Rusia ya tiene su primera vacuna contra el coronavirus. Así lo comunicó el Ministerio de Defensa del país que elaboró el tan esperado medicamento en conjunto con el Centro de Epidemiología y Microbiología Gamaleya. Los 20 voluntarios que recibieron la inyección desarrollaron una inmunidad duradera contra el COVID-19.

Anteriormente, desde el Ministerio de Salud ruso anunciaron que se podría llegar a producir industrialmente cuatro tipos de vacunas contra el coronavirus, de manera que antes de finales de 2020 se dispondría de 200 millones de dosis, tanto para uso nacional, como para el mercado internacional. Para la población rusa la vacunación será gratuita.

Para el Dr. en Ciencias Políticas Umberto Mazzei, especialista en relaciones económicas internacionales con gran experiencia, los impresionantes avances rusos en la lucha contra el coronavirus constituyen un «golpe maestro» contra los Gobiernos que aprovecharon la pandemia para pisotear los derechos y libertades públicas, así como contra las farmacéuticas multinacionales que están devastando los bolsillos de una ciudadanía aterrorizada por el pánico en torno al COVID-19.

En conversación con Radio Sputnik, enfatizó que «todo monopolio busca tener los precios más altos», algo que en el caso del tratamiento de enfermedades se hace «a expensas de la salud pública».

No descartó que en el caso del COVID-19 —que sí es una enfermedad peligrosa— se tratara intencionalmente de agitar el pánico, «un juego mafioso de secuestrar libertades para después cobrar un rescate con unos precios exorbitantes por una vacuna».

Un plan que se echa abajo con la oferta rusa, cuyos medicamentos, además de ser sumamente eficientes, tienen unos precios «infinitamente competitivos».