El primer Papa latinoamericano falleció alrededor de las 2:00 de la madrugada en el Vaticano, luego de la Semana Santa donde realizó su última aparición pública en el balcón principal de la Basílica de San Pedro en el Domingo Santo ante 60.000 fieles.

Finalizando con sus últimas palabras, ayer lanzó la bendición “Urbi et orbi”, que significa «A la ciudad y al mundo», extendiendo su bendición a todos los creyentes. El primer Papa argentino, dedicó toda su vida al servicio de la Iglesia; su larga trayectoria religiosa comienza en 1969 cuando fue ordenado como sacerdote, luego de haber pasado como noviciado en Villa Devoto y en la Compañía de Jesús. En 1973 fue nombrado provincial de los jesuitas de Argentina, en 1992 recibió la ordenación episcopal, en 1998 fue arzobispo de Buenos Aires y en 2001 fue nombrado cardenal por Juan Pablo II.

Durante su labor como arzobispo y cardenal, en el cónclave de 2005 fue parte de la votación tras la muerte de Juan Pablo II y luego de la renuncia de Benedicto XVI, Bergoglio fue elegido como máximo pontífice el 13 de marzo de 2013.

En charla con Frecuencia Zero, el cura Juan Pablo Rosseti, contó que en su vida personal, Jorge Bergoglio fue un pilar muy importante ya que lo conocía desde sus 10 años y su labor para la Iglesia y el país, marcaron su trayecto por la religión.

A Juan Pablo no le molestó, a diferencia de muchos creyentes, que el Papa no visitara Argentina durante su papado ya que el hizo toda su trayectoria previa en el país y le brindó mucho al mismo.

«No nos olvidemos que el papa es argentino» sentencia Rosseti.

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