Luego de la reunión con GCBA para analizar el borrador del protocolo para un regreso escalonado a la escolaridad presencial masiva. Amanda Martín, secretaria gremial de ADEMYS, ha analizado la situación que busca iniciar la cases presenciales el mes próximo.
Para Martín, no se han dado cuentas de lo que se ha hecho en infraestructura, ventilación y las condiciones para el distanciamiento que indica el protocolo durante los meses de pandemia para construir la vuelta a clases, sobre todo, en el marco de una cifra de contagios que no cede en la Ciudad.
Adicionalmente, no se ha abordado el problema del transporte escolar, la creación de nuevos cargos para afrontar una bimodalidad que será necesaria para llegar a todos los alumnos, como se superara el déficit para afrontar la virtualidad de muchas familias, entre otras cosas.
“La apertura de las escuelas es prematura y deviene de la apertura indiscriminada a nivel económico y comercial”, sentenció la secretaria de ADEMYS.
Este protocolo incompleto traslada la responsabilidad a las escuelas y a los directivos de las mismas para crear las condiciones para la vuelta a clases sin el presupuesto necesario y con las dificultades que se acarrean por la desinversión en educación de años.
Otra preocupación que no resuelve el protocolo del Gobierno de la Ciudad es el tema de la circulación en un mismo momento de la población que tiene que contiene la comunidad educativa y que suma casi 1.200.000 de personas que se reunirán en el transporte público en franjas horarias comunes.
A diferencia de la experiencia de fin de año pasado de vuelta a la presencialidad, la cantidad que pretenden incorporar en la burbuja es de 30 personas en cada una. Las aulas ya no cumplen las condiciones necesarias para las recomendaciones del distanciamiento, adicionalmente, ni han construido ni van a alquilar otros espacios adecuados.
“El protocolo no da soluciones a una cotidianeidad que impone hacer frente a las condiciones de las escuelas y las exigencias de precaución de la pandemia, solo han presentado argumentos de cuidado que ya todos conocemos pero no han incorporado especificidades para la realidad educativa”, reflexiona Amanda Martín.
La vinculación propuesta el año pasado fue muy restringida y con poca asistencia para sacar conclusiones que sirvan para ser proyectadas a esta vuelta a clases. No fue una experiencia exitosa. “Hemos ido con propuestas que se derivaron al sector de planeamiento e infraestructura y no nos han contestado nunca”.
La asistencia a la escuela es potencialmente peligrosa o no? Debe haber un índice para medir el impacto. El GCBA está decidido a no hacerse cargo ni política ni económicamente, ya que en opinión de la entrevistada, están embebidos en una lucha política que lleva todos sus esfuerzos y atención. “Se avanza en una campaña violenta y reaccionaria como si los docentes no quisiéramos volver a la presencialidad. Hemos dado muestras de las limitaciones de la virtualidad advirtiendo que no reemplaza a las clases presenciales. Pero desde el gobierno no han respondido ni con infraestructura para poder volver, ni con las computadoras para optimizar la virtualidad”.
Hay muchas cosas que no han respondido: que pasa si un docente de 30 alumnos se enferma y además da clases en otro turno? Habrá docentes? Se suspenden las burbujas? No lo han dicho. No han construido las herramientas para un marco epidemiológico donde aportar seguridad para todos los actores.
Hablando específicamente del tema académico. Hubo una selección de contenidos básicos comunes, que con un acompañamiento pedagógico no reemplaza las clases. Hay que reconstruir la situación de impacto académico negativo en materias troncales en el nivel medio y el nivel primario, y en el nivel inicial en la socialización que requieren trabajar mucho y que se van a necesitar muchos recursos, para afrontar una bimodalidad que el estado tiene que sostener económicamente para no cometer los mismos errores del año que pasó.