Frecuencia Zero FM

99% muerto

En esta edición de nuestro programa hablaremos de cómo crear una noticia de portada en ausencia de información fidedigna. La pandemia del coronavirus ha puesto de manifiesto un problema muy sensible, relacionado con los derechos fundamentales que cada vez parecen ser más limitados por algunos Gobiernos nacionales. El llamado «capitalismo de vigilancia» que atenta contra los derechos fundamentales con la excusa de la lucha contra del COVID-19 ha sido denunciado por muchos defensores de derechos humanos que advierten del peligro de un cibercontrol absoluto por parte de las autoridades y de la tentación autoritaria que invita a la represión. Parece que efectivamente estamos viviendo en un mundo donde todo y todos pueden ser controlados en cualquier momento. ¿Pero realmente es así? La verdad es que como mínimo es una exageración. La mejor prueba de ello es la noticia de la presunta muerte del líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, difundida esta semana por nuestros colegas de algunos medios internacionales. Se entiende perfectamente que los medios ya están cansados, para no decir hartos, del culebrón del coronavirus. Pero eso no justifica que se fabrique una noticia bomba con unos recursos tan escasos y poco fiables como la de la «muerte» de Kim Jong-un. No obstante, la cadena estadounidense CNN anunció que el líder de Corea del Norte «está grave de salud, según fuentes de inteligencia de EE.UU». Cabe mencionar también que la agencia surcoreana Yonhap anunció por su parte que un ex funcionario norcoreano les había informado de que estaba «el 99% seguro de que Kim Jong-Un estaba muerto».  Parece increíble que una notica tan importante aparezca en forma tan confusa. En caso de la CNN interviene como es habitual «un funcionario estadounidense con conocimiento directo», además nos enteramos de que la CNN se ha comunicado con la CIA, el NSC y el Departamento de Estado para obtener comentarios y también ha buscado información con funcionarios de Corea del Sur. Esto significa que nuestros colegas han hecho bien por lo menos una parte de su trabajo. El problema es que ninguna de estas fuentes «con conocimiento directo» no tenían idea sobre si está vivo o no el líder de Corea del Norte. Se pregunta entonces ¿para qué sirven en este tema particular? No obstante los colegas europeos sí tenían el tema y ya podían citar lo que han dicho los colegas de la CNN, sin añadir ningún detalle propio. «Medios extranjeros creen que el líder de Corea del Norte ha muerto o que está grave tras una complicada cirugía», titula a una de sus crónicas la televisión española Antena 3. Lo único que sabían era que Kim Jong-un no había aparecido en un acto público desde el pasado 11 de abril cuando presidió una reunión de funcionarios. Es la verdad pura y dura. El resto eran especulaciones. Pero esto no impidió a nuestros colegas hablar ya del tema de la sucesión del poder en Corea del Norte. «Kim Jong-un: si muere, su hermana Kim Yo-Jong es su probable sucesora», titula Marca TV. Parece increíble que con todo este cibercontrol global y el actual auge del «capitalismo de vigilancia» con la pandemia del coronavirus, los medios no sepan todavía ni la edad exacta de la hermana del líder norcoreano que le puede suceder en el poder. Sin embargo, la realidad es que ni el propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sabía si Kim Jong-Un estaba vivo o muerto. O por lo menos es lo que dijo. «Trump dice creer que informaciones sobre la salud de Kim Jong Un eran ‘incorrectas’», titula la edición en español de AFP TV. Por su parte Trump ofreció esta semana ayuda a Corea del Norte con motivo de la pandemia del coronavirus. Se pregunta si no lo hizo para averiguar de paso el estado de salud del líder norcoreano…En cualquier caso parece extremadamente extraño que el presidente de Estados Unidos no tuviera información de esa fuente anónima y bien informada que advirtió a la CNN de que Kim Jong-un presuntamente tenía graves problemas de salud. Si la historia de la presunta muerte del líder de Corea del Norte Kim Jong-Un se puede explicarla con el secretismo y la escasez de información sobre la actualidad norcoreana, la historia de «un complot por parte de Rusia para «liquidar» al alcalde de Praga y a otros dos representantes checos no ofrece semejante excusa. Esa historia fabricada por nuestros colegas checos efectivamente parece más propia de una película de espías que de una declaración política al uso. «Protección policial para el alcalde de Praga tras hacerse público un supuesto complot ruso para asesinarlo», titula el diario español EL PAÍS. Pues aquí efectivamente tenemos un ejemplo de una noticia falsa que no se puede justificar con la escasez de información. La clave es que la policía checa no ha confirmado la versión del funcionario checo, ni mucho menos. Pero el problema de este artículo no solo consiste en que difunda un anuncio propio de una película de espías, sino en que de paso ofrece al lector una versión restringida de la historia. Precisamente de un episodio de la Segunda Guerra Mundial, que explica la aparición del monumento del mariscal ruso Ivan Konev en Praga. Dice el autor o la autora de este artículo que Konev, que «es visto como héroe en Rusia», entró en Praga después de que los nazis dejaran la ciudad en 1945, mientras la verdad es los sublevados locales contra los nazis pedían a gritos: «¡Salvad Praga!» Las tropas norteamericanos no quisieron intervenir y los soviéticos desalojaron a los nazis. «Entrar en Praga» costó a la Unión Soviética miles de vidas, por cierto. Precisamente por eso fueron los habitantes de Praga los que le vieron como héroe a Konev… Todo esto no es ningún secreto. Basta con abrir el artículo de Wikipedia dedicado a Konev para tener una idea. Pero al parecer no es el caso cuando hay que crear una noticia de portada en ausencia de información fidedigna.

Putin: Aún no hubo nada parecido

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, realizó una videoconferencia sobre el desarrollo del ámbito de combustible y energía. El presidente declaró que no es la primera vez que el mercado energético global afronta oscilaciones bruscas y dramáticas, pero aún no hubo nada parecido. «En los últimos meses tanto el sector energético ruso como el global afrontaron serias conmociones. Estos problemas tienen un carácter sistémico y rebasan en gran medida las fronteras nacionales. La propagación del coronavirus y las medidas restrictivas repercutieron de la manera más negativa en la economía mundial», dijo Putin. Ministros de exteriores del BRICS piden levantar las sanciones que impiden luchar contra coronavirus. Rusia pide a Estados Unidos e Irán que muestren la máxima moderación en el golfo Pérsico y eviten provocaciones. En vísperas del Día Internacional de los Trabajadores, la ONU difundió un informe, elaborado por la Organización Internacional del Trabajo, que advierte que la crisis laboral ocasionada por el coronavirus puede alcanzar a la mitad de los trabajadores. Putin apoya la idea de salir a los balcones el 9 de Mayo a cantar el Día de la Victoria. Estos y otros temas en el programa dominical 7 Días.

Una tentación autoritaria

En esta edición de nuestro programa hablaremos de los retos que supone la pandemia del coronavirus en el ámbito de los derechos humanos. «El capitalismo de vigilancia», «la dictadura pandémica», «una tentación autoritaria que invita a la represión», «¿coronará el autoritarismo?», éstos son algunos de los titulares y expresiones que abundan estos días en los medios internacionales y nacionales. La pandemia del COVID-19 ha dividido a la opinión pública. Mientras unos están dispuestos a ceder con ganas los derechos que les costaron décadas conseguir, otros advierten y con razón de que el mundo está viviendo una peligrosa transformación que amenaza con sepultar al sistema que conocemos actualmente como democracia occidental. La verdad es que el dilema que tienen por delante los gobiernos nacionales no es un dilema fácil. Sobre todo, es un grave problema para las tradicionales democracias europeas que por un lado sufren fuertes críticas por demasiadas medidas restrictivas y por el otro lado están pasando en tiempo real una prueba de eficacia  en comparación con algunos sistemas que difícilmente pueden llamarse democráticos. Mientras que algunas democracias se están viendo perplejas e ineficientes para enfrentar la pandemia, China parece estar demostrando una capacidad de disciplina social, acción estatal y fortaleza económica superior para encarar los nuevos retos de la modernidad.  En semejante situación crítica, los Gobiernos nacionales a menudo recurren a medidas hasta el momento inauditos que parecen incompatibles con una democracia liberal. «Tormenta política tras declarar un general que la Guardia Civil trabaja para minimizar bulos contrarios al Gobierno», titula esta semana a una de sus crónicas el diario nacional El País. Coartar la libertad de expresión para tapar sus errores. Parece que actualmente es una formula universal para muchos Gobiernos. Cabe destacar, continúa El País, que toda esa polémica se produce en un contexto en el que la Fiscalía investiga si existe un grupo criminal detrás de la campaña de bulos contra el Gobierno español sobre el coronavirus, después de que Unidas Podemos denunciara un ataque organizado. Y la otra fórmula universal consiste en minimizar el clima contrario a la gestión de crisis por parte del Gobierno, tal y como dijo el general José Manuel Santiago. Mientras tanto, los adversarios de esa fórmula consideran que conduce directamente a abusos y represión. Carolin Emcke, filósofa alemana que pasa el confinamiento en Berlín, y una de las intelectuales europeas que de manera más persuasiva ha combatido los tópicos populistas que quieren dominar el mundo, dijo en una entrevista al diario español EL PAÍS esta semana que es una cuestión extremadamente sensible y de riesgo: que la epidemia sea instrumentalizada para justificar las ambiciones autoritarias. «La pandemia es una tentación autoritaria que invita a la represión», titula la entrevista de El País. Dice Carolin Emcke que «tenemos que estar extremadamente atentos para impedir que en Europa se establezcan a largo plazo métodos totalitarios de extracción de datos, de vigilancia digital, de represión». Advierte que es inevitable que el virus limite nuestra libertad de movimiento, pero a la vez llama a exigir a respectivos Gobiernos que las decisiones sanitarias sean tomadas de modo transparente, explicando sus fundamentos, y que las restricciones sean temporales, para que no se vuelvan coartadas para la vigilancia y la represión. Al otro lado del Atlántico, Denise Dresser, académica, politóloga y escritora mexicana, también advierte de los riesgos colaterales del capitalismo de vigilancia en un programa de la mexicana Foro TV titulado «Las restricciones de los derechos humanos en tiempos de coronavirus». Parece totalmente comprensible lo que dice la filósofa alemana y la politóloga mexicana que hay que intentar controlar las medidas sanitarias aprobadas por las autoridades para que no se vuelvan coartadas para la vigilancia y la represión. ¿Pero de verdad consideran que es real en la situación de crisis actual? Mientras unos analistas advierten del peligro de una tentación autoritaria que invita a la represión y llaman a controlar las medidas tomadas por las autoridades con el pretexto de combatir el coronavirus, otros advierten que no va a ser fácil porque los sectores conservadores radicales en todo el mundo envidian cada vez más el sistema chino de capitalismo autoritario, en que el totalitarismo no solo respeta el capitalismo sino que reduce muchas de las limitaciones que le imponen en las democracias. ¿Coronará el autoritarismo?, titula a una de sus columnas publicadas en el diario El Espectador el reputado politólogo colombiano Álvaro Forero Tascón. El autor de este artículo sostiene que todos estos factores confluyen en la «tendencia de debilitamiento de la democracia» que viene produciéndose especialmente en Occidente. Considera que en épocas de crisis el respeto de derechos ciudadanos les parece exagerado a muchos, sinónimo de anarquía y debilidad nacional. Es evidente que tal y como dice el politólogo colombiano la crisis fortalece a las instituciones públicas, que son las capaces de resolver los problemas por encima del sector privado y las falsas promesas populistas, pero quizás acabará tumbando gobiernos democráticos y fortaleciendo regímenes autocráticos. Eso es precisamente lo que dice en su artículo publicado en el diario argentino El Comercial el político argentino Blas Hoyos. ¿Estamos ante una dictadura pandémica?, se pregunta en el titular. El político argentino pinta un cuadro realmente alarmante. Y la pregunta clave sigue siendo la misma: cómo debe actuar una sociedad para protegerse contra abusos y violaciones de los derechos humanos en tiempos del coronavirus si es que realmente puede hacerlo. El politólogo mexicano Mario Arriagada considera que precisamente los derechos marcan camino hacia adelante, según sus declaraciones a un programa de la mexicana Foro TV titulado «Las restricciones de los derechos humanos en tiempos de coronavirus». Parece que para el politólogo mexicano esa crisis es una oportunidad para construir mejores hábitos para el futuro, siempre y cuando nos regimos por los derechos humanos fundamentales. Mientras tanto, la mayor preocupación de la filósofa alemana Carolin Emcke es precisamente que «no aprendamos nada de la crisis», según dijo en una entrevista a El País titulada «La pandemia es una tentación autoritaria que invita a la represión». Lo que dice

Efecto dominó: el COVID-19 revienta la cadena productiva global

China está en el ojo del huracán por una reacción en cadena. Tener la doble condición de ser el país de origen del coronavirus, y a su vez, ‘el taller del mundo’, provocó un frenazo en la cadena de producción global. Haber mantenido cerradas muchas fábricas por tanto tiempo ha causado un corte en la llegada de productos a destino. Reacción en cadena La caída en el volumen de producción que se ha localizado a nivel global debido al coronavirus está dejando ver su impacto, que en particular se ve exacerbado debido a la paralización en las fábricas chinas, debido al carácter del gigante asiático de ‘fábrica del mundo’. «Lo que hay es una situación de ‘parate’ de la economía mundial que agrava problemas que venían de arrastre, y estos problemas nacionales están generando problemas muy serios de una dinámica de funcionamiento que por medio siglo empujó la liberalización de la economía, la globalización. Digamos que el mundo salió de la crisis de los años ’70 con mundialización», opina el economista Julio César Gambina. Un claro ejemplo de los efectos de desabastecimiento, o el pánico de quedarse sin suministros en esta guerra transversal en que se ha convertido el combate al coronavuris, han dejado al descubierto esta situación. Hay casos paradigmáticos, algunos de ellos dignos de guion cinematográfico de un thriller de acción en plena Guerra Fría. A principios del mes de abril, dos hechos tuvieron a Francia como protagonista, de un lado y del otro de la trinchera: EEUU le robó una partida de mascarillas en plena pista de despegue en China, y a renglón seguido, Francia se quedó con partidas de mascarillas destinadas a España e Italia, aprovechando una escala del reparto en su territorio. Pero no sólo está en China el origen. También en su momento provocó un hondo malestar en países de la Unión Europea el hecho de que tanto Francia como Alemania prohibieran la exportación de materiales médicos a sus socios comunitarios. En esas anda Europa. Los respiradores también han entrado en este juego, con paralizaciones o incautaciones de material por parte de países fabricantes, cuando ya se habían firmado contratos y pagado las compras. ¿Triunfo de Trump? Una situación que se hace extensiva a la más variada gama de productos a escala mundial y que hace, por ejemplo, soñar a los votantes del presidente de EEUU, Donald Trump, de una relocalización de las empresas estadounidenses en suelo norteamericano. No obstante, según varios analistas, esa situación no les permitiría cantar victoria: si se diera esa situación, tanto en EEUU como en Europa, los robots se harían con los puestos de trabajo, y no las personas. «El coronavirus aceleró los procesos de una crisis mundial que viene gestándose desde 2007-2009 y que encontró respuestas en los cierres comerciales, el proteccionismo de ‘America first’ en EEUU, pero también del Brexit británico, y muchas tendencias al proteccionismo, al nacionalismo, por eso había quedado China con la bandera de la globalización», apunta el economista.

La humanidad puede afrontar una hambruna de «magnitudes bíblicas»

La humanidad puede afrontar una hambruna de «magnitudes bíblicas» ya dentro de varios meses si no empieza a actuar directamente ahora, declaró el Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, David Beasley. Expertos del Programa Mundial de Alimentos declararon que unos 130 millones de personas en el mundo pasarán hambre hacia fines de 2020 por las consecuencias del COVID-19. La propagación del coronavirus en Rusia continúa, pero el país está preparado para la pandemia y logró hacer más lento ese proceso, declaró el presidente Vladímir Putin, en una reunión sobre la situación epidemiológica en Rusia. El presidente Donald Trump se declaró dispuesto a emitir un decreto suspendiendo la entrada de inmigrantes en EEUU debido a la pandemia de COVID-19. El volumen de petróleo almacenado en los depósitos del litoral occidental de EEUU llegó a los 20 millones de barriles, comunicó la agencia Bloomberg. La Secretaría de Energía de EEUU acaba de publicar una nueva estrategia, en la que se plantea el objetivo de relegar a Rusia y a China de los mercados de tecnologías nucleares. Estos y otros temas en el programa dominical 7 Días.

Músicos latinoamericanos homenajean la victoria soviética sobre la Alemania nazi

Músicos latinoamericanos —de Argentina y Cuba— están entre los clasificados para el festival internacional ‘El Camino a Yalta’ organizado anualmente por Rusia cuya presente edición busca homenajear el sacrificio del pueblo soviético en la lucha contra la Alemania nazi en el 75 aniversario de la victoria en la Gran Guerra Patria. Un total de 157 aspirantes de 37 países participaron en un concurso en el que ofrecieron las interpretaciones en sus idiomas nativos de canciones soviéticas de guerra. Como resultado, se escogieron 15 semifinalistas que provienen —aparte de Argentina y Cuba— de Israel, Italia, Letonia, Indonesia, Tailandia, China, España, Polonia, Francia, Serbia, Alemania y Albania. Tendrían que actuar en un concierto previsto inicialmente entre el 30 de abril y el 2 de mayo en la ciudad de Yalta en la península de Crimea, una actividad destinada a conmemorar el papel decisivo de la URSS en la victoria sobre el fascismo, así como el enorme precio que pagó para conseguirla. Pero la pandemia del coronavirus provocó un cambio en los planes, dado que el mundo entero está confinado. Ante estas circunstancias los organizadores —la fundación Mundo Humanitario apoyada por la agencia estatal Rossotrudnichestvo— decidieron que el concierto se lleve a cabo de forma virtual. Algo que lo convertirá no sólo en un flashmob internacional para rendir tributo a los héroes caídos en la Segunda Guerra Mundial, sino también en un acto de solidaridad en el contexto de la pandemia. El evento, cuyos protagonistas cantarán desde sus hogares acompañados por una orquesta de 20 músicos, será transmitido internacionalmente desde Moscú el próximo 8 de mayo, a las 19:50, hora local, al tiempo que los espectadores podrán apoyar a quien prefieran en tiempo real. Sus votos se van a tener en cuenta en la última etapa del festival a celebrarse en Crimea este otoño, donde se determinará quién se llevará el premio del público. El poeta y cantautor argentino Alejandro Szwarcman, quien va a interpretar su versión en español de la famosa canción soviética ‘La guerra sagrada’, se mostró convencido en conversación con Radio Sputnik de que el evento contribuirá a abrir los ojos a mucha gente alrededor del mundo que fue «contaminada» por las películas de Hollywood «donde se ha intentado una y otra vez presentar a EEUU y sus aliados occidentales como los verdaderos ganadores» de la peor contienda del siglo XX. © Sputnik / Alejandro Szwarcman «Y no hay que ser muy inteligente para entender que fue la Unión Soviética quien llevó el mayor peso de esa guerra. El pueblo soviético no sólo fue capaz de detener la ofensiva de la Wehrmacht —una máquina asesina muy poderosa—,  sino también logró pasar a la ofensiva y derrotar el nazismo», indicó. El concierto también contará con la actuación de la agrupación musical Eduardo Breff & Su Son del Son. Interpretarán la canción ‘Qué noche tan bella’, que tradujeron al español. Su líder, el cubano Eduardo Breff, dijo a Radio Sputnik que tomaron la decisión de participar en el festival «inmediatamente» y «sin pensar». © Sputnik / Eduardo Breff «La victoria en la Segunda Guerra Mundial es nuestra fiesta común, las canciones soviéticas de ese período reflejan toda la profundidad de la cultura rusa y fuerza espiritual de su pueblo. Los cubanos honramos la memoria de todos que pagaron con su vida por la victoria común», apuntó. «Los intentos de reescribir la historia a favor de intereses políticos oportunistas pueden conducir a consecuencias nefastas. En mi opinión, la información sobre estos acontecimientos debe ser objetiva, y nunca olvidada», agregó.

Pregunta impertinente

En esta edición de nuestro programa hablaremos de la libertad de información, de la censura y de sus consecuencias en tiempos de la pandemia del coronavirus. Ya hemos visto en los medios internacionales varias teorías de la aparición del COVID-19 que no coinciden con la versión oficial de las autoridades chinas de que la culpa la tiene un murciélago vendido en el mercado de la ciudad de Wuhan. Esta semana las autoridades estadounidenses ofrecieron una nueva hipótesis de que el coronavirus que ha originado una pandemia que registra más de 150.000 muertos en el mundo pudiera provenir no de un mercado, sino de un laboratorio secreto en la misma ciudad china de Wuhan. «Llevamos a cabo una investigación exhaustiva sobre todo lo que podamos saber de cómo el virus se propagó, contaminó el mundo y provocó tal tragedia», declaró el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, a la cadena Fox News. Según un reciente artículo del Washington Post, la embajada de EEUU en Pekín alertó al Departamento de Estado hace dos años sobre medidas de seguridad insuficientes en el laboratorio de Wuhan que estudiaba el coronavirus en los murciélagos. Pues ahora «múltiples fuentes» citados por medios estadounidenses piensan que el actual coronavirus, detectado por primera vez justamente en Wuhan, salió de ese laboratorio. Eso sí, se trataría de un virus natural y no un agente patógeno creado por los científicos chinos. Sin embargo, su “fuga” habría sido posible debido a malos protocolos de seguridad. La verdad es que semejante versión viene como un balón de oxígeno para el presidente estadounidense, Donald Trump, acorralado por las críticas de sus adversarios políticos por su «incorrecta» gestión de la crisis del coronavirus en EEUU. Ya que le permite fundamentar su acusación contra la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que había encubierto a China en la pandemia del COVID-19. «Trump acusa a la OMS de encubrir a China en la pandemia del Covid-19», titula a uno de sus reportajes La voz de América. Lo cierto es que Trump necesita por fuerza encontrar culpables. Pero también es cierto que hace preguntas impertinentes a las que muchos querían obtener respuestas. Porque a muchos se les ocurre preguntarse ¿cómo es posible que en China haya solo unos 80.000 infectados y unos 4.000 muertes relacionadas con el coronavirus? ¿Qué es lo que se está haciendo mal en el resto del mundo? ¿O a lo mejor China sabía algo que nosotros no sabemos? Lo cierto es también que las autoridades estadounidenses no tienen tiempo para esperar los resultados de esas investigaciones que aclaren el papel de China y de la OMS en la propagación del coronavirus por el mundo. Menos aún, porque no saben de antemano cuál sería el resultado de esas investigaciones. Con lo cual deben actuar rápido. «EEUU: senador acusa a China de la emergencia sanitaria por la COVID-19», titula a una de sus crónicas Telesur.    Pues que el senador demócrata Lindsey Graham acuse a China de ser responsable de la crisis sanitaria a causa de la pandemia de COVID-19 parece totalmente comprensible. Me imagino que pronto veremos si el Congreso realmente está dispuesto a asignar a China formalmente la responsabilidad de la pandemia, con el fin de imponer un «castigo» severo al gigante asiático. La pregunta clave es cómo reacciona la Organización Mundial de la Salud y las autoridades chinas a las acusaciones que les llegan de Washington. La respuesta de la OMS ha sido muy sencilla: contestaron a Trump que su principal preocupación es salvar vidas y no encubrir a China. Mientras tanto, las reacciones que llegan desde China no parecen tan claras.   Lo que sostienen las autoridades chinas es que víboras o murciélagos son el origen del coronavirus y que la versión de su creación artificial en un laboratorio de Wuhan es mentira. Es decir, que tampoco desmienten la última hipótesis de Washington, no dicen que no salió del laboratorio de Wuhan ese virus de origen natural por falta de medidas de seguridad. Más aún, hay otra alarmante señal que no puede no causar preguntas. Y es que, según los medios internacionales, China impuso restricciones a la publicación de investigaciones académicas sobre los orígenes del nuevo coronavirus. China controla publicaciones sobre COVID-19, titula a una de sus crónicas la edición en español de la CNN. La pregunta es ¿para qué China ha impuesto estas restricciones? ¿Por qué precisamente hay que someter investigaciones académicas sobre los orígenes del nuevo coronavirus a control previo antes de ser publicadas? ¿Tiene China algo que ocultar? Pues si realmente los chinos pretenden convencer a todo el mundo de que no existe ningún secreto y que han actuado correctamente desde el principio, la mejor manera para conseguirlo sería la transparencia. Entiendo que a lo mejor las autoridades chinas no están acostumbradas, pero no hay otra solución. Más aun, porque una mayoría absoluta de los especialistas dice lo mismo: el coronavirus tiene origen natural. «Dr. Huerta responde: ¿se podrá confirmar si COVID-19 fue creado en un laboratorio?», titula a uno de sus programas la edición en español de la CNN. Como vemos, no hay mucha tentación entre los especialistas de especular que el nuevo coronavirus pudiera ser creado en el laboratorio secreto. Desde este enfoque, lo más prudente para China no sería censurar investigaciones académicas sobre los orígenes del nuevo coronavirus, sino compartirlas con el resto del mundo. Sin embargo, parece que la tendencia a hacer cada vez más censura previa a la información relacionada con el coronavirus tiene cada vez más partidarios no solo en China, sino también en Europa. Una pregunta del estudio del Centro español de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicado esta semana planteaba que en las noticias sobre la pandemia del coronavirus se restrinja la libertad de información para utilizar sólo «fuentes oficiales», es decir, lo que comunique el Gobierno. Según los resultados que ofrecía el barómetro, el 66,7% de los ciudadanos es partidario de hacerlo. Semejante iniciativa ha causado fuertes críticas de algunos expertos en derecho a la información que consideran que la

Putin ordena aplazar el Desfile de la Victoria debido al coronavirus

El desfile por el 75 aniversario de la Victoria en la Gran Guerra Patria en la Plaza Roja de Moscú y todas las celebraciones asociadas, previstas para el próximo 9 de mayo en Rusia, se aplazan debido a la epidemia del coronavirus, dispuso el presidente de Rusia, Vladímir Putin. «El 9 de mayo es un día sagrado para cada familia rusa. Sin embargo, los riesgos asociados con la epidemia son muy altos, lo que no nos permite comenzar ahora los preparativos para el desfile», anunció Putin. «Ordeno al ministro de Defensa, los jefes de los entes castrenses, las autoridades de todos los niveles cambiar el calendario y aplazar los preparativos para el desfile militar en la Plaza Roja en Moscú, y los desfiles en las regiones, posponer todas las concentraciones masivas que estaban previstas para celebrar el 75 aniversario de la Gran Victoria«, dijo el líder ruso. Al referirse a los participantes de las marchas anuales Regimiento Inmortal, que salen con los retratos de sus seres queridos que fallecieron en la Segunda Guerra Mundial, Putin subrayó que lamenta el aplazamiento del evento en este año, pero aseguró que la marcha del Regimiento Inmortal se realice sin falta, este año 2020. Mientras tanto, el secretaaio general de la ONU, António Guterres, hizo una nueva declaración relacionada con el COVID-19 en la que alertó de la «epidemia de desinformación» sobre la pandemia del coronavirus: «Se propaga una ‘desinfodemia’. Las falsedades saturan las ondas. Insólitas teorías de la conspiración infectan Internet», dijo. «El mundo debe unirse contra esta enfermedad también. La vacuna es la confianza. Con una causa común basada en el sentido común y en los hechos, podemos derrotar al COVID-19 y construir un mundo más saludable, equitativo, justo y resiliente», concluyó Antonio Guterres. En otro orden, la decisión del presidente de EEUU, Donald Trump, de detener la financiación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) causó una reacción negativa inclusive de parte del influyente socio del Estado norteamericano en Europa, Alemania. El ministro germano de Asuntos Exteriores, Heiko Maas, escribió en su cuenta de Twitter: «Designar al culpable no ayuda. El virus no conoce fronteras. Una de las mejores contribuciones sería fortalecer a las Naciones Unidas, especialmente a la OMS que no tiene fondos suficientes, por ejemplo, mediante el desarrollo y la distribución de sistemas de prueba y vacunación». Destacamos también que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, propuso apoyar a las pequeñas y medianas empresas de las esferas más afectadas por el brote de coronavirus con ayudas financieras. «Propongo apoyar a las pequeñas y medianas empresas de las esferas más afectadas por el brote de coronavirus con adicionales ayudas financieras directas y desinteresadas. Las empresas no tendrían que devolver estos donativos de las autoridades y podrían utilizar el dinero para cubrir sus necesidades más urgentes, como el pago de los sueldos a los empleados y así evitar los cortes salariales en abril y mayo», subrayó el líder ruso. Estos y otros temas en esta edición del programa 7 días.

Putin: «Debemos ser capaces de luchar por la vida de cada persona en cada región»

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, en una videoconferencia con los dirigentes de las entidades administrativas de la Federación de Rusia declaró que las próximas dos o tres semanas serán decisivas en la lucha contra el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 en Rusia. Ha sido el tercer mensaje que Putin dirigió a los rusos durante la pandemia. «Durante ese período, se necesitarán la máxima concentración de todos los recursos y el cumplimiento más estricto de las recomendaciones de los médicos, así como de las medidas de prevención que se están tomando en cada región», declaró el mandatario. El líder ruso definió como una tarea impostergable el mantenimiento en alerta máxima a los centros médicos regionales ante el coronavirus: «El financiamiento ya fue asignado y llegó a las regiones, incluidos los más de 33.000 millones de rublos (unos 435 millones de dólares), destinados al despliegue de camas adicionales especializadas y totalmente equipadas en hospitales y unidades de enfermedades infecciosas», enfatizó el presidente ruso. El jefe de Estado ruso llamó, además, al Gobierno a utilizar todas las posibilidades de los centros médicos federales en la lucha contra el coronavirus. 🏥👨‍⚕️ Después de la visita de #Putin a un hospital en el que se encontró con un médico que poco después fue diagnosticado con COVID-19, las críticas no se hicieron esperar👉🌐 https://t.co/FWpxUDvB4J #⃣#COVID2019 #coronavirus — Sputnik Mundo (@SputnikMundo) April 12, 2020 Vladímir Putin advirtió que no se puede paralizar la economía debido a la pandemia de ninguna manera: «Por supuesto, no se puede paralizar la economía, suspender el transporte de mercancías y de pasajeros entre las regiones, limitar masivamente el trabajo de las empresas independientemente de la situación real, incluso cuando hay casos aislados de infección en la región. Debemos entender qué daño y qué consecuencias devastadoras esto podría causar», destacó el jefe del Kremlin. En su discurso a los ciudadanos el presidente confirmó comprender el cansancio de la gente por estar encerrado en casa, pero reconoció que por ahora no queda más remedio. Entre tanto, a tres días de la celebración del Día Internacional de Cosmonáutica, Rusia realizó el pasado jueves, 9 de abril, un nuevo lanzamiento de una nave espacial con tres tripulantes a bordo con destino a la Estación Espacial Internacional. El evento adquiere una importancia especial si tenemos en cuenta la pandemia del coronavirus que alteró todas las esferas de la vida de la comunidad mundial. Los integrantes de la misión, dos cosmonautas de Roscosmos, los rusos Anatoli Ivaníshin e Iván Vágner, y su colega de la NASA, el astronauta estadounidense Christopher Cassidy, permanecerán a bordo del laboratorio espacial 196 días. El experto ruso Andréi Koshkin se expresó al respecto: «Hay que quitarse el sombrero ante Rusia, ya que después de 2014, cuando comenzaron a acosarnos activamente con todas las formas posibles de sanciones, Rusia optó por dedicarse a la sustitución de las importaciones. Y hoy día estamos lanzando al cosmos un cohete creado completamente sobre una base propia. Rusia ha comprobado que nuestros cohetes son capaces de resolver las tareas que impone el desarrollo del espacio ultraterrestre», subrayó el científico. Mientras, EEUU, en tiempos de crisis de la sanidad pública en Occidente, está librando una verdadera, así denominada, «guerra por las mascarillas chinas», en las que no tiene compasión ni por sus aliados próximos de Europa ni América Latina. China produce actualmente más de 110 millones de mascarillas, un índice que supera en 12 veces el de antes del brote de la epidemia. En los últimos días, medios de difusión de Alemania, de Francia, de Brasil daban cuenta de distintos casos de apropiación, por representantes de EEUU, de materiales de defensa chinos contra el coronavirus, destinado para esos países. Medios de difusión occidentales acuñaron el término «piratería», aplicado a la actividad de EEUU en el mercado internacional de mascarillas. Lo que es peor, en un intento de resolver sus problemas internos, Washington saquea en los hechos a sus aliados. En tanto, el Ministerio de Energía de Rusia participó en la videoconferencia de la OPEP el 9 de abril para abordar posibles recortes de la oferta global de petróleo. Rusia y Arabia Saudí acordaron el volumen total de la disminución de la extracción de petróleo para superar la crisis de precios. Ambas partes también quieren que EEUU se sume al acuerdo, pero los participantes potenciales de momento no tienen claro la postura de Washington con respecto a la disminución de la extracción. El analista ruso Dmítri Lukashov supone cómo se comportarán los precios en caso de que el nuevo acuerdo de la OPEP resulte exitoso: «Hace tiempo ya que el mercado experimenta un exceso de petróleo. Grandes bancos internacionales de inversión evaluaron los volúmenes de ese exceso al día de hoy que, según estiman, es mucho mayor que la supuesta reducción. En caso de que se consiga pactar la reducción, lo más probable es que el precio no sea 20, sino 30 dólares por barril», supone Dmitri Lukashov. En otro orden, antiguos embajadores de EEUU en Ucrania propusieron aprovechar la pandemia del coronavirus a fin de presionar a Rusia para que devuelva Crimea a Kiev. A juicio de estos diplomáticos norteamericanos, EEUU debe con sus aliados proponer el levantamiento de las sanciones contra Rusia si cesa el conflicto en Ucrania. El politólogo y periodista ruso Yuri Svétov evaluó la idea de esos diplomáticos: «En tiempos en que una desgracia común azota al mundo, la pandemia del coronavirus, y está en marcha una lucha enconada contra ella, en respuesta a los sensatos llamamientos a mancomunar los esfuerzos para el combate común, hay políticos que siguen insistiendo en las sanciones. Han transcurrido ya seis años de tales presiones; es hora de olvidar lo de Crimea ucraniana y entender la realidad de que Crimea es rusa», subrayó Yuri Svétov. El 10 de abril de 2010 el avión Tu-154 del presidente de Polonia, Lech Kaczynski, sufrió un siniestro cuando se preparaba para aterrizar en el aeropuerto «Smolensk-Séverni». La parte polaca culpó a los controladores aéreos rusos y también al exprimer ministro polaco Donald Tusk.

La ética y el compromiso

En esta edición de nuestro programa hablaremos de nuevo de la enorme propagación de noticias falsas tanto en los medios de comunicación como en las redes sociales en tiempos del coronavirus. Hay que recordar que desde el principio de la pandemia del coronavirus la Unión Europea ha acusado a Rusia reiteradamente de estar detrás de la campaña de bulos para desprestigiar Bruselas. En una de nuestras ediciones anteriores, una de las primeras dedicadas al tema del coronavirus, citamos a una crónica que acusaba a Rusia de una campaña de desinformación poniendo como ejemplo la información de que los médicos italianos tenían la difícil elección a la hora de decidir a qué paciente salvarle la vida en primer lugar. Como sabemos, ahora es actualidad cotidiana tanto en Italia, como en España. Pero la tentación de encontrar un adversario externo que intenta perjudicar a la perfecta imagen de Bruselas al parecer no ha desaparecido con el auge de la crisis del coronavirus. Más aun, da la impresión de que la Unión Europea necesita cada vez más a una Rusia que quiere poner trabas a los Estados Miembros en su lucha contra la pandemia. «Rusia y China estarían detrás de la campaña de bulos sobre el coronavirus para desprestigiar a la Unión Europea», titula a una de sus crónicas el canal español Antena3. Parece que ni el propio corresponsal a quien le animan a repetir el mismo lema de que «Rusia tiene la culpa» está muy convencido. No es de extrañar si analizamos los ejemplos de «bulos» entre comillas. «La Unión Europea, al borde del colapso por el coronavirus», «lavarse las manos no hace nada frente al covid-19» o el uso de imágenes de un hospital madrileño haciéndolo pasar por otro de Londres. La verdad es que esos ejemplos no convencen, no se entiende cómo puede eso desprestigiar la Unión Europea. Pero la retórica europea en este sentido no deja demasiado margen. El Alto Representante para Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrel, dio esta semana una extensa entrevista en la que también advierte de que Rusia y China aprovechan la crisis del coronavirus para promover sus intereses en Europa y mejorar su imagen entre los europeos. Mientras no hemos visto todavía ninguna prueba fidedigna de una campaña de desinformación rusa para socavar la Unión Europea aprovechando la pandemia, lo cierto es que la propagación de «fake news» o noticias falsas, amplificadas por la rápida difusión a través de las redes sociales, ha ido de la mano de la pandemia sanitaria. La Policía Nacional de España ha localizado más de un millón y medio de cuentas en redes sociales relacionadas con el coronavirus que se dedican a difundir noticias falsas. Estos perfiles se dedican a manipular y crear contenido spam. Un ejemplo de esas noticias es el bulo sobre una solución mineral milagrosa que un supuesto licenciado asegura que puede curar el coronavirus en 24 horas y exhorta a los médicos a probarlo. «La Policía Nacional detecta más de un de millón y medio de cuentas que difunden en redes noticias falsas sobre el coronavirus», titula Antena3. Pues menos mal que en esta crónica nuestros colegas no apuntan a Rusia. Por eso lo que dice la crónica parece mucho más útil para una persona perdida en la corriente de noticias falsas. Pero si realmente hay tantas cuentas dedicadas a la difusión de noticias falsas y la Policía Nacional las tiene identificadas ¿por qué no hace más que constatarlo? Por el momento no sabemos la respuesta. Porque el subdirector general de Logística e Innovación de la Policía Nacional, José García Molina, se ha limitado a recordar que la responsabilidad de estos mensajes falsos es de todos y ha pedido no convertirlos en virales. «Evitemos ser víctimas de su manipulación», dijo, según los medios. Parece tan perfecto como insuficiente ese llamamiento. Por su parte, el ministro de Justicia español, Juan Carlos Campo, ha asegurado que el Gobierno no quiere que la impunidad ampare a los autores de los bulos. Prometió esta semana que desde el departamento que dirige se «revisarán» los instrumentos legales para impedirlos o, al menos, «para que no se vayan de rositas». «Justicia revisará la ley para que los autores de bulos «no se vayan de rositas»», titula a una de sus videocrónicas el diario español La Razón. La verdad es a pesar del titular esa intervención del ministro de Justicia español promete poco. Solo constata que España tiene «un problema como sociedad con la irrupción de las fake news», lo cual no es nada nuevo. Pero tampoco explica por qué la sociedad tiene que luchar por su cuenta contra la propagación de los bulos. El ministro defiende que la pandemia «no está afectando al Estado de Derecho y que no puede ser una excusa para debilitar el Estado de Derecho». Pero en lo que se refiere a las noticias falsas la pandemia es un momento cuando hay que ejercer el Estado de Derecho por parte de las corporaciones de seguridad. En este contexto, las medidas que están tomando los principales actores del sector, como Facebook parecen mucho más eficaces. «Así es el cambio de Whatsapp contra la infodemia de coronavirus», titula la edición en español de la CNN. La explicación de Facebook de cómo combatir la difusión de las noticias falsas en la aplicación de mensajería me parece mucho más convincente y a la vez útil que los anteriores comentarios de altos cargos de seguridad. Aunque en algo coinciden, eso sí. Delegan al usuario el papel del filtro principal contra noticias falsas. Sin embargo, no todos están de acuerdo con semejante enfoque. En época de pandemia son los medios de comunicación reputados los que tienen que desmentir lo más pronto posible las noticias falsas, consideran algunos expertos. El papel del periodismo durante la pandemia de coronavirus puede significar la diferencia entre la información y la desinformación, considera el director de la Maestría en Periodismo de la Universidad Internacional de Florida, Alejandro Alvarado. Ante una avalancha de desinformación, los medios de