La inflación en la ciudad de Buenos Aires fue del 5,6%, pero los alimentos subieron un 7,1%. A la espera del Índice de Precio al Consumidor general, que mide el INDEC, que según las consultoras privadas estaría alrededor del 7%.

Isaac Rudnik, director del Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana (ISEPCi), explicó en diálogo con FRECUENCIA ZERO que consecuentemente con la suba de la inflación, sube la indigencia. Esto se puede observar en la última medición de pobreza e indigencia que hizo el INDEC respecto al primer semestre del año, donde a pesar de la leve baja de pobreza de 0,8 puntos porcentuales (p.p.), la indigencia subió 0,6 p.p.

En Argentina, de enero a julio, 4 millones de personas en todo el país no tienen recursos suficientes para adquirir los alimentos básicos. En 2019, cuando asumió el Gobierno en habían 3,6 millones de personas en situación de indigencia.

«Estamos en una década donde la pobreza está estabilizada entre el 35 y 40%, cuando en la década pasada estaba en el 25%. Es una situación que atraviesa distintos gobiernos de distintos signos, hay un modelo que permanece indemne, a pesar de que pasa por distintas administraciones políticas de distintos signos y en ese contexto aumenta la indigencia. La causa fundamental del aumento de la indigencia es el aumento de los alimentos», apuntó Rudnik.

Objetivamente, durante el gobierno de Fernández hubo una baja del desempleo, pero la creación de empleo no fue registrado, hubo un crecimiento del empleo no registrado. A su vez, pese al crecimiento del empleo hubo una caída del poder adquisitivo, debido en gran medida a la inflación.

En este contexto, Rudnik planteó que un plan de estabilización debería arrancar con un congelamiento de precios de los 60 productos de la canasta de alimentos. No como las que se conocen hasta el momento, donde «se estabiliza una situación en la que hay una distribución injusta de los ingresos del país».

Escuchá la entrevista con Isaac Rudnik, director del ISEPCi, en FRECUENCIA ZERO