandemia del coronavirus. Es alucinante cómo un diario europeo dice lo mismo con las mismas expresiones, como si tuvieran un libro de estilo universal para el caso de Rusia… Además, llama la atención que esta «campaña masiva», según Bruselas, en dos meses ha producido solo 80 «casos de desinformación». Más aun, cuando no tenemos una lista completa que los enumere. Y en lo que se refiere a la información de que los médicos italianos deben elegir a quién salvar y a quién no, está presente en redes sociales rusas. Por un lado no se entiende cómo puede provocar pánico entre los italianos si sale en ruso y por el otro lado parece que se trata de una situación real cuando un médico tiene que elegir porque no hay tantos aparatos como enfermos. Sin embargo, ya tenemos otra noticia sobre injerencia rusa que esta vez podría tener consecuencias muy graves si creemos en lo que dicen los medios. Efectivamente están circulando por redes sociales muchas informaciones sobre el tema del coronavirus y muchos de ellas son falsas o no corresponden a la realidad. Pero no es suficiente como para acusar a un país o a su Gobierno de campañas intencionadas de desinformación en tiempos tan críticos… No obstante, Bruselas señala directamente al Kremlin y medios próximos diciendo en el informe que tratan de desestabilizar la UE aprovechando el coronavirus. Mientras tanto, a juzgar por lo que estamos viendo en los medios internacionales, Rusia podría acusar a Occidente, a la Unión Europea, precisamente de lo mismo: de una guerra informativa en tiempos del coronavirus. «El enigma de Rusia con el coronavirus: ¿15.000 infectados ocultos?», titula el diario Economiadigital.es. El artículo especula, y no es el primer caso, que en Rusia hay como mínimo 15.000 infectados y que las autoridades lo están ocultando. Lo que hace más ilusión es el perfil de la experta que habla de posible número de infectados. Mira Milosevic, investigadora principal del Real Instituto Elcano, especialista en la política internacional. Milosevic afirma en serio que tiene dudas sobre la transparencia del Kremlin. Y la razón principal es que las medidas restrictivas no concuerdan con las cifras de los afectados. Más aun, no duda en dar por hecho de que «es una nueva oportunidad para Rusia» en su presunta guerra de información contra Occidente. Es preciso volver a la persona de la «experta» citada por nuestros colegas. Se trata de la misma Mira Milosevic que en 2017 «descubría» con ardor «a guerra de la información de Rusia en Cataluña». En un análisis del mismo Real Instituto Elcano Milosevic afirmaba que «la exitosa combinación de varios instrumentos de la guerra de la información» en caso de Cataluña «ha hecho necesario el apoyo del Gobierno del régimen autocrático», así como de las agencias de inteligencia, «que definen las principales debilidades y problemas internos de un país», y de ciberinteligencia. Esa mención del «régimen autocrático» provoca también una sensación de deja vu. Y no en vano, porque precisamente la misma expresión utiliza en su entrevista a la CNN la analista política internacional Frida Ghitis, a la que ya hemos citado antes. Esa expresión del «régimen autocrático» ruso no es un invento de medios europeos, sino viene del otro lado del Oceano Atlántico. ¿Es Putin un autócrata?, se pregunta la edición en

Guterres: el mundo debe declarar la guerra contra el coronavirus

El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, llama a la comunidad mundial a mancomunar los esfuerzos para hacer frente a la propagación de la enfermedad COVID-19 causada por el nuevo coronavirus. «El coronavirus está trastornando nuestro entorno. La amenaza a la salud, a la que nos enfrentamos, es distinta a cualquier otra que hayamos vivido. Los más vulnerables son los más afectados, especialmente nuestros ancianos, las personas con enfermedades preexistentes, y también quienes no tienen acceso a una atención sanitaria estable y quienes viven en la pobreza o en condiciones precarias. Las consecuencias sociales y económicas de la combinación de la pandemia y la ralentización de las economías repercutirán en la mayoría de nuestros países durante algunos meses», declaró Guterres. Según el secretario general de la ONU, «debemos declarar la guerra contra este virus. Ello significa que los países tienen la responsabilidad de preparar, acelerar e intensificar las medidas. Además de representar una crisis de salud pública, el virus está infectando la economía mundial», enfatizó. «Ningún país puede enfrentar sólo esta situación. Más que nunca los Gobiernos deben cooperar para revitalizar las economías, aumentar la inversión pública, impulsar el comercio y garantizar la prestación de un apoyo específico a las personas y las comunidades más afectadas por la enfermedad o más vulnerables a los efectos económicos negativos. Una pandemia pone de manifiesto que la humanidad es una familia. Prevenir que el COVID-19 siga propagándose es una responsabilidad compartida por todos nosotros», apostilló Antonio Guterres.  Entre tanto, en Rusia, el objetivo principal de las medidas que ha estado adoptando el Gobierno es el de impedir la propagación masiva del coronavirus y reducir su influencia en la economía. El primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, exigió actuar con la máxima rapidez. Se decidió eximir por tres meses, de los pagos de seguros y arriendo a la pequeña y mediana empresa. Próximamente será elaborado el modo de las compensaciones a las compañías aéreas y agencias de turismo.  Pero, el Gobierno se propone centrar, sobre todo, en el respaldo a la gente. Al respecto, Mijaíl Mishustin anunció: «Lo primero: el Ministerio de Industria y Comercio, el Servicio Federal de Impuestos, el de Estadísticas y el Centro de Comunicaciones del Gobierno comienzan a partir de mañana, o sea, del viernes, el control operativo de todos los precios en cada región, en cada red comercial y de organizaciones de farmacias». «A partir del 20 de marzo se anulan todas las restricciones, incluso aduaneras, para los suministros de artículos de primera necesidad. Introducimos el corredor verde para los importadores y para las grandes redes comerciales», declaró Mishustin.  En un comunicado difundido en el sitio del Gobierno se señala que, Rusia dispone de recursos suficientes para contrarrestar el coronavirus.  Entre otras medidas principales está el control en las fronteras y la profilaxis de la transmisión del virus dentro de Rusia. Mientras, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en conversación telefónica con el primer ministro del Consejo de Estado de la RP China, Li Keqiang, reconoció que hoy en día la UE sigue necesitando grandemente los medios indispensables para hacer frente a la epidemia y espera que China le siga prestando asistencia y respaldo. Li Keqiang, por su parte, le aseveró que en tales condiciones China está firmemente hombro con hombro con la UE, respalda los esfuerzos de la Europa comunitaria en la lucha contra la epidemia y le simplifica las compras de artículos médicos por los canales comerciales. El experto ruso Gueorgui Enguelgardt comentó la situación: «La crisis representa un duro golpe contra Europa. Por ahora la Unión Europea no ha salido del estado «sálvese quien pueda». Los países implementan medidas a nivel nacional, mientras que, de momento, no se percibe la eficacia de los mecanismos supranacionales de la UE». El gigante asiático ha acumulado una experiencia única de tratamiento como de respaldo a las medidas de cuarentena. Ahora China tiene la posibilidad de mostrar sus cualidades morales y políticas, prestando ayuda a aquellos que no hace mucho se reían del país asiático. En tanto, el expresidente de Polonia Lech Walesa declaró a Sputnik que, son erróneos los intentos de excluir a Rusia de la discusión sobre el orden mundial futuro. Rusia debe participar activamente en dicha discusión, apostilló. A su juicio, se ha tornado indispensable la participación de Rusia en la formación del orden mundial contemporáneo. El experto ruso Vladímir Olenchenko estima: «Europa, Occidente están empeñados en organizar el nuevo orden mundial sin la participación de Rusia, pero tal orden resultaría inestable e inoperante. La pelota está en el campo de los países occidentales. Es necesario que se den cuenta de la situación y traten de cambiar, ellos mismos», considera. En otro orden, el martes, 17 de marzo, el presidente Donald Trump, según datos divulgados por Associated Press, se aseguró formalmente la posibilidad de ser reelegido en la segunda vuelta. 1La agencia llegó a tal conclusión conforme a los resultados de las primarias del Partido Republicano celebradas en Florida e Illinois, que Trump ganó holgadamente. El experto del Instituto de EEUU y Canadá de la Academia de Ciencias de Rusia Vladímir Vasíliev evaluó la situación: «Trump logró 11 millones de votos. Durante toda esta campaña, que comenzó a principios de febrero, los republicanos respaldaron a Trump. Los republicanos de a pie respaldaron a Trump, lo cual reviste gran importancia para el inquilino de la Casa Blanca», dijo. Además: El Consejero de Seguridad Nacional de EEUU, Robert O’Brien, presidirá la delegación norteamericanas en los festejos del 75 Aniversario de la Victoria en Moscú. El Desfile de la Victoria tendrá lugar el 9 de mayo en la Plaza Roja. Los líderes de 17 países ya han confirmado su visita a la capital rusa. Estos y otros temas en «7 Días«.

Pandemia de noticias falsas

En esta edición de nuestro programa hablaremos de la pandemia del coronavirus y de otra pandemia paralela, la de noticias falsas relacionadas con el tema. Esta semana varios medios internacionales estaban dando no solo las últimas noticias sobre la propagación del coronavirus, sino también sobre la otra epidemia que en algunas ocasiones puede incluso causar más daño. En la época de «fake news» en la que estamos viviendo, las informaciones que están circulando por redes sociales y por algunos medios de comunicación son una verdadera amenaza a la seguridad nacional advierten algunos de nuestros colegas. Incluso en Rusia donde el número de los casos oficialmente registrados todavía no ha llegado a un centenar se ha notado el efecto negativo de las campañas de desinformación que sostienen que las autoridades ocultan las cifras reales de los infectados. El presidente ruso, Vladímir Putin, intervino para desmentirlo, así como para denunciar que Rusia está siendo víctima de una guerra de información cuyo objetivo es sembrar pánico entre la población.   Putin aseguró que las noticias que se están difundiendo sobre el coronavirus en el territorio ruso son falsas. El mandatario afirmó que estas acciones solo quieren propagar el pánico y que no existen situaciones críticas en Rusia. «Putin denuncia las noticias falsas sobre el coronavirus», titula a una de sus crónicas la edición en español de la CNN. Es curioso, pero al mismo tiempo EEUU se queja a su vez de que Rusia se aprovecha del miedo al coronavirus para propagar noticias falsas. ¿Se aprovecha Rusia del miedo al coronavirus con noticias falsas y teorías de la conspiración?, se pregunta la CNN. Esa cadena cuenta en uno de sus reportajes que un alto funcionario del Departamento de Estado de EEUU denunció que Rusia estaría propagando falsas teorías conspirativas sobre el coronavirus a través de las redes sociales. Mientras tanto, en esta ocasión no se trata de un problema entre EEUU y Rusia, es un problema global. En los últimos días, audios anónimos, capturas de pantalla reenviadas y fotos y videos sin origen inundaron grupos de Whatsapp poniendo en alerta y desconfianza a la población por todo el mundo. No lo dice la radio ni el diario, lo dice, muchas veces, esa fuente de confianza intuida como confiable: un amigo, un conocedor, un familiar, mensajeros cuya veracidad no decepciona. «Noticias falsas en tiempos de coronavirus: desde curas mágicas hasta ‘cortinas de humo’», titula a una de sus crónicas Caracol TV. Se trata de un buen consejo, pero no es fácil aprovecharlo en tiempos de noticias falsas. Este terreno propicio para propagar mentiras es abonado por dos factores que desvían preocupaciones inherentes a la realidad local: la realidad de los medios porteños, tan distante del interior profundo, y el peligroso sentido común, ese germen alimentado por suposiciones previas y prejuicios. Somos testigos de una verdadera pandemia de noticias falsas relacionada con el tema del coronavirus por todo el mundo. Un buen ejemplo en este sentido es América Latina, donde personajes dudosos están dando consejos al público de cómo combatir el coronavirus. Y no solo utilizan a personajes dudosos… Los autores de noticias falsas no dudan en «citar» a algunos renombrados médicos internacionalmente conocidos para crear noticias falsas.    A una reputada infectóloga argentina incluso le robaron su identidad para difundir recomendaciones dudosas sobre medidas de prevención contra el coronavirus. «CORONAVIRUS Y FAKE NEWS/Una noticia falsa involucró a una prestigiosa infectóloga: se denunció», titula a una de sus crónicas la cadena Todo Noticias. A primera vista perece que se trata de una información difícil de creer. Porque algunos de los consejos publicados en nombre de la infectóloga son totalmente absurdos. Pero lo compartieron en el grupo de Whatsapp de padres, en el del trabajo, en el de amigos. Si ellos lo dicen, por más que abunden las marcas de «reenviado», lo convierten en un terreno estéril para la duda. La especialista sostuvo que la circulación de semejante información errónea constituye una afrenta a la salud pública y destacó la importancia de trabajar en la prevención del COVID-19 con información útil para que la comunidad incorpore hábitos y así disminuir la transmisión. Es muy importante y sintomático que esa médica destaque la impotencia de las autoridades y de los medios ante la avalancha de noticias falsas relacionadas con el coronavirus. Dice que es un atentado a la salud pública y que no se puede dejar pasar, pero no dice cómo. Evidentemente, al igual que con el coronavirus con las noticias falsas la prevención es todo. Porque el principal problema es que incluso si los medios oficiales desmienten una información incorrecta, casi nunca se puede alcanzar a toda la población que fue blanco del inicial mensaje viral.  La realidad es que en muchas ocasiones la población está más dispuesta a comprar noticias increíbles y poco fiables que confiar en lo que dicen los medios oficiales. La cadena peruana ATV que se pregunta: ¿Cómo detectar noticias falsas sobre el coronavirus? Según Iván Cock, experto en comunicaciones, la desinformación ha generado pánico entre las personas a nivel mundial. El experto señaló que los que se dedican a crear información falsa son verdaderos profesionales, por lo que brindó una serie de recomendaciones para chequear los datos y verificar si son verdaderos. Pero la verdad es que desgraciadamente no convencen en una situación como la que tenemos con el coronavirus. O peor, no funcionan. Porque el público en muchas ocasiones cree más en lo que dicen las redes sociales que los medios de comunicación oficiales o bien tradicionales. Mientras tanto, el rol de los medios en el sentido tradicional de esta palabra es esencial en la difusión de las medidas de prevención contra el coronavirus. Pero parece que no están preparados para esa guerra contra noticias falsas porque el público actualmente, en tiempos de crisis, no los ve como una alternativa fiable a las redes sociales. Ese fenómeno tiene varias razones. Y una de las principales es que están pagando ahora el precio de numerosas guerras de información anteriores en las que claramente

El proceso de modificación de la Constitución de Rusia en la recta final

Los cambios en la Constitución de la Federación de Rusia prevén la transferencia de una parte de los poderes presidenciales a ambas Cámaras del Parlamento. En concreto, la Cámara Baja obtendría el derecho a aprobar las candidaturas del primer ministro, de sus vices y de los ministros. Se propone aprobar las candidaturas para los cargos de ministros de Exteriores, del Interior, de Defensa, de Justicia y de Situaciones de Emergencia tras consultarlo con el Senado. Según la iniciativa, la Cámara Alta podría designar y cesar en el cargo, por recomendación del presidente, al fiscal general y a sus vices, así como cesar en sus cargos a los jueces de los Tribunales Constitucional y Supremo. Las enmiendas contemplan refrendar en la Constitución la indexación regular de las pensiones y garantizar que el salario mínimo no esté por debajo del mínimo de subsistencia. Vladímir Putin señaló en su intervención ante la Duma, que considera «inapropiado» eliminar de la Constitución rusa la limitación de mandatos presidenciales, ya que los cambios de poder son necesarios para garantizar la «dinámica de desarrollo del país». Tras la aprobación en la última lectura por la Duma, el proyecto recibió el pasado 11 de marzo el respaldo del Consejo de la Federación, la cámara alta de la Asamblea Federal. Los ciudadanos rusos votarán las modificaciones el próximo 22 de abril. Para ser aprobadas, las enmiendas deberán obtener más del 50% de los votos. Entre tanto, el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en una reunión con la prensa declaró que los países del P5 (cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: Estados Unidos, Rusia, China, el Reino Unido y Francia) podrían reunirse en el marco de la 75ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas. «Ahora partimos de que las perspectivas para llevar a cabo esta reunión, tan indispensable tanto para nosotros como para la humanidad, efectivamente son muy positivas y muy grandes», dijo. El pasado 3 de marzo, el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, en una rueda de prensa afirmó que «el presidente de Francia (Emmanuel Macron), el líder de China (Xi Jinping) y, más recientemente, el presidente (estadounidense, Donald) Trump han confirmado que aceptan y apoyan esa propuesta». «Hay ciertas señales de que el Reino Unido también estará interesado en celebrar el encuentro de los países del P5», enfatizó Dmitri Peskov. Mientras, las bolsas de todo el mundo se derrumbaron después del mayor desplome de precios del petróleo en casi tres décadas. El 6 de marzo los países de la OPEP+ intentaron sin éxito reducir la extracción de crudo ante el exceso de oferta con el coronavirus de fondo. El mayor productor de petróleo, Arabia Saudí, anunció que bajaba el precio del suyo. La falta de acuerdo entre Rusia y Arabia Saudí fue el desencadenante. «En caso de necesidad el Banco Central de Rusia tomará medidas adicionales para proteger el mercado de los golpes externos», manifestó la vicepresidenta de la entidad bancaria Ksenia Yudáeva. Precisó que el Banco Central dispone de una amplia variedad de medidas, que ya mostraron su eficacia en «situaciones aún más duras», para estabilizar el sistema financiero del país. En tanto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, rechazó la invitación para visitar Rusia en las celebraciones del Día de la Victoria el 9 de mayo, confirmó a Sputnik un funcionario de la Casa Blanca. Según el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, la participación de Estados Unidos en el evento sigue siendo incierta. «Seguramente la dura lucha política que se protagoniza en los propios EEUU obliga a Trump a tomar precauciones. Es poco probable que el presidente estadounidense visite Moscú en el año electoral», considera el politólogo ruso y especialista en EEUU Dmitri Drobnitski. En opinión del experto, la propia idea de la visita a Moscú para los festejos del 9 de Mayo es inadmisible para la mayoría de los políticos estadounidenses En otro orden, el Consejo de Seguridad de la ONU se pronunció a favor del más pronto inicio de las conversaciones interafganas. Tal posibilidad abre el acuerdo de paz pactado entre EEUU y el movimiento radical Talibán. El 29 de febrero, el representante especial para la Reconciliación de Afganistán, Zalmay Khalilzad, y el cofundador del movimiento radical Talibán, el mulá Abdul Ghani Baradar, firmaron el acuerdo sobre la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán y el inicio del proceso de paz en este país asiático. El pueblo afgano ha obtenido la excelente posibilidad de poner fin a la guerra, a pesar de los graves problemas que tiene aún que resolver. Según el politólogo militar ruso Andréi Koshkin la presencia de EEUU en la región desestabiliza la situación. Estos y otros temas en el programa dominical «7 Días«.

El coronavirus se está comiendo a Occidente

El coronavirus ya es una pandemia. Bastó esta declaración oficial de la Organización Mundial de la Salud [OMS] para que el presidente de EEUU, Donald Trump, ordenara la suspensión de todos los vuelos desde Europa hacia su país. Inmediatamente cayó Wall Street y el resto de los mercados mundiales. La debacle se multiplicó. El Covid-19 se le fue de las manos a Occidente Fuera de proporción. Así es la expansión del coronavirus que a cada paso de su avance agrava la situación económica a nivel global de forma crítica, algo que en el caso de Europa se ve exacerbado está impulsado por la pésima gestión sanitaria que están llevando adelante sobre todo los países europeos. La OMS lo anunció con un tuit: «Hemos estimado que el COVID-19 puede ser catalogado como una pandemia». Así citó las palabras de su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Entonces, Trump salió a escena anunciando su decisión con un argumento incontestable: suspendería todos y cada uno de los viajes provenientes de Europa, excepto los de Reino Unido, debido a que la Unión Europea no había tomado medidas eficaces para prevenir la propagación del coronavirus. ​Y no le falta razón. La falta de una reacción eficaz a tiempo, de prevención y de contención hacen que hoy en Europa el virus campe a sus anchas, con claros focos gravitacionales que tienen a Italia en su núcleo, y donde gravitan muy cerca países como España, Francia, y Alemania. «Esto es un reconocimiento de en el marco de una economía globalizada e interdependiente donde se producen múltiples intercambios continuamente entre todos los países, tanto a nivel de recursos humanos, como a nivel financiero, realmente esta pandemia es imparable», reflexiona al respecto el economista José Luis Carretero Miramar. Europa y EEUU: un campo de orégano El analista incide en las grandes cotas que ha alcanzado el Covid-19, o SARS-CoV-2 como ya lo reconoce el Ministerio de Sanidad de España, en las que se ha transmitido a nivel global de una forma muy acelerada y con una capacidad de contagio muy grande. Carretero Miramar remarca las diferencias que hay entre las medidas tomadas en Asia y en Europa para combatir este flagelo. «Estamos viendo toda una serie de dinámicas que indican claramente la fase de decadencia en la que está el propio capitalismo occidental y sus poderes que no están pudiendo hacer frente de una manera clara a esta pandemia y están provocando dinámicas de pánico entre la población». El economista añade que además están provocando dinámicas de falta de seguridad de prevención de riesgos laborales, de medidas de protección entre la población, algo muy señalado tanto en Europa como en EEUU. Asimismo, observa que en EEUU las estadísticas que ahora mismo se manejan en relación con la pandemia son absolutamente irreales. «Se está hablando de un porcentaje de infectados o de muertos con respecto a los infectados que se reconocen, que es absolutamente irreal en el sentido de que es extraordinariamente alto y que sólo se puede entender desde el punto de vista de que la dirigencia norteamericana se ha desentendido completamente de la enfermedad, no se están haciendo tests, el propio sistema de salud norteamericano que es fundamentalmente privatizado y en el que muchos de los trabajadores no están cubiertos en modo alguno, hace que no se haga una intervención directa efectiva frente a la enfermedad y que por lo tanto las cifras que se están planteando desde el Gobierno norteamericano sean absolutamente falsas», subraya Carretero Miramar. El analista observa que en Europa se está viendo el caos más absoluto, «por lo menos en el sur de Europa, tanto en Italia como en España«. «Estamos viendo circunstancias de absoluto caos político y absoluto caos económico que van a impactar muy profundamente en la economía europea. Países que tienen una estructura económica fundamentalmente centrada en el turismo, están recibiendo un impacto económico brutal», abunda. Al poner como ejemplo a la Comunidad de Madrid, Carretero Miramar apunta a una «desorganización, falta de profesionalidad, y una dinámica absolutamente enloquecida en la que han entrado los poderes públicos madrileños». «Lo que se produce aquí [en España] es que hay un debilitamiento, una serie de recortes, una degradación de los servicios públicos, y entre ellos del servicio público sanitario. Y esto es lo que puede producir el pico de una pandemia –que de por sí tiene una peligrosidad que es real pero que no es tan exagerada como otras pandemias que se pueden tener en otros sitios–, que pueda colapsar el sistema sanitario público», concluye José Luis Carretero Miramar.