María Elena Rubio, integrante de Colegiales Participa y Decide, en comunicación con FRECUENCIA ZERO comentó la lucha que vienen sosteniendo para que el playón ferroviario sea destinado a un parque cultural y recreativo para el barrio.
El barrio de Colegiales es una de las zonas más afectadas por la falta de espacios verdes: con una población de 52.551 personas en una superficie de 2,3 km2, tiene solo 0,7 m2 de espacio verde por habitante; cuando, por ejemplo, la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda 9 m2. Ante este panorama, los vecinos están expectantes por el llamado a licitación para el primer tramo del parque dentro del playón ferroviario: “En realidad, nosotros nos reunimos con Regeneración Urbana para saber las característica del proyecto y conocer los detalles del conjunto de las licitaciones, sobre todo, los estudios de impacto ambiental. Notamos que la información era sobre los edificios que se están construyendo y no sobre el total de las edificaciones del área. Por eso, nos tomó por sorpresa que todavía no tuvimos acceso a la información exacta y ya haya habido un llamado a licitación», puntualiza Rubio.
Para conocer un poco la historia de este predio que la comunidad espera que se destine a un parque, María Elena repasa: «En 2016 se promulgó una ley, la 5875, para que estos terrenos salieran a subasta. Se subdividieron en 9 lotes y se subastaron 4. Ya desde ese momento juntamos más de 4000 firmas para pedir el parque. El resto de los terrenos, como fueron entregados luego del período que habilita la Constitución, es decir, Macri no los podía entregar luego de perder las PASO, los vecinos luego de reunirse con AABE (Agencia de Administración de Bienes del Estado), lograron que presente un amparo. Nosotros presentamos un proyecto de ley para que se dicte que esta zona sea ‘Urbanización Parque’ y que no se puedan disponer esas áreas para el uso privado, que garanticen el arbolado y la preservación del ambiente. También, pedimos que todos los vagones y depósitos se dediquen a uso cultural. Nos duele tremendamente que esos edificios, que son como monstruos de 9 pisos que se van a instalar ahí, van a obstaculizar toda la visual y la luz de edificios más bajos, además de privar de espacios verdes al barrio».
Otra de las cuestiones a tener en cuenta es cómo es el modelo de gestión que proyectan los vecinos, donde se integran tanto a la comunidad del barrio como al GBCA y autoridades del ferrocarril: “También pedimos conformar una mesa de trabajo con el ferrocarril. Porque antes se podía pasar hacia las calles Moldes o Crámer fácilmente. Ahora el puente quedó dentro del andén. Por lo que los transeúntes deben pasar por el molinete para cruzar las vías. Esto lo tiene que resolver el ferrocarril, el tema de accesibilidad”.
Por último, desde el colectivo Colegiales Participa y Decide, también tienen en cuenta otras experiencias de gestión asociada como ejemplo de que este modelo puede funcionar perfectamente: “Para nosotros, es fundamental tomar experiencias como la del Parque Avellaneda, de gestión compartida, para demostrar que esto se puede aplicar. No se puede hablar de participación sin integrar a los vecinos. De otra manera, hay un doble discurso”.