El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó que su gobierno había hecho lo correcto y no era culpable de nada, en relación con la acusación hecha por la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) del Senado por la demora en la compra de vacunas contra el COVID-19 y a causa de la gestión de la pandemia.
Al comienzo del coronavirus, Bolsonaro señaló que la enfermedad era una gripe, y descalificó constantemente el uso del tapabocas. En ese línea, la CPI advirtió que el mandatario había promovido la propagación del virus y que el Código Penal brasileño consideraba como un delito el fomento de la diseminación de una epidemia.
Por su parte, en diálogo con FRECUENCIA ZERO, la analista internacional Andrea Blumtritt detalló que había 66 funcionarios implicados, entre ellos, los hijos del mandatario. A la vez, resaltó que el jefe del Estado podía ir a prisión por 30 años; y que el martes la Cámara Alta definirá si envía el caso a la fiscalía.
No obstante, Blumtritt destacó que la familia Bolsonaro no se hallaba preocupada; pero sí los exministros implicados en el caso.