El Gobierno busca consolidar las reservas de Banco Central de la República Argentina (BCRA), en esa línea fue el Programa de Incremento Exportador II (PIE), popularmente conocido como dólar soja II; a su vez el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobará en los próximos días el último desembolso del año previsto para Argentina cercano a los USD 6.000 millones tras la aprovación técnica de la revisión del tercer trimestre, más otros préstamos que aprobó el BID.
En este sentido, el Gobierno podría terminar el año y llegar al mes de enero sin problemas de reservas, y alejar uno de los mayores miedos del Ejecutivo que es una nueva corrida devaluatoria y que le pase lo de Raúl Alfonsín en febrero del ’89, que tuvo que llamar a elecciones anticipadas.
Pese a los esfuerzos por buscar reservas, el caudal aún es muy bajo. Incluso es posible que el Gobierno tenga que instaurar un dólar soja III para poder absorber las divisas de la cosecha, con lo cual no va a poder obtener todas las retenciones de allí. De esta manera, el economista José Castillo afirmó que «el ajuste del año que viene va a tener que ser más fuerte que el de este año».
Cabe destacar, que es el FMI el que pide el ajuste y pese al pedido de Alberto Fernández en las últimas apariciones por la quita de sobrecargos, ayer el organismo se reunió y eliminó la posibilidad de modificar esta política.
En conclusión, la perspectiva para 2023 de Castillo respecto del crecimiento, que este año finalizaría en 5%, será recesivo. En tanto, la inflación seguirá siendo fuerte, ya que es la única forma de licuar los salarios.